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59.65% The Guardian [Spanish/Español] / Chapter 584: Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 110: Ya hizo suficiente.

Capítulo 584: Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 110: Ya hizo suficiente.

En la Plaza de Bolívar en Bogotá, un joven caminó entre la multitud que llenaba el lugar.

No eran unos cientos de personas, eran cientos de miles que se extendían por la plaza, las calles a lo lejos, viendo desde los edificios cercanos u observando desde sus balcones, gritando y prácticamente festejando.

"Andrés no te vayas tan lejos, te perderás entre la multitud." Dijo Martín Silva mientras suspiraba viendo su sobrino tan emocionado.

Las calles estaban llenas y había demasiadas personas, pero ese jovencito estaba bastante emocionado por el lugar.

Hoy no era un día festivo, pero tal vez en el futuro lo sería y más cuando se predecía que un anuncio muy importante llegaría hoy, un anuncio que englobaría toda Sudamérica.

"Te marqué mi posición en tu reloj holográfico, tío. No me perderé." Dijo el joven y solo dio un suspiro, cuando vio su expresión seria que le decía que tuviera cuidado.

Ahora muchas personas se estaban reuniendo y viniendo de todas partes de la ciudad, en una reunión masiva y por los gritos, las trompetas y los fuegos artificiales, estuvo claro que estaban felices.

No obstante, vivían en Sudamérica y por ende era peligroso.

"No sé para qué quieres adentrarte en la multitud, cuando literalmente proyectaran el discurso del emperador en el cielo." Comentó Martín agitando su cabeza al verlo tan emocionado.

La multitud, los alaridos y el ambiente festivo llevaba a que un joven como su sobrino, fuera contagiado por tal atmosfera.

"Solo estoy buscando un buen lugar para grabar." Respondió Andrés sosteniendo su dron.

El General Quiroga conquistó estas tierras, queriendo ir al norte, pero antes de eso tuvo una batalla con el Emperador Víctor que había aparecido en el sur y se había subordinado a él.

Fue un cambio repentino y a pesar de que había alguien nuevo muy arriba, Martín no creía en los cambios y para él, estuvo claro que su sobrino Andrés, tampoco tenía tanta esperanza.

No podía entender la emoción del joven, pero al final suspiró y le hizo una señal para que lo siguiera entre la multitud y entonces, viendo a una camioneta, se acercó y al hablar con el dueño, consiguió que le permitiera que su sobrino se subiera en la parte trasera.

"Mejor ángulo que puedes conseguir entre la multitud." Comentó Martín agitando su cabeza.

"Gracias." Dejando ese agradecimiento el joven sacó su viejo dron y ordenó. "Es hora de trabajar."

"Si amo…"

La respuesta mecánica del dron llevo a que la expresión de Martín temblara de forma ligera, pero contuvo su risa para no avergonzarlo.

Era inteligente, capaz y con un talento relacionado con la tecnología, que utilizaba muy bien y con gran capacidad, dejando en claro que su sobrino tenía un gran futuro.

Fue ese pensamiento que llevo a que diera una expresión seria, pero no la mostró al joven, sin querer que se diera cuenta de los problemas de adultos.

Pese al talento de su sobrino, vivían en Sudamérica, un país lleno de corrupción, cuya economía solo caía en picada y Colombia no fue diferente, tanto antes como después de que el General Quiroga tomara el poder.

Ahora con el Emperador Víctor en el poder, tampoco confiaba que las cosas cambiaran y eso era porque la oscuridad ya se había filtrado profundamente en estas tierras.

No solo las mafias, que gobernaban y controlaban todo desde las sombras, sino que los negocios ilegales, los sindicatos y sobre todo las malditas personas, que durante años vivieron en esta clase de sociedad podrida y se convirtieron en parte de la mierda que impregnaba todo.

Si viviera solo, podría haber vivido una vida simple, pero ahora tenía alguien a quien cuidar y que merecía algo mejor.

Mientras ese pensamiento rondaba por su mente, los drones holográficos empezaron a reunirse en el cielo, proyectando al Emperador Víctor en el cielo.

"¿En qué lugar se encuentra?" Dudó Andrés sin comprender, las ruinas que veía en la espalda de ese hombre.

Uno esperaría que se encontrara en algún sitio prestigioso, pero ahora… Martín simplemente agitó su cabeza, sin saberlo.

Solo se sorprendió al ver al famoso Archimago de magia de agua Alfredo Rivas y a su lado a Félix Quiroga quien gobernaba estas tierras.

Había más personas a su alrededor y entre ellos el presidente temporal de Colombia, junto a otros presidentes de las diferentes naciones que ese hombre había conquistado.

"Sudamérica durante demasiados años se ha convertido en ruinas de lo que alguna vez fueron. La corrupción, los lunáticos y jugadores, los políticos y oportunistas, los males han convertido un lugar agradable, en solo ruinas." Dijo Víctor y a pesar de que había personas aturdidas sin comprender la forma que empezaba su discurso, prestaron atención y ese hombre continuó. "Justo como la Ciudad de Manaos, que está en medio de las amazonas y solo quedan ruinas."

La cámara empezó a grabar y la proyección se dividió en múltiples cámaras, grabando esa antigua ciudad.

Los edificios destruidos, cubiertos por la naturaleza, derrumbados o convertidos en nidos de bestias y criaturas, cuyos cuerpos asesinados estaban a la vista de todos.

Algunas grandes y otras de menor tamaño, sus cadáveres estaban presentes en ese lugar, llenando las cámaras, que mostraban todo.

Lo que alguna vez fue una gran ciudad, ahora eran ruinas, que nadie deseaba reclamar y que todos ignoraban desde que fue abandonado.

"Esta ciudad cayó en manos de la naturaleza, pero Sudamérica se convirtió en ruinas a causa de las personas que buscaban sus propios intereses." Dijo Víctor cuando la cámara lo volvió a mostrar a él y con una expresión simple, añadió. "Solo deben mirar a sus alrededores para darse cuenta."

Martín observó sus alrededores y se dio cuenta de que las personas no miraban los edificios, buscando la destrucción, sino que se miraban entre ellos.

Las 'ruinas' de la que hablaba no era literal y no se trataba de los edificios, hablaban de la sociedad en su conjunto.

Y lo era.

Sudamérica había vivido tanto tiempo en la corrupción, bajo el control del crimen, que las personas cambiaron y se adaptaron a esa sociedad en ruinas, volviéndose en parte de la decadencia que detestaban.

No había que mirar muy lejos para encontrar tales personas deshonestas, el dueño de su edificio actual pagaba a las pandillas para amenazar aquellos que se retrasaban en el pago.

Su anterior jefe de la empresa de construcción para la cual trabajaba, dejo que más de tres empleados murieran al comprar equipo de seguridad dañado y luego le pago al juez, para que le favoreciera el caso y silencio a la familia amenazándola.

La anterior escuela en donde había estado su sobrino, utilizaba las instalaciones escolares para guardar las drogas antes de distribuirlas.

Tales hechos sucedían a menudo en su vida y mostraban solo una pizca de lo que vivían día a día.

"No les daré promesas. Para eso están los políticos que votaran." Dijo Víctor causando que los dos rangos SS lo miraran de forma extraña, pero ese hombre sin inmutarse, anunció. "Yo les diré que reconstruiré esta ciudad en ruinas y la convertiré en algo nuevo y mejor."

En vez de dar 'promesas vacías' como los políticos que siempre elegían, ese hombre estaba dejando en claro que era lo que iba a hacer.

"De la misma forma que haré con Sudamérica." Anunció Víctor mostrando una expresión seria.

No prometía reconstruir todo y que volvieran a lo que antes fue, incluso los mejores años antes del Gran Cataclismo, estaba dejando en claro que reconstruiría el lugar y lo volvería algo nuevo.

Un Imperio Sudamericano.

Solo que en cuanto a que fuera algo 'bueno', Martín dudaba.

Esperaba que Víctor no fuera otro gobernante que solo deseaba sentarse arriba de todos para mirarlos desde lejos, sin intervenir, pero en sus largos años de vida había aprendido a que, si deseaba hacer algo, necesitaba hacerlo por su cuenta.

Viendo al joven que grababa con su dron, Martín Silva solo dio una expresión seria ocultando todas sus emociones.

Lo primero era enviar a su sobrino a una buena escuela, una que le permitiera obtener mejores becas y oportunidades, para cuando terminara la secundaria pudiera entrar en alguna academia que le brindara la oportunidad de desarrollar su talento.

Al menos de esa forma podría dejar estas tierras y vivir en algún mejor lugar.

******

La sala de reuniones con la mayoría de las personas que estuvieron presente de alguna forma en la reunión de paz, ahora estaban en silencio.

Agatha les dejo leer el documento, sin ocultar su expresión de querer terminar con todo y ya irse.

Su esposo también se notaba algo aburrido, ya de tantas charlas y ahora que todo estaba terminando, era algo bueno.

"¿Algo que decir?" Preguntó Agatha, mirando a los presentes.

Desde las fuerzas del Imperio Falion, con Melorrill y Xaro dirigidas por el Duque Kristoph, Mercurio junto al Rey Demonio Pacífico, el Rey Demonio Aniquilador, la Reina Demonio Oprovana, el Rey Demonio el Joven Ivras, Vincent, Ackermann, el Cardenal Auguste, Vladislav y el Rey de Arabia, junto a los representantes de la India.

Intereses de la Unión Europea, de Rusia, de la India, de Arabia, a la vez que intereses de demonios que vinieron del otro mundo, de jugadores como también de los cultos que podían estar a su espalda.

Esta 'paz' en realidad, era dividir Oriente Medio entre las influencias de tales fuerzas y darles límites, para que las batallas no continuaran.

Con eso, los demonios tendrían un lugar para quedarse y pelear entre ellos si deseaban o intentar volver si es que querían, mientras que los jugadores tendrían sus tierras y los sectarios un espacio libre, aunque limitado por las fuerzas presentes.

Lo principal era que los demonios pudieran saber que no serían asesinados y de esa forma, no tendrían que sentirse acorralados y llevar a cabo locuras.

"Seré clara, me importa una mierda sus ambiciones y estas tierras." Dijo Agatha con seriedad.

Las miradas no se volvieron raras y más de las personas que conocían su carácter y que su esposo simplemente pusiera una expresión simple, dejo ver que la conocía bien.

Algunos de los presentes estuvieron tratando de ocasionar problemas para la paz, desde la iglesia del Orden con su gente extremista, los demonios con su deseo de luchar o los idiotas que no sabían sus límites.

"¿Quieren gobernar y llamarse reyes? ¿Crear sus naciones y jugar a ser presidente? ¿Jugar con sus gremios de jugadores recordando Terra nova? ¿O buscan algo más? Moviéndose en secreto, reuniéndose con sus conocidos en las sombras, ocultando sus rostros, creyéndose titiriteros. No me importa. Háganlo." Dijo Agatha de forma indiferente y notando ligeros cambios en la energía mágica en algunos, dio una sonrisa y comentó. "Solo sepan que hay límites y nadie desea que otro Malik aparezca. Yo soy uno de ellos."

Malik Zamora, un rango SSS que destruyó la ciudad de Jerusalén, diciendo que deseaba conquistar el mundo, iniciando una guerra y posteriormente trayendo demonios, llevando a que la guerra se alargara.

La destrucción de una ciudad fue el desencadenante para que lo terminaran asesinando y si fuera sincera, tal vez si hubiera sido eliminado cuando mostraba los signos de ambición, nada de esto hubiera ocurrido.

Agatha no se preguntaba cuál era su intención al tratar de conquistar el mundo ni tampoco le importó porque destruyó la ciudad de Jerusalén, lo único que le importó fue que, por su culpa, su hija terminó en una muy mala situación.

Era cierto que la dejo vengarse, tomando sus decisiones, pero no significó que la dejara sola.

"¿Y crees que tu sola puedes detener a todos los ambiciosos?" Preguntó Ivras con una expresión fría y casi despectiva.

¿Podía detener a todos los ambiciosos? ¿A aquellos que jugaban en las sombras, reuniéndose con miembros de sus 'sociedades' secretas, actuando como titiriteros controlando las naciones o empresas?

"¿Quién dijo que estoy sola?" Cuestionó Agatha y con una risa verdaderamente despectiva, añadió. "Puedes probarme y ver lo que sucede."

Los demonios que vinieron de repente en grandes números causaron pánico los primeros días y luego fueron detenidos por los terranovense, conocidos por su capacidad inigualable... Ese punto era algo que debía tenerse en cuenta.

Agitando su cabeza, Agatha solo se alejó junto a su esposo, que tomó su mano mientras caminaba.

Antes de salir a la sala, el espacio se distorsionó y aparecieron en la entrada del edificio en el que habían estado y en el lugar estaba Melorrill, quien también había salido para interceptarla.

"Vieras advertido con tu dios. Ellos se hubieran mantenido asustados durante unos meses, pensando si alguien lo ve cuando cagan." Comentó Melorrill y antes de que pudiera decir algo más profundo, solo se detuvo al ver su mirada.

Antón se disculpó sabiendo que ambas le gustaban hablar en solitario y se alejó para encargarse de otros asuntos.

"O puedes tratar de amenazarlos con otro Primordial." Añadió Melorrill riéndose entretenida.

"Lo deseabas decir…" Murmuró Agatha agitando su cabeza y dándole una mirada, reveló. "Me iré a la casa de mi hija por todo lo que queda de este año. Si te aburres puede venir a buscarme."

No le importaba los comentarios de Melorrill y con el tiempo cada vez se acostumbraba a ignorarla de forma más perfecta.

Que esa supuesta elfa, supiera cuando detenerse o limitarse delante de otros, era algo agradable.

"No, no deseo molestarte con tu familia." Respondió Melorrill y extendiendo una barrera sin mover un dedo, dudó. "¿De verdad detendrías a alguien si tiene una gran ambición? Hay una necesidad y… Estoy segura de que habrá individuos que se mueven hacia ella."

La necesidad… Lo había escuchado tantas veces antes, que ya le parecía aburrido.

La necesidad de héroes, de salvadores, de protectores de la paz y ahora una necesidad más grande y compleja, que algunos miraban con deseo.

Melorrill estaba apuntando a que esa 'Necesidad' motivaría a algunos a cometer crímenes atroces, buscando alguna forma de tratar de cubrirla, siguiendo sus propios ideales.

Solo que para muchos la 'Necesidad' era una excusa que ocultaba su verdadera ambición e intenciones y esos individuos eran el verdadero problema.

"No mentí. Mientras este en este mundo, me encargaré de que otro Malik no aparezca, eliminándolo. Incluso si debo pedirle a Aión que se mueva o traer el mismísimo infierno." Anunció Agatha con una voz simple.

Aquellos que pensaban que era débil al ser solo un rango SS, se darían cuenta de que se enfrentarían a peores individuos que ella y su pequeña nuera, era alguien que le encantaría soltarse.

"Deberías ser tú quien cubra esta necesidad." Dijo Melorrill y sin ocultar la seriedad de su expresión, añadió. "Eres la más apta para ello."

Agatha se rio como si hubiera escuchado lo más divertido de su vida y al ver que esa elfa hablaba de verdad, solo se rio a carcajadas, hasta que sus ojos empezaron a lagrimear.

Que fueran palabras honestas, solo lo volvió aún más divertido.

"Ten una feliz navidad y año nuevo, Melorrill. Aunque dudo si los de tu raza los festeja." Dijo Agatha antes de retirarse, sin ocultar la sonrisa de buen humor.

Ahora solo estaba tomando un papel de intermediador de la paz o de 'pilar' de la iglesia para que el mundo no se volviera un lugar caótico para sus hijas, pero si fuera sincera, ya estaba cansada.

No solo no deseaba tomar otro trabajo que le parecía molesto, sino que tampoco tenía interés en seguir protegiendo este mundo.

Ya hizo suficiente por este mundo en el cual vivían sus dos adorables hijas y ahora solo deseaba vacaciones… Deseaba un retiro.


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