Capítulo 590: Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 116: Sean breves.
Un silencio lúgubre se extendió desde el Profesor de la Academia Aetherium.
Era un simple rango A, que ahora estaba recibiendo decenas de mensajes que empezaban a ponerlo tenso y las llamadas en su reloj holográfico eran recurrentes.
El Profesor de la Academia Cernunnos, muy diferente a él, estaba algo más tranquilo mientras que Cécile, que vino como profesora de la Academia Merlín, simplemente apagó su reloj holográfico.
Los pequeños niños vieron mucha sangre en la reunión y se asustaron, ahora queriendo irse de este lugar, lo más pronto posible y sin querer entrenar aquí.
Llamando a sus padres, algunos mostrándose pálidos en las videollamadas y esos padres asustados, vinieron a quejarse con ella llamándola de forma constante… Era un maldito chiste para Cécile.
Eso sucedía cuando se daba un entrenamiento ligero a los estudiantes y luego aceptaban estúpidamente realizar 'prácticas' en un lugar peligroso como este.
¡África no se llamaba 'Tierras de Nadie' por nada!
En cuando, a si alguien la denunciaba no era un tema que ella tuviera que encargarse, sino que debía ser las autoridades superiores de la Academia Merlín.
"Hola… Si, señora… No, no, su hijo está bien… No necesita preocuparse… Pronto le daré explicaciones… Si… Si… Estoy por tener una reunión para exigir explicaciones… Le prometo, que su hijo estará bien." Dijo el Profesor de la Academia Aetherium al responder una llamada.
La palidez que mostraba dejaba ver que era una persona importante quien lo llamaba, causando que se volviera sumiso, hasta que finalmente terminó la llamada.
Normalmente cuando los estudiantes se graduaban de la preparatoria y estuvieran listos para ir a una universidad, era posible elegir que siguieran en la academia, desarrollando sus habilidades de forma más profunda, en los grados superiores.
En ese punto, las batallas pasarían a ser más serias y en donde la sangre fuera algo normal, pero incluso para alcanzar esa etapa, llevaría su tiempo.
Al menos siempre en el primer año ya sea de la Academia Merlín o cualquier otra Academia como la de 'Héroes', venía la climatización y en el segundo año comenzaban las prácticas directas.
Por eso estaba causando tanto revuelo lo sucedido.
"Maldición. ¿Quién en su sano juicio realiza tales combates frente a los niños?" Dudó el profesor con voz seria.
"La persona que luchó supuestamente también era una niña. Mis estudiantes dijeron que estaba por cumplir sus diecisiete y era un rango S." Dijo el Profesor de la Academia Cernunnos.
¿Ese hombre también apagó su reloj holográfico? Cécile sintió que ese profesor conocía la situación de Zerzura de forma más directa que ella.
Sus palabras causaron que ella prestara atención al Profesor de la Academia Aetherium.
Una joven en sus diecisiete años se enfrentó a un luchador adulto del ejército y lo derrotó de forma unilateral con movimientos precisos… Eso fue lo que le dijo uno de los mejores estudiantes de su grupo.
A diferencia de los otros, ese estudiante venía de una familia que tenía un gremio, así que el entrenamiento de esa clase era normal y por tal razón pudo analizar todo con calma.
"Si una maldita lunática." Dijo el Profesor de la Academia Aetherium y con una voz llena de molestia, murmuró. "Y la mejor estudiante de mi academia ahora ha sido seducida por ella."
¿Lunática? ¿Por ser alguien tan fuerte a esa edad? ¿Por tener tanta experiencia o por ser capaz de luchar hasta hacer sangrar a su oponente?
Un rango S a esa edad era raro, no había duda, pero no era la primera y había otros de ese tipo, algunos más reconocidos como la Primera Heroína que solo utilizaba una máscara y que se decía que era muy joven.
"Incluso si estás enojado deberías controlar tus palabras." Recomendó Cécile y al ver que el hombre se callaba, dudó. "¿Y de verdad sedujo a tu estudiante?"
Ese profesor estaba molesto por eso la llamó lunática, pero estaba hablando de un rango S, que se autoproclamó 'Directora' y que cuando se quejaron, la Empresa Apicius los trajo a este lugar.
Sin ni siquiera disculparse de las acciones que se llevaron a cabo y respaldando a la 'Directora'.
Era muy imprudente llamarlo de tal forma, incluso si de verdad esa niña, era alguien que simplemente se dejó llevar por el poder que tenía a tan joven edad.
"Lo siento. No, no la sedujo. Fue una forma de decir." Respondió el profesor apagando su reloj holográfico y con un gran suspiro, declaró. "Esa estudiante me informó que se iba a alistar con la 'directora' y cuando la rechace, discutió conmigo y se fue por su cuenta… Algo muy raro, ya que es muy respetuosa y estricta con las reglas, prácticamente una estudiante modelo."
Cécile dio una sonrisa descarada al escuchar esas palabras.
Un estudiante modelo fue atraída por alguien que había luchado ferozmente y le había mostrado la verdadera 'cara' de lo que significaba el mundo adulto.
Sin duda estuvo bien decir que fue 'seducida', si era tan buena estudiante como ese profesor decía.
"Esto es un problema. ¿No están preocupados?" Preguntó el profesor calmándose un poco y mirando su reloj holográfico, para ignorarlo de vuelta, declaró. "Hay leyes que protegen a los estudiantes. Fueron demasiado lejos y más para aquellos que nunca han visto tanta sangre en sus vidas."
Estudiantes que solo se golpeaban de forma superficial al entrenar, ahora quedaron impactados cuando vieron que le cortaron la espalda y el estómago a un hombre de forma profunda.
Sin darse cuenta, de que los luchadores de ese rango podrían perder brazos y algunos órganos, tan solo para continuar con el combate.
Las leyes que se refería, se trataban de aquellos reglamentos de diferentes naciones que se encargaban de la seguridad de los estudiantes y más en relación con sus habilidades.
Tales leyes limitaban el desarrollo académico entre los jóvenes, pero la verdad era que nadie deseaba que un adolescente de quince años en pleno desarrollo obtuviera el suficiente poder para hacer una locura.
Todos los adultos fueron adolescentes y todos cometieron errores, la única diferencia era que los errores del pasado, podían magnificarse en la actualidad cuando uno pensaba en los talentos, las habilidades y magias.
Otra razón por la cual, las autoridades restringían libros sobre magias avanzadas, grimorios o lo relacionado con los dioses malignos o demoniacos.
"Solo vieron el combate no les sucedió nada. Estoy seguro de que en internet ven más mierda de lo que vieron aquí. Esos padres que te llaman son exagerados." Dijo Cécile encogiéndose de hombros.
Internet estaba lleno de combates grabados por personas y había videos desde batallas en contra los demonios, antiguos videos peores, que, si bien se trataban de borrar, era imposible.
Y ni hablar de los sitios más turbios en donde se compartían videos aún más oscuros.
"Aun así, debieron preguntarle antes si estaban dispuestos ver lo que sucedió. ¿Quién puede asegurar que no se le creara un trauma que detenga su desarrollo?" Cuestión el profesor de la Academia Aetherium.
Sus palabras fueron acertadas y Cécile no pudo negarlo.
Cada estudiante era diferente y ver videos en internet, era muy diferente a ver una batalla mortal en la realidad.
A pesar de que la mayoría estaba por alcanzar la mayoría de edad, seguían siendo jóvenes y 'menores de edad', lo que legalmente significaban problemas.
El único percance de la situación, era que ahora mismo no solo estaban en otra 'nación', sino que esa misma nación y la academia, fue creada por una poderosa empresa, en la cual ahora estaban esperando a que lo atendieran.
Profesores enojados con padres irritados a su espalda, ellos lo hicieron esperar en esta sala de estar y si bien era un lugar agradable, mostraba la importancia que le daban a este asunto.
"Necesitamos estar todos firmes en esto." Dijo el profesor, buscando obtener apoyo para respaldarse.
"La mayoría de mis estudiantes vinieron sabiendo que tipo de lugar podría ser África y estaban preparados para ver cosas peores." Dijo el Profesor de la Academia Cernunnos y con calma, añadió. "Pero dispuestos a experimentarlo."
Esos estudiantes tenían 'compañeros' y no siempre esos compañeros venían de hábitats agradables, algunos salieron de lugares como este y significaba que cuando realizaban un contrato, los estudiantes captaban tales hechos.
Por supuesto, que estaban preparados cuando escuchaban sobre África.
"Por mi parte, no le veo el problema. Una parte de ellos eran rangos B y la batalla real, solo les mostró lo que les espera si desean seguir desarrollando sus habilidades." Dijo Cécile y con calma, añadió. "Aun así, comprendo la necesidad de límites."
Los adultos venían de Terra nova y siendo sincero, la mayoría de ellos había asesinado a una persona en ese lugar o hecho cosas peores con la idea de 'jugar'.
Tal vez en este mundo era diferente en sus 'reglas', no obstante, un rango B había entrenado para alcanzar ese rango y eso significaba, que necesitaba estar preparado para tales enfrentamientos sangrientos si deseaba mejorar.
Incluso cuando la 'voluntad' ayudaba, los ideales y los objetivos empujaban, era necesario tener cierto entrenamiento y entendimiento en las capacidades.
Y siendo sincera con ella misma, para Cécile era necesario ver la parte sangrienta de la realidad y que los estudiantes no fueran idiotas que salieran al mundo, creyéndose fuertes y murieran a manos de algún jugador o un lunático.
Justo cuando el Profesor de la Academia Aetherium estuvo por responder, la puerta se abrió lentamente y la secretaria les hizo una señal.
"El CEO James lo está por recibir. Por favor síganme." Pidió la secretaria con calma.
Un poco tarde de lo que habían venido, pero nadie se quejó de la tardanza y eso incluyó al profesor que se estaba quejando antes.
Esta no era una simple empresa de comida y tan solo con decir que en sus academias servían los platos suministrados con ingredientes de esta empresa, dejaba ver la importancia que tenía.
Ingredientes mágicos que podían ayudar a los estudiantes, para mantener cualquier tipo de entrenamiento que tuvieran y lo ayudaran a mejorar… Cécile sabía que tales comidas eran pedidas por magos ricos para ayudar a que sus aprendices se desarrollaran.
Subiendo el ascensor, hasta el último piso, cuando salieron vieron que había bastantes personas en el pasillo a pesar de que estaba atardeciendo y ellos caminaron, hasta una oficina cuyas paredes eran negras.
Cécile como siempre trató de sentir los alrededores, pero sus sentidos no pudieron ingresar al interior de la oficina.
La secretaria solo les hizo una señal para que entraran y el Profesor de la Academia Aetherium abrió la entrada con cierta fuerza, pareciendo estar preparado para lanzar todo lo que tenía guardado.
"Primera Directora de la Academia de Zerzura… Me gusta. Deberías guardarlo en el historial."
"Lo haré. Aunque solo será algo en el historial de directores y nada grande, ya que no le gustara."
"¿No te han dicho que eres demasiado servil? Deberías soltarte un poco más."
La voz femenina vino de la mujer de cabello y ojos negros que estaba en la sala, llevando un vestido simple y cómodo, mientras se reía viendo un video en su reloj holográfico.
Al frente de ella, estaba el reconocido CEO James que decidió levantar una ciudad en medio de la nada y que obtuvo el apoyo de la Iglesia del Tiempo y el Espacio.
Luego como si fuera poco, consiguió que un rango SS se uniera a sus filas… Tales hechos era una de las razones por la cual Cécile estaba aquí.
Como miembro del Servicio de Inteligencia Secreto de la Reina, era su deber encontrar y recolectar información de este lugar, para llevárselo a Su Majestad la Reina.
Sin embargo, ahora se congeló cuando identificó a la mujer y no solo fue ella quien lo hizo, sino que el profesor que había entrado pareciendo estar listo para discutir.
"Perdón por la tardanza." Dijo James con una sonrisa 'agradable' y señalando a su invitada, comentó. "Estaba discutiendo el asunto con mi invitada. Les presento a Agatha. Ellos son los diferentes profesores de las academias invitadas."
La presentó como 'Agatha' un nombre simple y claro, que no tenía tanta relevancia como su reconocido título de 'Luz de Plata'.
Había leído las noticias de que ella y su esposo crearon un desastre en estas tierras y derrotaron a un rango SS, pero no esperaba que estuviera aquí.
"Bienvenidos." Dijo Agatha y dando una mirada simple, preguntó. "¿Qué es lo que deseaban decir? Tengo algunos asuntos que atender, así que sean breves."
¿Descortés? No, nadie la podía llamar de esa forma y aquí era directa, logrando que incluso Cécile se sintiera presionada.
Incluso un rango SS se quedaría en silencio y la razón era simple, esa mujer no solo era miembro de una poderosa iglesia, sino que era una poderosa maga de múltiples magias.
Los Terranovense eran aterradores por su naturalidad a la magia, pero muy pocos de ellos sabían y utilizaban múltiples magias al mismo tiempo y la mayor razón era el conocimiento necesario.
Esta mujer era diferente, no solo controlando magia elemental, sino que experta en otras magias.
"Algunos padres… Creen que está mal lo que se hizo… Y también los estudiantes no les agrado… Algunos han querido irse de inmediato o han avisado a sus padres, quienes se han molestado por lo sucedido." Respondió el Profesor de la Academia Aetherium con un tartamudeo y tragando de forma difícil, añadió. "No creo que sea el camino a seguir."
Estaba tartamudeando por la mirada fría que daba esa mujer, quien había mostrado su autoridad desde el inicio.
Sin invitarlos a sentarse, dio su pregunta directa para averiguar lo que sucedía y sin liberar una presencia, generó un ambiente tenso para ellos.
"Así es como se entrena en esta academia. Si no les gusta pueden irse. No, es mejor que aquellos que han decidido irse, se vayan y solo dejen aquellos que han decidido quedarse, estoy segura de que ellos verán que esta oportunidad puede ser única." Precisó Agatha y con una sonrisa despectiva, declaró. "En cuanto a los padres… Si tienen algún problema que vengan a hablar conmigo. Como la 'Vicedirectora' me encargaré de atenderlos como corresponde."
Para aquellos que la veían desde la distancia, la Luz de Plata era una heroína importante con un gran historial y alguien que había hecho mucho por este mundo, pero si alguien la conocía ahora, solo se darían cuenta de que era un individuo poderoso que no le interesaba demasiado las opiniones de otros.
Ahora estaba diciendo que como la 'Vicedirectora', que probablemente era una mentira, se encargaría de todos aquellos que vinieran a quejarse y lo gracioso era que cuando los padres se dieran cuenta de que sus hijos fueron alejados por sus quejas, se arrepentirían.
Y era normal.
Un asunto era entrenar de esta forma en una academia al azar, sin nombre y otra era hacerlo en una academia dirigida por alguien tan importante y poderosa como la persona que estaba al frente de ella… Curiosamente, si esa mujer decía que esta clase de entrenamiento debía hacerse, entonces muchos padres obligarían a sus hijos a que lo hicieran.
"Puedes dar mi nombre si no deseas responder a sus quejas." Dijo Agatha y sonriendo aburrida, comentó. "De todas formas, lo que sucedió es una estupidez, no entiendo por qué me están haciendo perder el tiempo aquí."
Para esa mujer lo que sucedió era una estupidez y de cierta forma, para las situaciones en la que siempre se encontraba lo era.
Un padre en Oriente Medio en una zona complicada estaría preocupándose por sobrevivir con sus hijos mientras que los padres detrás de estos estudiantes de grandes academias, se estaban quejando porque sus hijos vieron un poco de sangre.
Si llegaban a dar su nombre y les decían a los padres, que sus hijos volverían a casa por sus culpas y sus quejas, entonces era probable que se arrepintieran y mucho.
Después de todo, todos deseaban enviar a sus hijos a una academia importante al mando de alguien muy fuerte y con tan solo pensar en la minúscula posibilidad de que esa persona tomara un aprendiz, era sumamente atractivo.
Y la Luz de Plata no tenía ninguna aprendiz, lo que significaba que había una posibilidad de que enseñara a alguien… Al menos eso era lo que todos creían.
"¿Algo más para decir?" Preguntó Agatha con calma.
¿Qué más podían decir? ¿Seguir quejándose o tratar de contradecirla? Incluso si venía alguien superior a ellos, no podrían hacer mucho en su contra.
Así que ahora asintieron sin nada más que decir.
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