Al este del gigantesco árbol, una gruesa raíz se extendía por arriba de la tierra, apartando los árboles de copas doradas que estaban en este lugar.
Aurora que estaba moviéndose por arriba de esa raíz, admiró el grosor de la raíz que superaba las raíces del Adansonia gigante del bosque mágico.
Sin distraerse por la vista, continúo avanzando hasta que pudo ver un lago en donde la raíz se adentraba.
Agua traslúcida, el lago no era tan grande y había bastante animales y bestias mágicas inofensivas bebiendo agua.
Al único que reconoció fue el 'Vividor', que prácticamente era un pollo gigante con alas escamosas, que soltó un chillido de amenaza, pero cuando una presencia ligera se extendió, solo se retiró.
La presencia no vino de ella, sino que de Amnestria estaba en su sombra.
"Es un lugar bastante hermoso." Murmuró Aurora de forma honesta.
Un lago de agua cristalina, algunas pequeñas hojas flotando en el agua de forma natural y lo que parecían peces por el agua, moviéndose en calma.
La brisa, el aroma de naturaleza y la ligera luz del amanecer, era cautivador de una forma única.
A pesar de que hoy iba a ser un día complicado debido a que la expedición comenzaría a viajar a donde se encontraba el portal abismal, Aurora no podía evitar disfrutar estos pequeños momentos.
"Lo es…"
La respuesta no vino de Amnestria que estaba en su sombra, sino que vino de los alrededores… Esa era lo único que podía decir, cuando ni siquiera sabía si la voz vino de adelante, de arriba, de abajo o detrás de ella.
Aurora no se sorprendió, sino que observó como el agua se agitaba y una criatura salía de ese lugar.
Su cabeza era parecida a la de un ciervo, pero su cuerpo estaba más cerca de parecer al de un caballo y su tamaño rondaba los tres metros de longitud y unos dos metros de altos, más si se medía las astas similares a los ciervos o renos, solo que más grandes.
La parte trasera de su cabeza tenía pelaje y cuernos extendiéndose por la parte trasera de su nuca, mientras que su cola era larga y estaba completamente emplumada.
La piel negra de la criatura al combinarse con el pelaje de la cabeza de color celeste y la cola emplumada que mezclaba plumas celestes, lograba que la belleza de la criatura fuera indiscutible.
El Gran Sacerdote Yulong había sido informado de su interés y el de Alba de comunicarse con las bestias mágicas y ver si era posible ayudarlos.
La respuesta vino de la Guardiana que hace un par de días la envió a este lugar y se encontró con esa bestia, cuya especie era conocida por los Zarquianos como los 'Cornamenta'.
"¿Has pensado lo que he comentado?" Preguntó Aurora de forma solemne.
Estaba utilizando un artefacto para convertir su voz en energía mágica y que la otra parte pudiera entender sus palabras.
Había venido antes informándole de la situación y del portal que iba a ser una salida, pero a diferencia de los Zarquianos que confiaron de inmediato en la expedición, mayormente a causa de la Guardiana, este 'Cornamenta' era diferente.
"Si, pero no he llegado a una conclusión." Respondió el Cornamenta y con calma, añadió. "Pero he avisado sobre tus intenciones a aquellos que pueden razonar. Su respuesta no está en mí para decirla."
Aurora no se vio alterada porque no obtuviera una respuesta clara.
Le había mencionado que la expedición podía llevarlos y si bien no iba a ser en este primer viaje con los Zarquianos, se podría hacer otro para las bestias mágicas o incluso las mismas bestias podrían acercarse a donde se encontraba el portal abismal.
Era cierto que llevar bestias mágicas y dejar que se asentaran en la tierra podría afectar el ecosistema, pero si Aurora era sincera, el ecosistema de la tierra ya había cambiado.
Monstruos, mazmorras, criaturas, bestias mágicas y decenas de otras circunstancias que llevaban a que especies enteras estuvieran en riesgo de extinción o literalmente se extinguieran.
Los animales seguían 'despertando' y como si fuera poco la energía mágica seguía afectando las criaturas, llevándolos a que cambiaran de múltiples maneras.
Agregar a otras bestias no iba a tener tanto efecto y más si eran capaces de dirigirlas.
Y como si fuera poco, había un precedente de sacar bestias mágicas o criaturas de un portal abismal y quien lo hizo fue Cécile Leroux.
Dio parte a la Unión Europea que las extendió por las reservas de Europa y por lo que Aurora había escuchado, las que esa mujer se quedó estaban siendo criadas y mantenidas en alguna parte de Sudamérica.
El punto era que no habría problemas en términos internacionales.
"Debes pensar en la respuesta. Tal vez desconfíes de nosotros, pero quedarse aquí significa la muerte." Dijo Aurora de forma algo preocupada.
"Lo sé. He visto los límites y algunos de nosotros venimos desde tierras lejanas, no obstante, consideramos este mundo como nuestro hogar." Respondió el Cornamenta con calma.
Los límites se refería a la parte más extrema de estas tierras en donde todo estaba siendo desgarrado por el agujero negro y si bien Aurora no lo había visto, si vio este mundo completo… O la mitad de lo que quedaba de él.
Este mundo era grande, pero enormes porciones de tierra desaparecieron y eso llevo a que las pocas criaturas que pudieran emigraran, pero otros desaparecieron.
Al menos, eso era lo que había mencionado el Gran Sacerdote Yulong.
"Entiendo tu postura." Respondió Aurora de forma honesta.
Entendía que este lugar para algunos de ellos era su hogar y no lo podían abandonar, no importa si al quedarse, significaba morir.
A diferencia de los Zarquianos cuya vida giraba en torno a la Guardiana que adoraban, las criaturas y bestias mágicas solo respetaban a esa gran existencia.
Vivián bajo sus grandes hojas, manteniendo su respeto y admiración, pero no obediencia.
"Aun así, piénsalo. La Guardiana y los Zarquianos nos han dado su voto de confianza. Su gente no desea morir aquí y si bien ellos lo hacen por 'fe', creo que algunos desean que sus familias vivan." Añadió Aurora y mirando a la bestia de rango S, comentó. "Trata de explicar esa necesidad."
La criatura que estaba al frente de ella, le estaba escuchando a causa de la Guardiana, que esa bestia respetaba, pero eso era todo.
A Aurora no le gustaría que la razón por la cual no desearon seguirla, fuera a causa de que no pudieran confiar en ella, temiendo lo que podía suceder al otro lado.
La única ventaja de este lugar era que los Zarquianos si bien cazaban bestias para comer su carne, mayormente se alimentaban de la naturaleza y eso significaba que no se cazaba tantas bestias.
Llevando a que las bestias locales no fueran tan agresivas como lo eran algunas en la tierra.
"¿Por qué insistes tanto?" Preguntó el Cornamenta observando con calma, dejando que su voz masculina pareciera interesada.
¿Por qué insistía en que les dijera a otras bestias mágicas?
No le preocupaba todos los seres vivos y no trataba de salvarlos a todos, la respuesta era más simple de lo que parecía.
"Porque no deseo cargar con la idea de que sus muertes podrían haberse evitado con mi insistencia." Respondió Aurora de forma directa, sorprendiendo al 'Cornamenta'.
No iba a decir que salvaría a todas las criaturas vivientes de este lugar y solo podía decir que intentaría hacer lo que pudiera y estuviera dentro de su capacidad.
Todo siguiendo la idea de que su objetivo principal era aprender la enseñanza y mayor que todo, cerrar el portal abismal.
Si ofrecer una mano a las bestias mágicas inteligentes de este mundo podría llevar a que algunas de ellas vivieran, lo haría.
"Tampoco es un gran trabajo." Añadió Aurora y sin importarle lo que pensaba, comentó. "Si me disculpas, es hora de volver. El viaje de los Zarquianos está por comenzar."
Recibiendo el asentimiento de esa bestia mágica, Aurora simplemente se retiró siguiendo la raíz hacia el gigantesco árbol.
Darles una mano a las bestias mágicas era una pequeña tarea que la podía cumplir de forma secundaria.
Avanzando por la raíz, de su sombra saltó Amnestria con su tamaño mediano de tres metros de longitud y dos metros de alto.
Era grande, pero ahora estaba corriendo a su lado y la estaba mirando con sus ojos púrpuras.
"¿Es verdad lo que dijiste?" Preguntó Amnestria con curiosidad.
¿Era verdad que no deseaba cargar con la idea de que las muertes de estas bestias mágicas inteligentes se podían evitar con su insistencia?
"En parte, por otra parte, esa bestia mágica necesitaba que le fueran directo. Y no hay nada más directo, que alguien que hace las cosas por sí misma en vez de por otros." Respondió Aurora de forma honesta.
Podía mentir y decirles que deseaba salvar a todas las criaturas, buscando ganarse la confianza de la otra parte, pero estaría mintiendo.
Vino aquí por razones egoístas, buscando proteger su propio mundo, lo que significaba que se movía por sus propios intereses y entre esos intereses estaba su deseo de ayudar a otros.
Sin embargo, incluso ese deseo de ayudar estaba limitado.
"Tampoco necesitas preocuparte. No cargaré con sus muertes. Ya le he dado la posibilidad de elegir, está en ellos aceptar o no." Respondió Aurora y dando un suspiro, murmuró. "Ellos son adultos, los únicos que me preocupan son sus crías si es que tienen alguna."
Ella hubiera aceptado que Nianya deseara quedarse en este lugar para morir junto a su Guardiana y si bien trataría de convencerla, si no lo lograba, lo dejaría estar.
Era una adulta que podía tomar decisiones propias, pero era otro asunto cuando se trataban de niños… Sean Zarquianos o crías de bestias mágicas.
Al final, era mejor tratar de centrarse en su objetivo principal y hacer lo que pudiera en otros aspectos.
Amnestria simplemente asintió y volviendo su forma pequeña, flotó por el cielo hasta sus brazos, logrando que Aurora la atrapara.
Y siguió caminando.
El día estaba comenzando.
******
La caravana había dejado los límites del bosque y estaba presente cerca del campamento de avanzada.
Se habían preparado durante varios días para esta expedición y hoy estaba por comenzar.
César en vez de estar ansioso, solo tensó su cuerpo mientras se sostenía de un árbol que le permitía observar todo el campamento.
Le recordaba a la misión Arca, pero a la vez era muy diferente.
Lo primero era que en vez de camiones en este lugar se encontraban carruajes creados por la naturaleza para moverse y llevados por bestias grandes que a César le recordaba a los 'triceratops'.
Había estudiado y leído mucho sobre la evolución de los animales en su tiempo y conocía a los famosos dinosaurios.
Estaba bestia se parecía a los triceratops y la mayor razón era la parte del cráneo que daba la impresión de rodear su cuello y su cabeza, recordando un escudo.
Lo que le daba el nombre a esta bestia… Los 'Escuderos'.
Algunos de ella tenían cuernos en su cráneo que eran similares a los rinocerontes, pero por todo lo demás era diferente a los triceratops.
Con sus cuatro patas, estas bestias eran anchas y cada pisada aplanaba la tierra a su paso, creando lo más parecido a un camino, con su control en la magia de tierra.
Algunas median cuatro metros de longitud y dos metros de alto, pero su anchura, sus patas fuertes y pesadas lo convertían en bestias de temer, como rangos A.
Estas bestias eran lo que los Zarquianos utilizaron para venir de todas partes de este gigantesco mundo, al árbol en un viaje que duro mucho tiempo y ahora la volvieron a utilizar para moverse al portal abismal.
Estaban tirando de los carruajes de naturaleza que estaban cargados con algunos objetos de los Zarquianos, pero mayormente estaba cargado con los ancianos, los niños, las zarquiana embarazadas o aquellos que no podían caminar una gran distancia.
La expedición tenía bastantes objetos de almacenamiento y si bien gran parte de ellos estaban llenos con suministro, había otros objetos de almacenaje vacíos que teóricamente vinieron en los suministros para guardar los cadáveres de las criaturas que asesinaban.
O si encontraban algo importante que llevar pudieran hacerlo.
El Séptimo Portal Abismal en el cual Zerzura también participó, hubo una necesidad de traer muchos objetos de ese mundo y por eso esta vez vinieron más preparados, permitiendo llevar gran parte de los objetos de valor de los Zarquianos.
"Son demasiados." Murmuró Rupert subiendo al árbol a su lado y tirándole una fruta de color blanco, César lo recibió.
La fruta llamada 'Ojo' era de color blanco en su totalidad y toda su cáscara era bastante dura, pero había una parte dorada que parecía una pupila que era delgada.
Afirmándose en la gran rama controlando su peso, César sacó un cuchillo y perforó la parte dorada, entonces bebió el jugo del interior.
El líquido era refrescante y tenía un ligero dulzor, lo suficiente para lograr que César dejara salir un suspiro insatisfecho cuando lo terminó.
A pesar de ser una fruta bastante grande y llena de líquido, era suficiente para calmar la sed de su gran cuerpo.
Estas eran unas de las frutas que esta raza utilizaba cuando necesitaban viajar una gran distancia y necesitaban beber.
"Ellos son ingeniosos para volver a utilizarlos." Murmuró César con un elogio honesto.
Esa fruta era hueca y su interior podía ser llenada con agua, para luego dejar que el interior se cerrara cuando se regeneraba, llevando a que el agua se mantuviera fresca.
De cierta forma, estas frutas conocidas como 'Ojos' por su forma, eran las cantimploras de los Zarquianos.
"Formen tres filas. Váyanse moviendo. Suban aquellos que lo necesitan a los carruajes, muevan los escuderos." La orden Zixin el líder de la casta guerrera sonaron y la enorme cantidad de Zarquianos se empezaron a mover.
Se iba a formar tres líneas para el viaje, siendo el centro en donde estarían el carruaje y aquellos más débiles, mientras que a cada lado estarían los adultos que podían caminar durante largas distancias.
De esta forma, se evitaba crear una línea de caravana demasiado extensa y se evitaba dividir tanto a los guardias.
Solo un par de Zarquianos iban a quedar en el árbol y eran aquellos de la casta sacerdotal que se encargaría de cuidar a la guardiana y a la vez si era necesario, informarla del viaje.
Aun así, la cola iba a ser bastante larga, lo que significaba para César problemas.
"Va a ser una misión dura." Murmuró César con calma.
Ambos habían realizado misiones en Zerzura y tenían experiencias con las misiones arcas, enfrentándose a diferentes desafíos, pero estaba claro que aquí, la dificultad iba a ser bastante alta.
"La organización de Aurora y Minerva ayudará bastante." Respondió Rupert y con un gruñido bajo, añadió. "Y tenemos a Alba y la Reina del Bosque. También está el Gran Sacerdote Yulong."
A pesar de que no lo estaba diciendo directamente, se notaba confiado debido a esos individuos poderosos.
Alice también estaba presente y esa glotona para César parecía estar más suelta en este lugar y era hasta el punto de que buscaba platos nuevos, cuando normalmente hubiera actuado seria siguiendo a Aurora.
"No bajes la guardia. Incluso si Minerva y los drones exploran, sabes que siempre pueden suceder situaciones desafortunadas." Respondió César con un gruñido claro y guardando el ojo en su anillo espacial, añadió. "Tenemos que prepararnos para lo peor."
Delante de ellos a lo lejos había una enorme extensión de tierra por donde tendrían que viajar y la caravana preparándose en las tres filas, estaba entrando en posición para comenzar.
Estaba amaneciendo y eso significaba que tendrían cerca de veinte horas para viajar antes de que la noche llegara.
Su objetivo era llegar al menos a la zona de la montaña, pero este lugar era desconocido para ellos y como si fuera poco, también era desconocido para los Zarquianos.
Después de todo, no siempre sabían cuando criaturas nuevas aparecían por la grieta y a todo eso, los depredadores naturales, monstruos y criaturas eran algo normal en esta zona.
Viendo que algunas reconocidas armaduras de poder volaban por el área, aterrizando y ayudando a los Zarquianos o incluso explorando controladas por Minerva, César no pudo negar que le daba confianza ver tanta tecnología.
"¿Crees que hagamos dos viajes?" Preguntó Rupert con curiosidad y observando a su compañero, dudó. "¿Crees que las bestias mágicas se unirán?"
La pregunta sobre los dos viajes fue hecha debido a que Aurora mencionó que si era necesario llevar algunas bestias mágicas podían hacerlo y lo que le permitió esa acción, fue que la Guardiana estaba protegiendo este mundo.
Iba a ser destruido, pero mientras la Guardiana estuviera utilizando su poder, podrían tratar de ayudar todo lo que podían.
"Me gustaría. El bosque mágico los aceptara mientras sigan sus reglas y lo ayudara, pero no sé cómo son las bestias de este mundo." Respondió Cesar agitando su cabeza.
El primer viaje llevaría a los Zarquianos y si bien una vez que llegaran iban a tener que desactivar la barrera que supuestamente cubría el portal, según el Gran Sacerdote Yulong era posible volver a levantarla si era necesario.
Lo que permitió que una vez que enviaran a todos volvieran, y llevaran a los Zarquianos que quedaban y a la vez a las bestias que quería irse.
Para César sería bueno que fueran, pero entenderían si deseaban quedarse.
Observando que Aurora llegaba al lado de Amnestria y acompañada por el Gran Sacerdote Yulong, dio una sonrisa.
Había realizado bastantes misiones arcas, pero los Zarquianos eran quienes mostraban una mayor determinación y si bien estaban tensos por el viaje, confiaban en sus guerreros y la gente que los protegería.
También todos llevaban una que otra arma para en caso de necesidad protegerse y a la vez defender a su gente… La idea de proteger a su gente superaba divisiones de sus 'castas'.
Era bueno ver tan alta moral en la caravana y César se sintió entusiasmado.
"Vamos. Debemos movernos." Dijo César haciéndole una señal a su compañero.
Como cada vez que realizaba este tipo de misión, César siempre deseaba hacer lo mejor para completar la misión.
Buscando ayudar a esta gente a llegar a salvo y responder la confianza que ellos ponían sobre él y todos los guardias.
Únete y habla con otros lectores: discord.gg/WG8FX75