Llantos, lágrimas y pena.
Aurora mantuvo su mirada en los cajones fúnebres que estaban abiertos en medio de la sala y miró a las personas llorando.
Ciudadanos llorando por sus esposos, hijos o amigos… Paladines dándole una despedida a sus compañeros de trabajo y aventureros bebiendo una copa para dar un último brindis ante sus amigos caídos.
Mercenarios con expresiones frías que no ocultaban el dolor que sentían a pesar de que se decían que cada uno sabía lo que podría suceder al aceptar estos trabajos.
Hoy se daba cierre en este funeral a aquellos individuos cuyos familiares y encargados dieron el aprobado para ser velados de forma pública en Zerzura.
Murieron demasiadas personas y el número llegaba a cientos.
Sacerdotes, aventureros, milicianos y hasta ciudadanos… Este ataque golpeó demasiado duro a Zerzura.
En este funeral solo reunía a una pequeña porción de aquellos que murieron protegiendo la ciudad.
Cuyos familiares aceptaron hacer un funeral por este medio más público, pero el número de funerales privados que se llevaban a cabo en otras partes de la ciudad, también era alto.
Aurora mirando desde lejos, parpadeó y cuando volvió abrir sus ojos estaba cerca de su amiga.
¿Cuándo había llegado a su lado?
Esa glotona estaba comiendo los aperitivos que servían en este funeral y solo prestaba atención a eso.
Por un momento Aurora quiso señalar que era de mala educación comer como si nada le importara, pero al momento siguiente, se dio cuenta de que solo sería su enojo queriendo salir en contra de alguien.
¿Cómo podía juzgar a su hermana cuando ella misma no sentía nada?
Ninguna emoción o sentimiento… Estaba vacía por dentro.
Desde que decidió crear Zerzura, se mantuvo alejada de todos buscando no sentir nada cuando un conocido falleciera, pero ese vacío que estaba sintiendo ahora, no era lo que deseaba.
Aurora mirando a esa glotona que buscaba comer, volvió a parpadear y cuando abrió sus ojos estaba en la plataforma principal con las demás autoridades.
Al frente de ellos estaban los diferentes cajones que contenían aquellos que dieron su vida durante este ataque y en uno de ellos estaba el cuerpo de Cynda.
¿Cómo había llegado a este lugar?
Aurora volvió a parpadear y al abrir sus ojos, estaba en una esquina mirando la plataforma.
Las miradas que le daban eran extrañas… ¿Ella se había bajado del lugar? ¿Cuándo lo hizo?
Turay dio un paso adelante y empezó un discurso como el representante de la ciudad.
Aurora no pudo escuchar ese discurso, debido a que se sentía demasiado lejos de ellos como para poder escucharlo.
Hablaba sobre que las vidas de aquellos caídos por Zerzura serían recordadas y que sus muertes no fueron en vano.
Priorizando la unidad de la ciudad, convirtió el dolor y la perdida en fuerza para seguir y Aurora al mirar a las personas que estaban reunidas en este velatorio, se dio cuenta de que ellos estaban acostumbrados.
No a la muerte, lloraban y sentían el dolor de ver a sus compañeros, hijos y amigos partir, pero estaban acostumbrados ante ese dolor que volvía a repetirse, una y otra vez.
Aurora miró a Zhan Tian que estaba entre los miembros del Gremio Orisha Oko y cuando sus miradas se cruzaron, ella bajo la cabeza y cerró sus ojos.
No pudo verlo directamente y en este momento quiso escapar… Entonces al abrir sus ojos, pudo ver a su madre hablando en susurros con James.
Su madre tenía una expresión extremadamente fría y James tenía una sonrisa oscura en su rostro.
En otro lado estaba Makeba al lado de los cajones de los soldados que murieron en esta ocasión y estaba saludando a las familias de los caídos.
Los niños lloraban en los brazos de sus madres y Makeba con una expresión seria solo saludaba de forma militar y continuaba caminando a otra familia para dar su condolencia.
En otro lugar estaba la Cardenal Brousseau hablando con Abdellah que tenía un solo brazo.
¿Lo perdió durante la batalla? Esa duda vino a la mente de Aurora mientras escuchaba como la Cardenal Brousseau hablaba del tratamiento para que recuperara el brazo.
Aurora cerró sus ojos queriendo descansar por un momento y cuando lo volvió abrir, un pequeño estaba al frente de ella.
¿Cómo llego aquí?
"Mi madre dijo que la Protectora de Zerzura siempre mantenía protegida la ciudad… Gracias por cumplir su promesa."
Esas palabras salieron del pequeño que no superaba los diez años.
Aurora parpadeó y no supo cómo responder.
No preguntó quién era su madre, ya que podía ver que el joven tenía la medalla que se otorgó a los familiares de a aquellos que dieron su vida por la ciudad.
El niño se fue como si eso fuera todo lo que tuviera que decir.
¿Cumplir su promesa? ¿Proteger Zerzura?
¡No pudo proteger a nadie!
Volviendo a caminar, ella forzó a que su cuerpo se moviera y cerrando sus ojos, al volver a abrirlo estaba sentado en la plaza.
Ya no se preguntó cómo llego a este lugar, solo mantuvo su mirada en la plaza vacía y los callejones solitarios.
Silencio absoluto.
Aurora parpadeó acostándose en la silla y esta vez el mismo cielo permaneció en el lugar sin que nada cambiara.
No podía sentir nada… Se alejó de todos para que cuando llegara este momento no pudiera sentir nada y ahora en el fondo, a pesar de que el sentimiento de vacío era horrible, ella no pudo evitar pensar que de cierta forma era agradable.
¿Estaba huyendo de sus propias emociones?
"Oh, aquí estas."
Una voz sonó de repente y Aurora levantó su mirada para ver a Zhan Tian acercándose con dos cervezas en su mano.
"¿Puedo?" Preguntó ese hombre señalando el asiento al lado y cuando Aurora asintió de forma inconsciente, añadió. "¿Quieres?"
Le estaba pasando una cerveza y Aurora parpadeó viendo la mirada de ese hombre serio.
Estuvo claro que tenía unas copas de más encima y cuando ella estuvo por agarrar la cerveza, él la quito rápidamente.
"Cierto que eres menor. Cynda me hará tener pesadillas si te hago beber." Murmuró Zhan Tian con una media sonrisa.
¿Era una broma? Aurora simplemente parpadeo sin encontrarle gracia, pero pudo ver que, por la sonrisa que él daba, le pudo encontrar cierta gracia.
Ambos se quedaron en silencio y Zhan Tian se estiró mientras bebía la cerveza.
"Volveré a China." Avisó Zhan Tian y al ver que ella la miraba, comentó. "No creo que sea por mucho, pero quiero visitar a mi familia y estar con ellos un poco. Luego volveré. Debo volver. Alima es buena, pero los Orisha Oko necesitan otro líder para crecer."
Aurora no supo que responder y fue por eso que se quedó en silencio mirando a Zhan Tian que estaba bebiendo con calma.
Su mirada estaba un poco perdida, pero en esa mirada cansada y adolorida, había una enorme fuerza.
Ella sintió envidia de esa fuerza… Y se sintió patética.
"¿Aurora, sabes por qué nos quedamos?" Preguntó Zhan Tian y cuando ella le dio una mirada, él dio una media sonrisa y la señaló.
"¿Yo?" Preguntó Aurora y con un tono bajo, murmuró. "No entiendo."
Zhan Tian dio un suspiro y bebiendo la cerveza por completo, respiro hondo como si deseara calmar sus emociones.
"Cuando vinimos a África nuestro deseo de ayudar era alto. Con los Orisha Oko teníamos este gran objetivo de ayudar a todos… Cynda era parte fundamental de este deseo, pero bueno, sabes cómo termino eso." Contó Zhan Tian y con una risa como si recordara algo divertido, añadió. "Tras que nos rescataras del 'Gran Kan', estábamos agradecidos de que no nos cortaras en pedacitos, pero en vez de irnos nos quedamos. Cynda me convenció."
"Que se quedaran fue de gran ayuda." Murmuró Aurora al instante.
"Si lo fue. Ayudamos mucho, pero esa no fue la razón por la cual nos quedamos." Dijo Zhan Tian y dando una mirada, señaló. "La razón que me dio Cynda fuiste tú… Ella vio algo en ti."
La expresión de Aurora se volvió seria.
No deseaba escuchar palabras de grandeza, de que ella era la 'Protectora de Zerzura' y…
"No vio a una niña, vio a una persona herida, lastimada que se cerraba en sí misma y que alejaba a todos." Especificó Zhan Tian y abriendo la otra cerveza, murmuró. "Cynda quiso ayudarte. Buscando que te abrieras y le fue difícil… Verdaderamente difícil, pero no se rendía y quería mostrarte el verdadero camino… O al menos la salida que ella creía."
Respirando hondo controlando sus emociones y su dolor, Zhan Tian bebió toda su cerveza y se levantó.
"Aurora su muerte no fue tu culpa. Ninguna muerte de ahora y antes, lo son, ni aquellas que vienen lo serán." Declaró Zhan Tian y dándole la espalda, anunció. "No te encierres y no alejes a las personas. Ábrete y siente el dolor… Al mismo tiempo siente la felicidad, aunque sea por un momento."
Dando una risa despectiva, Zhan Tian miró al cielo y dio un largo suspiro.
"La vida es una mierda, pero ella creía que al menos podíamos elegir como vivirla y que el dolor que sentíamos por aquello que perdimos, era la prueba de que estábamos vivos… Y una vez que el dolor pase, tendremos que continuar." Dijo Zhan Tian y mientras se alejaba, murmuró. "Después de todo, la vida sigue."
Paso a paso ese hombre se alejó sin bajar su cabeza y mirando hacia adelante.
Aurora se quedó sentado en el lugar y antes de que se diera cuenta, gotas estaban cayendo de sus ojos.
Ella miró sus manos manchadas por sus lágrimas y no entendió desde cuando estaba llorando, pero pudo entender la razón por la cual lo estaba haciendo.
Se había alejado de las personas y desde que perdió a sus amigas y conocidas antes de llegar a este lugar, prefirió mantenerse distante.
Pensando que de esa forma no sentiría el dolor cuando ya no estuvieran… Que infantil fue y que inmadura era.
Ahora al mirar atrás, se dio cuenta de que al alejar a las personas buscando alejar el dolor, también alejo la posibilidad de relacionarse con ellas.
¿Qué hubiera pasado si ella interactuaba más con Cynda? ¿Si se hubiera dejado envolver para por la preocupación que esa mujer había mostrado?
Tal vez se hubiera acercado lo suficiente para llamarla amiga y quizás en este momento sentiría el dolor de la perdida, pero también tendría los recuerdos de posibles buenos momento.
Ahora ya nada de eso importaba.
No solo sentía el dolor de un vacío que la carcomía por dentro, sino que sentía que había perdido la posibilidad de conocer alguien que valdría la pena conocer.
Cerrando sus ojos sin querer llorar en medio de la plaza, ella pudo sentir que los alrededores se distorsionaban y en el instante siguiente estaba en su cuarto.
¿Fue su madre, su sistema o algo más? Aurora no le importó y simplemente lloró.
Por aquello que pudo tener y por aquellos que ya no estaban.
******
-Antes de que la batalla en Zerzura terminara-
En medio de un bosque, una jovencita estaba arrodillada.
"Yo no soy de pedir demasiado, pero… ¿Podrías ayudarme?"
Su suave y temblorosa voz sonó en medio de un bosque en donde ella era la única que se encontraba.
Sin embargo, no estuvo sola por mucho tiempo y ella juntando sus manos susurró el título de una deidad que controlaba el tiempo y el espacio.
¿Fueron las constantes recomendaciones de su madre que siempre le decía que si la situación se complicaba rezara o era otra razón?
"Por favor… Por favor… Ayúdame."
Cerrando sus ojos y juntando sus manos con fuerza, ella rogó y… El espacio se retorció a su alrededor moviéndola a un lugar en donde a lo lejos se veía una ciudad.
Esa fue la respuesta a su pedido.
Recuerden que mañana saldrá el último de esta serie de cinco, se viene la aparición de alguien, que estuve retrasando durante un tiempo. Por otro lado, espero haberle dado el efecto que buscaba a este capítulo y espero que lo hayan disfrutado. Dicho todo eso, no se olviden de unirse al discord: discord.gg/WG8FX75
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