En unas de las grandes calles de Río de Janeiro, una gran multitud estaba marchando mientras que su número aumentaba cada vez más, superando las decenas de miles.
"No una guerra en contra del pueblo de Brasil, sino que, en contra de sus gobernantes corruptos, sus instituciones ineficientes y aquellos que lo apoyan para crear tanto daño."
La voz del Emperador Víctor vino desde el cielo en donde proyectaban su discurso.
Ese hombre estaba por hacer una guerra, pero no en contra el pueblo, sino que en contra de los gobernantes.
¿Cuántos años estuvieron esperando eso? Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que el pueblo de Brasil, escuchó palabras similares.
Escuchó el grito de guerra de alguien que proclamaba que iba a limpiar la nación y salvarlos.
¿Qué le paso al último que dijo tales palabras?
Una gran mujer política que prometió limpiar la corrupción de la nación, encargarse de juzgar a todos los que causaron daño.
Tenía el apoyo del pueblo a pesar de que la casta política la odiaba y había ganado apoyo de algunos gremios que estaban unidos al pueblo.
La esperanza nunca había estado tan cerca y para el pueblo nunca había desaparecido tan rápido.
Esa gran mujer que daba la impresión de que cambiaría todo fue degollada con toda su familia y ahorcada en el edificio en donde había residido.
Dejando ver a todo el mundo, que sus promesas no se iban a cumplir, que su sueño de una nación mejor no iba a llegar.
No importaba si tenían buenas intenciones, en este mundo el poder importaba y esos poderosos no estaban del lado del pueblo.
Las noticias no hablaban del asesinato, la policía nunca llegó a nada, los jueces detuvieron el caso y luego las elecciones continuaron, dejando que un presidente alcanzara la 'victoria democrática'.
Sin embargo, ahora era diferente.
"Una guerra para liberar al pueblo brasileño de sus corruptos gobernantes."
Esas palabras llevaban a que cualquier que lo escuchara se sintiera atraído.
Llamarlos corruptos era solo una broma… La policía era capaz de matar a las personas que debía proteger y nadie haría nada.
La oposición dirigía protestas mientras que, a escondidas, recibían dinero sucio de la casta gobernante o negociaban con tales personas, rompiendo cualquier promesa que habían dicho.
Aquellos que habían declarado una guerra en contra de la corrupción vivían lo suficiente para volverse iguales que aquellos que decidieron borrar o morían por sus ideales, sin cambiar nada.
Pero esto era diferente.
¡El hombre que decía las palabras que todos deseaban escuchar era el nuevo rango SSS!
El Emperador de Sudamérica, alguien que luchó en la guerra demoniaco-europea y derrotó a los demonios.
Gran parte de los presentes habían sido informados de que vendría un discurso del emperador.
Un discurso que cambiaría todo por completo, pero ahora…
"Ellos se olvidan lo que nosotros… ¡Somos sudamericanos! ¡Y ahora más que nunca debemos estar unidos!"
Esas palabras se combinaron con la gran proyección entre los edificios de la ciudad y a la vez con la voz de las personas que marchaban.
Incluso aquel que amaba a su nación, no podía negar que esa misma ya estaba corrompida hasta niveles muy profundos.
¿Cómo podían salvar su nación y su gente que vivía en ella?
"¡Debemos apoyar a nuestros hermanos de Brasil! Debemos liberarlos del yugo en el que se encuentran y si para apoyarlos debo convertirme en un tirano. ¡Lo haré!"
La voz del Emperador Víctor volvió a ser escuchado y la gente que estaba cansada de vivir bajo el yugo de un gobierno que los veía como ganado, explotó cuando no pudieron contener sus emociones.
"¡Queremos libertad!"
"¡Una buena vida!"
"¡Arriba el Emperador Víctor!"
Comenzando con el cambio en la Argentina, luego en Chile, Paraguay y Uruguay, la vida en esos lugares mostraba rastros de cambiar.
Tal vez la economía seguía en el mismo estado, pero la esperanza se levantaba en las cordilleras al oeste argentino.
Sin embargo, el mayor cambio y el más notable, fueron los políticos.
¿Cuántos juicios políticos fueron llevados a cabo durante estos últimos días? Las pruebas que se mostraron de forma directa, fueron mayores de las que todos habían imaginado.
Ni el defensor más ciego puedo seguir protegiendo a los políticos, cuando se les reveló su verdadero rostro.
Impuestos que solo buscaban engordar los bolsillos de la casta política corrupta fueron quitados, reformas económicas fueron llevadas aplicadas de inmediato.
Una limpieza en las autoridades policiales, el ejército y prácticamente gran parte de las fuerzas públicas.
Un control exhaustivo de los gremios que llevo a que lunáticos con crímenes que encubrieron con dinero, finalmente conocieran la 'justicia'.
Nadie se salvó de la voluntad del Emperador y ahora deseaban que llegara aquí.
¡Deseaban el cambio!
"¡Arriba el Emperador Víctor!"
La muchedumbre marchó al grito de 'arriba el emperador' y entre más marchaban más gente se unía.
Escuchando el discurso de Víctor en el cielo y deseando un cambio.
Sin embargo, su marcha se detuvo cuando varios camiones militares de la policía se interpusieron en el camino.
*BOOM*
La proyección en el cielo fue destruida por una bola de fuego que vino desde un rango S que estaba al frente de la policía.
El jefe del departamento de policía de toda la ciudad, era un mago de fuego de rango S… Reconocido por ser un corrupto.
Carlos, conocido como el 'Rompe-piernas' observó cómo eran detenidos.
Como miembro de la Guardia de las Sombras en prueba, estuvo en Brasil para preparar todo para este momento.
La muchedumbre a su alrededor estaba enfurecida, cansada y enojada, pero motivadas.
¡Querían cambios y lo querían rápido!
"Es mejor que vayan a sus casas y no salgan. La ciudad ha entrado en un toque de queda." Ordenó el jefe de la policía, liberando su presencia.
Muchos se pusieron pálidos y la razón de que entre ellos no había demasiados usuarios de habilidades, pero la muchedumbre no huyó o se retiró como otras veces.
La fuerza de los números dio confianza, pero también había una razón mayor.
Los cambios no solo venían por fuerzas del exterior, debía ser un cambio interno y ellos debían ponerse al frente para cambiar todo.
"¡No! ¡Váyanse a la mierda!"
"¡Corruptos!"
"¡Traidores a la patria!"
"¡Vendidos!"
"¡Criminales!"
Todo tipo de gritos vinieron y lo extraño para Carlos, fue que ninguno de esas palabras estaba equivocado.
La policía eran unos corruptos que se vendieron a los criminales y traicionaron cualquier valor que las fuerzas policiales podrían tener.
Ahora la gente estaba cansada y lo mostraron, pero si algo destacaba de la policía era su 'simpleza'.
*Bang*
El Jefe de la Policía desenfundo su pistola y apuntándole a la jovencita que grito primero, apretó el gatillo, pegándole un tiro en medio de la cabeza.
Como un títere con sus cuerdas cortadas, esa mujer cayó al suelo mientras que la sangre empezaba a salir.
"¡Disparen!"
Los miembros de la policía eran criminales, literalmente las mafias disfrazadas de hombres de ley que solo aceptaban a los suyos.
Ahora el Jefe del Departamento de Policía con una sonrisa viciosa ordenó que los demás dispararan su arma y Carlos, que fue avisado que esto sucediera, saltó sacando su mazo.
Utilizó su cuerpo para detener algunas balas y antes de que más fueran disparados, barreras empezaron a levantarse entre la multitud.
Esos supuestos policías usaron sus armas reglamentarias para disparar y al ver usuarios de habilidades que empezaban a defender a su gente, lanzaron más ataque.
"¡MUÉRANSE!"
Muchas personas que formaban parte de la muchedumbre huyeron cuando se dieron cuenta de que la policía disparaba a matar, pero Carlos que estaba junto a los demás miembros de la Guardia de la Sombra, se congeló al escuchar ese grito.
Un par de roca voló por el cielo y golpeó al camión militar de la policía que cubría el camino.
"¡Váyanse al demonio!"
"¡Asesinos!"
Otro disparo un arco, cuya flecha fue detenida por la barrera y luego otro, lanzó una bola de fuego con su varita.
Los pocos usuarios de habilidades que quedaron no solo trataron de proteger a la gente, sino que se quedaron y ellos le dieron fuerza para que otros más viejos se quedaran.
Si algo tenía aquellos que superaban los cuarenta era que posiblemente fueron jugadores, que vivieron en un mundo de fantasía y se enfrentaron a todo tipo de peligros y era esa misma gente que ahora mismo no tenía miedo.
Carlos se rio al ver, lo que el apoyo de una persona podía hacer entre la gente y esto era lo que él había deseado.
"¡El Emperador Víctor está aquí y el gobierno corrupto caerá hoy!" Gritó Carlos como si fuera un portavoz y utilizando su maza, la lanzó al jefe de policía.
Su fuerza atravesó la barrera y golpeó el estómago del mago, tirándolo hacia atrás y golpeando a otros policías.
"¡Ríndanse!"
Al ver que la policía empezaba a disparar sus armas mientras que los usuarios de habilidades se preparaban para el combate, dio una sonrisa.
La ira del pueblo había estallado y ahora nadie podía detenerlo… No cuando Víctor se había encargado de enviar a su gente, para ser los protectores y los iniciadores de este estallido.
Al mismo tiempo que eran los impulsadores de este golpe de estado.
******
En medio de la ciudad de Brasilia, un auto con vidrios negros estaba viajando mientras que muchas personas estaban gritando por las calles.
La proyección del discurso del Emperador Víctor estaba en el aire y en el interior, el Presidente de Brasil dio una expresión temblorosa.
"¡¿No pueden ir más rápido?!" Dudó el Presidente mientras su expresión se distorsionaba con pánico.
Oficialmente se fue utilizando un portal para retirarse a un lugar seguro, pero en realidad solo envió algunas personas a ese lugar y él estaba huyendo por tierra, en un auto privado.
Su equipo de seguridad del cual más confianza estaba protegiéndolo, pero cada uno de ellos eran criminales, que compró de forma ilegal… Esclavos que servían de escudo de carne.
Era de los únicos que podía confiar y por eso no utilizó pergaminos que otros crearon para él o utilizó las medidas de seguridad que el 'título' de presidente tenía.
Hasta había enviado a su doble a otro lugar para que sirviera de señuelo, todo para escapar ahora mismo.
"La protesta parece estar escalando, señor." Dijo el conductor mientras miraba a la gente gritar.
Algunos literalmente cerraban sus negocios y se unían en esta protesta masiva, que se estaba extendiendo como el fuego, en un bosque seco bañado de gasolina.
Los ruidos de destrucción se escuchaban a lo lejos y era posible que la 'policía' no se quedaran quietos y empezaran a 'reprimir'.
Sin embargo, el Presidente de Brasil no podía quitarse esa sensación de que una daga se estaba acercando a su cuello de forma lenta.
Sosteniendo un artefacto de emergencia en sus manos, la expresión de ese hombre cada vez se volvía más impaciente.
¡Una maldita 'calamidad' venía a por él!
Como si fuera poco el ejército no había respondido su llamada para intervenir y ellos declararon que estaban con el pueblo.
El maldito jefe de las fuerzas armadas de la nación estaba al lado del emperador… Esto era un maldito golpe de estado y lo único que tratarían de evitarlo, eran aquellos que no deseaban perder el poder.
"¡Vuelvan a sus casas o tendremos que usar la fuerza para derribarlos a todos!"
Una voz vino de repente y cuando el Presidente de Brasil se acercó a la ventana del auto, vio a un helicóptero de la policía sobrevolar la ciudad con una metralleta puesta.
"¡Traidores!"
Un mago lanzó un hechizo de magia de tierra y decenas de flechas volaron por el aire, pero la barrera instalada en el helicóptero las detuvo.
Y luego.
Ta-ta-ta… El sonido de la metralleta disparando empezó a sonar y por los disparos que acribillaron a ese mago de rango B, dejo en claro que el arma era avanzada y quien la usaba era un 'maestro de armas'.
Las personas empezaron a huir u ocultarse en los edificios, pero los disparos continuaron por los autos y el presidente maldijo cuando dispararon a su auto, que resistió por la barrera.
"¡Malditos lunáticos de mierda!" Gruñó con furia.
La mafia estaba metida demasiado en el gobierno y la policía más que una fuerza que servía a la nación eran literalmente, unos maniacos que llevaban placa.
Para postularse a presidente se necesitaba obtener la aprobación de la mafia y aquellos que no pasaban por ellos, tenían un pésimo destino.
Por tal razón decían que él era un títere y para el Presidente de Brasil, esta era la única manera.
Aunque en su caso solo deseaba dinero, poder y retirarse siendo rico… ¿Cómo todo término de esta forma?
"¡Vuelvan a conducir!" Ordenó el Presidente de Brasil con un tono enfadado.
¿Por qué demonios un rango SSS decidió venir a este continente? No necesitaba la respuesta, ya la tenía.
Aquí no había personas que pudieran enfrentarse al poder de una 'calamidad' y eso significaba que nadie lo detendría.
"Tengo que enviar mensajes al extranjero. Pedir ayuda a la iglesia o a la Unión Europea para que intervenga." Murmuró el Presidente y con un tono serio, declaró. "Tengo que…"
*BOOM*
Un sonido explosivo vino desde el cielo y entonces mientras el Presidente miraba, su expresión se volvió seria.
El hombre que le había declarado la guerra estaba en el cielo y la explosión vino de su llegada.
¿Estuvo corriendo, saltando o volando para llegar a este lugar? La expresión del Presidente tembló, deseando que no viniera hacia aquí.
Sin embargo, su expresión se volvió pálida cuando se dejó caer al suelo justo en frente de donde estaba su auto.
Las personas que estaban por los alrededores estaban grabando con sus relojes holográficos o cámaras mientras que ese hombre aterrizaba al suelo.
"¿Te ocultarás de esa forma? No es digno que el Presidente de toda una nación, huya como una rata." Dijo Víctor mirando al auto y entrecerrando sus ojos, añadió. "Aunque las ratas son las primeras en abandonar el barco."
El corazón del presidente se volvió frío y su cuerpo tembló a pesar de que ese hombre no estaba soltando ninguna presencia.
Tenía miedo… No deseaba ser atrapado por ese hombre.
Asumió el maldito título de presidente debido a que deseaba hacerse rico y la vida fue demasiado buena para dejarla de lado.
Por eso, incluso ahora trataba de retomar el control de todo.
"¿Saldrás o te saco yo mismo?" Preguntó Víctor con un tono aburrido.
A ese hombre no le iba a importar atacarlo y si bien era posible que no lo asesinara, su destino iba a ser peor cuando fuera atrapado.
El Presidente de Brasil utilizó un artefacto de viaje espacial y cuando el espacio se distorsionaba y él estuvo por respirar aliviado, su visión cambio y se puso al frente de ese hombre.
"…"
Su cuerpo tembló con una mayor fuerza que antes al darse cuenta de que su destino de viaje había sido cambiado, por alguien que estaba del lado del emperador.
"Si me haces algo, las autoridades internacionales no se quedarán quietas." Amenazó el Presidente tratando de mantener la última pizca de dignidad.
En su mano el artefacto de emergencia estaba deslizándose en sus dedos y sus guardias salieron de su auto para protegerlo.
Si un presidente de una nación era atacado de forma tan abierta, era normal que hubiera críticas en el extranjero.
Sin embargo…
"Me importa una mierda." Dijo Víctor y mientras tensaba su cuerpo, le dio una sonrisa y dudó. "¿Y quién dijo que te haré daño? Solo te 'arrestaré' y te llevaré a las autoridades, para que te juzguen con la presencia de los Dioses de la Tierra. Supongo que será un juicio justo."
La expresión del presidente tembló de forma muy variada y él le hizo una señal a su equipo de seguridad para que atacara.
Eran solo cuatro individuos de rango S, pero esos criminales obedecieron y aunque estaban pálidos y parecían no querer enfrentarse a la persona que estaba al frente, solo eran esclavos, cuya voluntad estaba controlada.
Un luchador corrió gritando para sacar toda su frustración y le dio un poderoso golpe en el estómago de ese hombre, que ni siquiera se inmutó.
No se protegió con su aura de combate, fue su físico extremadamente fuerte lo que le permitió resistir el golpe.
La diferencia de un rango S y un rango SSS, era un abismo que era imposible de medir.
Un espadachín utilizó su espada y ese hombre la detuvo, con sus propias manos, tan solo para romperla a pedazos.
"¿De verdad desean luchar en contra de mí?" Preguntó Víctor y luego al ver que esos hombres estaban pálidos, cuestionó. "¿No me digan que el Presidente de Brasil los está controlando?"
Esos maleantes que fueron comprados para que fueran su seguridad y que debían seguir su voluntad hasta el final, se pusieron pálidos y forzando sus cabezas, asintieron.
¿Cómo fue posible? Debían estar totalmente controlados.
Los había usado para matar a otros y debían seguir sus órdenes sin chistar, pero ahora se estaban moviendo por su propia voluntad.
Viendo una luz rodeando a esos hombres, el presidente notó la extrañeza, pero a mitad de camino, vio que sus guardias abrían la boca.
"Ayuda…"
"Estamos…"
"Esclavizados…"
El último escupió una bocanada de sangre cuando el contrato lo empezó a forzar para que no tratara de escapar, pero las personas que grababan empezaron a exclamar.
Que esos individuos tuvieran una tez típica de Sudamérica no ayudo a que las miradas se volvieran aún más fuertes.
Ahora paso de un presidente corrupto, a un hombre que forzaba contratos sobre otros y que le quitaba la voluntad a su gente.
En esta nación él mismo legalizó la pena de muerte incluso contra crímenes políticos, pero esto estaba a otro nivel.
Y definitivamente estaba jodido.
"No se preocupen, los ayudaré. De la misma forma que ayudaré a toda esta nación." Declaró Víctor mientras le daba unos golpecitos en la nuca dejándolos inconsciente.
Fue rápido y ninguno de ellos los pudo esquivar, tan solo para luego darle una mirada y sonrió.
Era la sonrisa petulante de un demonio que sabía que todo estaba yendo como deseaba y que disfrutaba un gran espectáculo.
El Presidente de Brasil sabiendo que su destino estaba grabado en piedra, rompió la esfera que era su artefacto de emergencia.
A su alrededor el espacio se distorsionó, pero no fue para huir, fue para traer algo y a diferencia de antes, que el viaje espacial fue detenido, esta vez lo permitieron.
¿También sabían sobre esto?
Víctor tensó sus músculos y dio una sonrisa.
"¡Corran! ¡Se acerca una bestia!" Gritó mientras empezaba a correr en dirección a su espalda.
El presidente se giró para mirar al enorme la distorsión espacial que estaba trayendo una bestia a la fuerza.
Lo que había roto no era un artefacto de invocación, sino que de teletransporte y mucha gente había muerto para preparar círculos mágicos, alrededor del nido de un 'Camaleón Asesino' de rango SS que habitaba en las amazonas.
Nueve metros de alto, escamas que cambiaban de color para adaptarse a sus alrededores y dieciocho metros de longitud si contaban su gruesa y poderosa cola.
Ahora esa criatura al ser traída forzosamente y al ver que las personas empezaban a correr, dejo ver su ira y su lengua salió disparada a donde estaba corriendo una persona.
Víctor que había saltado para atacar la bestia, ayudó a que esa persona no muriera al golpear a la criatura, pero la lengua atravesó la pared del edificio, destruyendo parte de los pilares principales que lo sostenían.
El edificio de más de siete metros que estaba reforzado para ataques, empezó agrietarse ante la falta de soporte.
Las personas gritaron y el Presidente de Brasil vio como en medio de todo un ciudadano empezaba a correr hacia él y sin darse cuenta recibió un golpe en su estómago.
¿No era el vendedor del quiosco?
Ese vendedor lo atrapó y se lo llevo, pero por su ira, estuvo claro que no deseaba que huyera y cuando otros se reunieron, el presidente observó cómo Víctor recibía un zarpazo del camaleón.
*BOOM*
Un auto de la calle explotó por la pisada de esa criatura y Víctor sin ser empujado por la fuerza destrozó la tierra bajo sus pies, tras moverse unos centímetros.
"¿Qué mierda hace edificios tan débiles?" Rugió con ira como si estuviera molesto y viendo que esa bestia agitaba la cola, tirando los autos a cada lado de la calle, actuó.
Esquivando el zarpazo de la criatura, paso por la espalda y al llegar a la cola, la sostuvo afirmándose en el suelo.
"¡GRr!"
Rugiendo con ferocidad ese hombre creó un cráter en el suelo y levantando al camaleón lo lanzó con todas sus fuerzas.
"…"
Todos quedaron en silencio al ver que la criatura literalmente voló a lo lejos en unos segundos desapareciendo de la visión de cualquiera.
"Tengo tiempo hasta que aterrice." Murmuró estirando su cuerpo y mirando al edificio que estaba por derrumbarse, dio una sonrisa.
Desapareciendo de la vista de los ojos normales, solo vieron una imagen remanente en la entrada del edificio y luego una ventana se rompió de repente, tan solo para que algunas personas aparecieran en el suelo, pálidos sin entender lo que sucedía.
Su velocidad, no era algo que un humano normal pudiera ver, pero ese hombre simplemente estaba saltando al edificio, tomando las personas y trayéndolas para dejarlas afuera.
Era una velocidad que el cuerpo humano no podía soportar, pero ese hombre utilizaba su propia aura de combate para protegerlos del impacto.
Tras acabar, al final saltó del último piso con una elfa de cabello blanco en sus brazos y aterrizó en el suelo.
"Escuche que los héroes reciben un beso de la damisela en apuros." Dijo ese hombre con una sonrisa mientras observaba a la elfa.
"¿Se lo pida a todas las que salvo, Su Majestad?" Preguntó esa elfa y con un tono indiferente, declaró. "Y lo están grabando."
Víctor dirigió su mirada a donde estaba el presidente con la multitud reunida que estaba grabando la escena.
"Tratan cuidar a ese hombre por mí. Me encargaré de la criatura." Dijo Víctor y dando una mirada a la elfa, pidió. "¿Puedes encargarte del edificio?"
Cuando esa elfa asintió, agitando su mano para fortificando las paredes con magia de tierra, ese hombre dio una sonrisa y mirando a la dirección que había lanzado a la bestia, estiró su cuerpo.
*Boom*
Pisando con fuerzas, ese hombre saltó extendiendo el polvo y creando un pequeño cráter, antes de saltar en el cielo, como si fuera lanzado por un cohete.
El Presidente de Brasil que estaba siendo retenido por la gente, vio como los ojos de la multitud brillaban mientras grababan.
Ya se los había ganado.
Volvemos con los capítulos diarios. Como siempre serán cinco antes de continuar con la historia principal.
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