Oculta en la copa de un árbol, Aurora mantuvo su expresión tranquila.
En el cielo se escuchaban chillidos de cuervos guiados por algunos quebrantahuesos y en el suelo se podía ver una gran horda en marcha.
Elefantes sangrientos, rinocerontes asaltadores, un hipopótamo come hombres y cientos de hienas y lycaons quienes eran los más numerosos.
También se encontraban pitones asesinas lideradas por algunos Rinkhals y de vez en cuando se podían ver algunos cocodrilos gigantes.
La horda era una mezcla de muchas criaturas salvajes y todas ellas eran guiadas por los pocos Smilodon Fatalis del lugar.
Era impresionante como se habían reunido tantas criaturas bajo los Smilodon Fatalis quienes guiaban con un número que no era fácil de encontrar en otro lugar.
Varios de esos Smilodon Fatalis eran rangos S, pero la mayoría era rango A… Aun así, su control y dominación sobre las otras criaturas era alto.
Ahora daban la sensación de que estaba marchando siguiendo a la horda que había empezado moverse, no obstante, Aurora podía ver a los líderes.
Estaban esperando a esa criatura negra que ocasionó tanta destrucción y caos, deseando eliminarla lo más rápido posible.
Eliminar a esa criatura le permitiría solidificar su control sobre las criaturas que ya estaban empezando a tener miedo y de esa forma podrían volver a atacar a la tribu de los gorilas.
Incluso si el tiempo que se demoraba derrotar al gigante era alto, una vez solidificado el control, podrían retomar la caza y volver a atrapar la cola de la tribu que huiría.
Ya demasiadas horas pasaron y todos estaban cansados.
Aurora era igual.
Era por eso que debían acabar con su trabajo en este momento… Eso era tanto para ella como para la horda.
*BOOM*
Una explosión se escuchó desde atrás de la horda y Aurora preparó su espada, ocultando no solo su presencia, sino que su sed de sangre.
Tal vez no era una maestra de ocultación y por lo general dependía de los artefactos, pero ocultarse era algo básico.
Ahora al combinarse con sus artefactos, su posición no fue descubierta por sus oponentes, quienes se giraron hacia atrás.
"¡GRRR!"
Un Smilodon Fatalis con algunas quemaduras, dio un gruñido ordenando a sus compañeros.
Los otros Smilodon Fatalis que lo seguían se dividieron y se apartaron mientras que varios rinocerontes se dieron vuelta a donde se dirigía el ruido.
"…"
Entonces vieron a su enemigo.
Una criatura de cinco metros, ya había dejado de tomar la forma de un gorila y ahora solo podía llamarse un monstruo aterrador.
Piel totalmente negra y lisa, su rostro dejaba ver una sonrisa revelando decenas de colmillos afiliados de color azabache.
Alice tan llamativa como siempre no apareció en el suelo, sino que saltó de árbol a árbol como si fuera algún tipo de mono.
Sus garras afiladas atravesaron la corteza de los árboles para afirmarse y fue al igual que sus pies.
Ante la mirada de todos, saltó de árbol a árbol con una velocidad que no concordaba con su gran cuerpo y cuando saltó por última vez, su brazo cambió.
El puño se volvió una esfera con púas y con todo su peso, la dejo caer arriba de un enorme elefante sangriento.
*BOOM*
La estruendosa caída se combinó con el poderío del mazo que destrozó la cabeza del elefante sangriento extendiendo la sangre de forma grotesca.
Manchado con sangre, tripas y mezclas de huesos del cráneo destrozado, el mazo volvió a balancearse.
"¿Qué esperan?" Dudó el monstruo azabache con una voz encantadoramente femenina.
Ya no era una criatura salvaje o un cazador en lo alto de la cadena alimenticia… Era un terror que incluso hizo que las hienas temblaran gruñendo con miedo, sin querer atacarlo.
La presencia siniestra de Alice empezó a aparecer y la sensación de muerte fue igual para humanos, como para los animales… Ella los asesinaría a todos y disfrutaría al mismo tiempo.
Si una presencia empujaba a que otros atacaran, esta presencia lograba atemorizar a todo aquel que la sintiera.
"¡GRAAAA!"
Sin dejarse alterar por esa presencia, el líder de los Smilodon Fatalis lanzó un poderoso rugido y al momento siguiente los otros también rugieron.
Era un rugido para alejar el miedo y a la vez obtener coraje de los números para atacar.
Toda la horda se dio vuelta y Alice en un instante fue cubierta por hienas y lycaons que saltaron para comerla.
Aurora preparó su espada para saltar y ayudarla de forma instintiva, pero antes de que pudiera mostrarse, su glotona amiga demostró su verdadera capacidad.
Cientos de púas se extendieron atravesando a cada bestia que la rodeaba y cortando a los otros, logrando que los cadáveres cayeran al suelo y que el cuerpo de esa criatura, se manchara de rojo.
La criatura convirtió esas púas en tentáculos y lo agitó para todas partes mientras balanceaba sus manos.
El número de enemigos era demasiado alto como para que ella lo enfrentara y tal hecho fue evidente cuando un grupo de bestias mágicas lanzaron sus ataques mágicos al mismo tiempo.
*BOOM*
Alice saltó a un árbol para escapar de las explosiones y tras afirmarse volvió a saltar en medio de esas bestias mágicas para eliminar la 'artillería'.
Sin embargo, una hiena de rango S y un Lycaon del mismo rango la detuvieron y en ese punto Alice, sin dudarlo empezó a huir.
El líder de los Smilodon Fatalis dio un rugido enfurecido y cargó él mismo para seguirla.
Todo mientras los otros Smilodon Fatalis se dividían liderando su gente para tratar de rodear a su amiga.
Eso era lo que ambas buscaban.
Alice tendría que huir y luchar llamando la atención, para permitir que Aurora se moviera.
El número de la horda era demasiado alto y era imposible que todos se mantuvieran juntos, por tal razón los líderes se dividían en diferentes secciones.
Ese fue el resultado de Aurora tras analizar los movimientos de la horda y entender cómo funcionaba.
Ahora Aurora solo esperó durante unos minutos hasta que un Smilodon Fatalis de rango S que estaba herido se reveló.
Los heridos siempre se ponían en el lugar más seguro y por lo general era en la retaguardia.
Sin dudarlo, ella saltó del árbol y con su espada en su mano, atravesó el cuello del Smilodon Fatalis que ni siquiera pudo notarla.
"Grr…"
Escuchando el rugido bajo de esa bestia cuya vida terminó al instante, Aurora se movió de inmediato.
A toda velocidad salto a un árbol y pareciendo una ráfaga de viento, avanzó entre los árboles.
Los rugidos de aviso y de su avistamiento empezaron a sonar.
Cuando otras bestias se enteraron de lo que hizo, Aurora ya estaba saltando a otro Smilodon Fatalis de rango A.
Su aura roja le permitió cortarle la cabeza de inmediato.
"¡GRRRAA!"
Los rugidos enfurecidos de los que estaban bajo el mando de esa bestia ya muerta fueron escuchados y Aurora 'parpadeo' a una gran rama en lo alto de un árbol, tan solo para volver a moverse.
Sus sentidos se extendieron y por el suelo estaba sucediendo una gran conmoción mientras que los ruidos de batalla de donde se había ido Alice eran cada vez más altos.
Usando las ramas de los árboles, los troncos o creando plataformas, Aurora mantuvo su artefacto de sigilo a la vez que continuaba con su avance.
Los Smilodon Fatalis dejaban salir su presencia y esa era uno de sus métodos para controlar a otros, Aurora siguió esas presencias.
"GRraa…"
Esta vez un Smilodon Fatalis había escuchado la conmoción y se había preparado, logrando evadir su corte mortal.
Aurora al caer al suelo pudo ver que estaba siendo rodeada, pero ella actuó de inmediato.
"…"
Realizando un corte con su aura incolora, su visión fue partida a la mitad y si bien su objetivo pudo saltar para esquivar, los enemigos que estaban a su espalda, cayeron al suelo cortados por la mitad.
Al igual que se cortó el árbol que estaba más atrás.
*BOOM*
Cuando el árbol cayó al piso, levantó una nube de polvo y Aurora pudo sentir que su objetivo, trato de usar la falta de visión y la conmoción para huir.
Ella no la dejo y 'parpadeo' en su costado haciendo que el Smilodon Fatalis de rango S retrocediera para esquivar realizando un salto hacia atrás.
Ese fue el momento que Aurora agitó su espada con todas sus fuerzas.
Utilizando su aura incolora cortó profundamente el estómago de esa bestia y si bien no lo dividió, fue lo suficiente como para que las entrañas salieran.
Su hermana estaba en lo correcto, las bestias mágicas no eran tan difíciles de vencer cuando no utilizaban artefactos o protecciones extras.
Sus instintos y su dureza eran altos, pero si alguien lograba dar un golpe preciso sería fatal.
Justo como ahora.
"GRrr…"
Su objetivo trato de gruñir para que otros lo ayudaran, pero Aurora utilizando su aura roja, le cortó el cuello.
La piel era más dura que el metal y hubo resistencia, aun así, el corte fue profundo.
No recuperó el cadáver y ella volvió a saltar para buscar otro objetivo.
Su amiga estaba enfrentándose a la horda directamente y le estaba brindando el tiempo que necesitaba para que ella eliminara las 'cabezas' de la horda.
Aquellos que la crearon y la dirigían… Los Smilodon Fatalis.
Ambas no podían enfrentarse a una horda por si sola y antes la atención estuvo en los gorilas por tal razón pudieron atacar libremente, no obstante, ahora era diferente.
La horda buscaba eliminarla a ambas y estaba dispuesto a centrarse completamente en ellas.
En esta clase de situación era mejor eliminar a aquellos que controlaban la horda y de tal forma, la horda se desbarataría al perder quienes la controlaban.
Era arriesgado, ya que para actuar se necesitaba alguien que llamara la atención y otra persona debía eliminar a los objetivos lo más rápido posible.
Aurora volvió a saltar y mirando su siguiente objetivo, se preparó.
No iba a decepcionar a su hermana e iba a terminar su trabajo, antes de que ella se pusiera en riesgo o hiciera algo que no deseaba hacer.
******
Rugidos feroces sonaron a la espalda de Alice que estaba en su forma de guerrero.
Su visión era una visión completa, que le permitía ver su espalda y sus lados junto al cielo al mismo tiempo.
Ella era la oscuridad y sus sentidos estaban muy conectados a esa misma oscuridad.
Esa visión le permitió observar como decenas de lycaons y hienas avanzaban por sus lados mientras que a la espalda estaba un rango S.
Alice volvió a correr y cuando creyó que era momento de volver a recuperar la atención de la otra parte se detuvo de repente.
Transformando su brazo en una gruesa y afilada espada curva, realizó un corte.
"Gh…"
"¡GRAAA!"
Su brazo se alargó y cayó al suelo, partiendo a varias hienas que no pudieron huir y cortándole la cabeza al Lycaon de rango S, que no pudo seguir su movimiento.
El cuerpo de su forma guerrera no tenía músculos o huesos y sus movimientos eran de la forma que ella deseaba… Algo que antes no le había mostrado cuando actuó como el 'gorila'.
Tal sorpresa le permitió eliminar un rango S, pero eso fue todo.
Las hienas saltaron para morder su cabeza y a pesar de que ella utilizó su otro brazo para apartarlos, algunas de esas hienas cortaron su estómago y brazos negros.
La masa negra cayó al suelo y se volvió a recuperar, pero el número de ataques era demasiado alto para la forma de guerrero que estaba diseñado para combates directos.
Lo peor fue esa hiena de Rango S y el Smilodon Fatalis del mismo rango que comandaba toda la horda.
La hiena con sus garras cortó parte de su pierna negra y a pesar de que había solidificado la oscuridad, el corte fue muy profundo.
"¿Eso es todo lo que tienes?" Dudó Alice sin inmutarse.
Su voz y tono fue provocativo y esas bestias claramente entendieron el habla humana y lo mejor fue que eran bestias orgullosas.
La hiena sin dudarlo volvió a cargar tratando de cortarle la pierna por completo.
Alice dio una sonrisa para sus adentros al ver que esa hiena velozmente cortaba su pierna con sus garras y sin perder el equilibrio, ella extendió su mano para atrapar a la hiena.
La velocidad de la otra parte fue alta, pero ella logró atraparla de la cola y dio una sonrisa.
*BOOM*
*BOOM*
*BOOM*
Tres golpes seguidos contra el suelo y con otras bestias que la atacaban, fue suficiente para arrancarle la cola a la hiena y romperle una pierna.
Sin poder rematarla, Alice volvió a correr cuando su pierna se volvió a conectar.
Había varios rangos S y si bien no estaba alarmada para enfrentarse a todos de ellos, el problema era la horda.
Las bestias capaces de lanzar ataques mágicos eran su mayor problema junto a aquellos de mayor peso como los rinocerontes, elefantes o cocodrilos gigantes.
Era cierto que la fuerza tras los rangos brindaba la oportunidad de acabar con enemigos más altos y pesados, pero el 'peso' y el 'tamaño' seguía siendo una cualidad importante.
No era lo mismo recibir una carga directa de un lycaon cuyo peso era de algunos kilos a recibir la carga de un elefante con un peso de toneladas.
Saber cuándo retirarse y cuando quedarse, era lo que Alice necesitaba y lo hizo de una forma perfecta.
Deteniéndose otra vez, esta vez sus oponentes estuvieron preparados y como ninguna bestia de rango S la atacó, ella priorizó a esas bestias de bajo rango.
Los chillidos y gruñidos de miedo y dolor resonaron cuando las bestias fueron cortadas.
Las cortes de sus garras no buscaron asesinar a sus oponentes, sino que causar las mayores heridas posibles y ella buscaba ser lo más sangrienta posible.
Lo consiguió.
Con gruñidos y rugidos, la sangre manchó el cuerpo negro de la criatura a la vez que las piernas, cabezas y entrañas manchaban el suelo, tiñéndolo de rojo por la sangre.
El ruido de lloriqueo de algunas bestias heridas pudo ser escuchados y el miedo natural empezó a crecer.
Ellos no eran monstruos que atacaban sin temor al dolor o la muerte, eran bestias salvajes que entendían por instinto cuando meterse con un enemigo más poderoso o cuando huir.
Ahora al ver la sangre y los cuerpos divididos de sus compañeros a la vez que escuchaban el llanto de los desmembrados, empezaron a tener miedo.
Y se detuvieron.
Fue por un momento, pero el miedo instintivo sobrepaso las órdenes de sus líderes y ante tal acción, el Smilodon Fatalis que lideraba toda la horda, reveló sus colmillos como si estuviera extremadamente enfurecido.
"¡GRAAAAAAAA!"
Con un gruñido que liberaba todo su rencor, dio su orden para atacar y Alice volvió a correr.
Esta vez las hienas que la persiguieron se retrasaron y fue lo mismo con los lycaons.
El temor le impidió atacarla.
Corriendo por varios minutos mientras golpeaba algunas oleadas que la trataban de atacar por sus lados o que la esperaban adelante, Alice pudo sentir que la otra parte estaba llegando a su límite.
Cuando se estuvo por detener, pudo ver como un gran quebrantahuesos de rango S cuyo tamaño era enorme bajaba del cielo.
Sus poderosas garras y la posición con la cual estaba descendiendo, dejo a la vista que buscaba atraparlo con sus garras y levantarlo al cielo.
Alice sonrió.
"¡¿Qué?!"
Un poco sorprendida por el habla humana del quebrantahuesos, Alice en vez de solidificar su cuerpo, lo hizo gelatinoso.
Logrando que las garras de ese quebrantahuesos se hundieran en la masa oscura y aprovechando ese momento, Alice empujó para que la oscuridad cubriera las patas de esa ave y se moviera para tragarlo, como si lo tratara de ahogar en un mar de oscuridad.
A la vez impidió que se moviera y que pudiera hacer algo.
Un humano normal parpadearía o activaría su barrera, pero esa ave mágica solo tenía la capacidad del habla humana… Por lo demás, era una simple bestia.
"¡GYAAAA!"
El chillido de esa ave se propagó por los alrededores, cuando Alice la atravesó con púas.
La había logrado cubrir hasta su cuello en oscuridad que le impidió huir y fue muy fácil convertirla en un 'puercoespín'.
Ver púas saliendo por todas partes del cuerpo del ave fue la prueba clara de que fue un golpe mortal.
*BOOM*
Sin embargo, el 'sacrificio' de esa ave, le permitió que las bestias mágicas lanzaran sus hechizos y la golpearan.
Los ataques eran de diferentes elementos, pero cada uno de ellos fue destructivo.
La masa oscura se dividió por todas partes y esta vez Alice se ocultó en lo profundo de su sombra.
En esta misión no había traído a 'César' debido a que el peligro era demasiado alto.
En el exterior la forma de guerrero que estaba en una forma líquida fue destrozada y las partes fueron divididas por los alrededores.
Alice lo volvió a unir y al ver que los enemigos, se acercaba ella volvió a moverse otra vez.
A diferencia de antes que tenía una forma, ahora parecía una masa gelatinosa que se arrastraba.
No obstante, esa forma, la ayudó a moverse por toda la zona a una velocidad mayor que antes.
La oscuridad que quedo atrás, empezó a reunirse y cuando sus enemigos, la ignoraron, Alice actuó.
Toda la oscuridad estaba conectada con el interior de su sombra y esta vez no fue diferente.
Haciendo que la oscuridad en la parte trasera empezara a crecer lo suficiente, Alice salió sorprendiendo a las bestias mágicas que le lanzaron los hechizos a la masa gelatinosa que temblaba adelante.
Esta vez no utilizó su forma de guerrero, sino que sacó diez brazos de su espalda y se movió.
"Gh…"
"G…"
Sin permitir que dieran aviso, la velocidad fue enorme para eliminar a sus objetivos.
Cuatro brazos la movían para todas partes, y los otros brazos se transformaron en lanzas o se convirtieron en escudos para protegerla.
Ella misma utilizó su oscuridad para cubrir su propia mano conformando unas garras negras y empezó a moverse.
A diferencia de la forma de guerrero, actuar con su cuerpo afuera le permitió una mayor velocidad y agilidad.
Tras eliminar a gran parte de las bestias enemigas, pudo escuchar el rugido enfurecido del Smilodon Fatalis y ella volvió a huir.
La oscuridad de adelante que sirvió como cortina fue destrozada por el hechizo de magia de oscuridad de ese líder y de las otras bestias.
Perdió oscuridad, pero eliminó a las raras bestias mágicas que atacaban a distancia.
Alice sintió la furia de la otra parte y a diferencia de ese líder, también se dio cuenta de algo… La horda estaba perdiendo el orden y el control de antes.
Eso significaba que su hermana estaba haciendo un excelente trabajo y ella solo debía seguir resistiendo.
******
El Smilodon Fatalis que lideraba la horda observó como una humana con brazos negros se movía por los altos árboles.
Saltando, balanceándose y girando por el aire, cortaba a sus enemigos y sus brazos se transformaban en lanzas para golpear a sus objetivos.
Los pocos que podían volar la trataban de seguir, pero gran parte de la horda era un equipo de ataque terrestre y como si fuera poco, los de mayor tamaño eran lentos, así que solo estaban los más rápidos.
Él era una bestia mágica que se le dio el nombre de 'Haza' y se le dio la importante misión de liderar la horda para eliminar a los gorilas.
Había obtenido algo de éxito al principio, pero todo acabo cuando esa humana capaz de transformarse en un monstruo intervino.
"¡GRAAAA!"
Rugiendo con cólera para que todas atacaran, Haza utilizó su magia de oscuridad para disparar cientos de flechas de oscuridad.
La jovencita en el aire se convirtió en un capullo y las flechas de oscuridad fueron 'tragadas' por el capullo.
Tal acción solo lo enfureció aún más.
Que devorara las fechas creadas por magia de oscuridad dejaba en claro que su oponente tenía un mayor 'dominio' sobre la oscuridad y si bien tal vez no era capaz de controlar los hechizos ajenos como algunos Archimagos poderosos, el daño que recibía se reducía en gran medida.
Ya sea un mago o una bestia mágica era un golpe al orgullo… Haza no fue diferente.
"¡GRAAAA!"
Rugiendo otra vez para que la horda atacara, la joven humana astutamente volvió a huir otra vez.
Haza se sintió extremadamente enfurecido.
¡Quería que mataran a esa humana!
¡Que la eliminaran!
Pero no importa cuánto lo intentaran, ella evitó a los poderosos elefantes sangrientos y se movió por lo alto, esquivando los ataques y a la vez que dejaba caer las lanzas negras que salían de su espalda.
Las veces que descendía masacraba a todas las bestias que podía, priorizando desmembrar los cuerpos y dejando a aquellos extremadamente heridos con vida.
Haciendo que el llanto, los gruñidos de dolor y el miedo causaron pánico entre la horda.
Viendo como varias hienas volvieron a avanzar siguiendo a esa humana-monstruo, Haza dudó al ver que el numero era más bajo que antes.
La humana era fuerte y había asesinado a muchos, pero la horda superaba los miles y eso significaba que había mucho incluso tras la cruenta batalla contra los gorilas.
No obstante, ahora fue extraño.
Esa extrañeza lo hizo detenerse y mirar a los alrededores, dándose cuenta de que se había dejado llevar por su ira, rencor y su deseo de eliminar a esa humana.
Impidiéndolo ver que ya no quedaban tantos individuos entre la horda.
Gran parte de los rangos S habían huido y el número de la horda no solo había disminuido, sino que también muchos se habían quedado atrás comiendo los cadáveres y matando a los heridos.
"¡GRAAA!"
Sin dudarlo gruñó para avisar de la retirada y la jovencita que iba adelante, dio la vuelta de inmediato.
"Te diste cuenta, eh…" Murmuró la jovencita avanzando de forma directa.
Las hienas trataron de saltar para morder el cuerpo de esa humana, creyendo que una vez que pusieran sus fauces en el cuello delgado de esa joven, podrían eliminarla.
Ninguno pudo acercarse.
Los brazos negros atraparon algunos, cortaron a otros y empalaron a los últimos.
Cayó en una trampa… Ante esa realización, Haza utilizó un artefacto de movimiento para distorsionar el espacio y huir.
Antes de que su visión cambiara, pudo ver un corte rojo acercarse desde lo alto de un árbol y antes de que lo golpeara, pudo retirarse a decenas de kilómetros de distancia.
El artefacto era el método de emergencia que se le había dado y era bastante valioso… Lo utilizó cuando atacó a la ciudad humana en el norte y esquivó la poderosa tormenta de relámpagos.
Esa vez su piel se quemó y ahora al ser más prudente pudo huir sin heridas.
Sin embargo, fallo… Lo sabía.
¿En dónde estaba esa humana que usaba la espada?
Se dejó llevar por su deseo de eliminar a esa monstruosidad sin darse cuenta de que uno de sus enemigos había desaparecido.
Gruñendo en voz baja, Haza volvió a donde estaba su horda tratando de ver si era posible retomar el control, pero sin ni siquiera acercarse demasiado pudo ver a varios elefantes luchando entre ellos.
Los lémures estaban comiendo varias hienas y un cocodrilo había devorado a un par de lycaons.
Estos últimos estaban huyendo para todas partes, dejando ver su naturaleza temerosa y demostrando que ellos estaban en lo más bajo de la cadena alimenticia dentro del bosque mágico.
En ese punto se dio cuenta de que había perdido.
Distraído por su ira y por su objetivo de eliminar a esa monstruosidad que estaba poniendo en juego su autoridad, no se dio cuenta de que la otra parte también deseaba vencer a la horda.
Y lo logro… Solo eliminando a quienes lideraban.
Haza se dio cuenta de que había fallado y tras huir, por su mente paso la idea de esconderse en el bosque y nunca salir.
O de huir muy lejos.
Sin embargo, la parte más racionalidad le hizo darse cuenta de que era imposible.
No era una bestia libre y desde hace tiempo había sido controlado por un domador de bestia.
Escondiéndose en un lugar discreto, Haza tras dudar un momento activó un artefacto mágico de comunicación.
La proyección mágica apareció adelante revelando a una mujer.
Era alta y estaba vestida de forma elegante mientras su cabello estaba atado de forma simple.
Lo que destacaba no era su rostro que entre los propios humanos sería considerado agradable a la vista, sino que esos ojos celestes.
La mirada que daba era fría y peligrosa, logrando que Haza temblara sintiendo la crueldad de la otra parte.
A pesar de que era una proyección.
"Fallaste." Declaró la Gran Señora de las Bestias, Allannia.
Como una antigua jugadora mantuvo su nombre de jugador, al igual que la locura de los cuales esos jugadores era conocidos.
Al menos eso era lo que Haza había escuchado y lo que estaba de acuerdo era que esa poderosa mujer, era extremadamente peligrosa.
"Si…" Respondió Haza bajando su cabeza.
Lo descubrió de inmediato, tal vez por la mirada que él daba.
"Que me llamaras a mí y no a Kax, significa que tienes algo que decir, ¿cierto?" Cuestionó la mujer y dándole una mirada, declaró. "Dependiendo de tu respuesta, veré que hago contigo. Si no quieres terminar en la carnicería, será mejor que sea algo que me interese."
Haza tembló.
Kax era el Xenosmilus de rango SS que supuestamente se alió con los Rinkhals y que en secreto era una Bestia Mágica domada por la mujer en frente de él.
Debido a que la mujer no deseaba revelar sus cartas, ocultó a esa bestia y la utilizó para que creara una fuerza de bestias dentro del bosque mágico… Fuerza que ahora estaba enfrentándose a la gobernante del centro del bosque.
"Los gorilas atronadores fueron duros, pero ellos no fueron quienes me hicieron perder." Dijo Haza de forma rápida y dando una mirada, declaró. "Las 'Protectoras de Zerzura' ayudaron a los gorilas y los salvaron."
Como alguien que había participado en el ataque de las olas a Zerzura había escuchado las descripciones de las 'Protectoras de Zerzura'.
Para una bestia era difícil identificar a un humano y si bien esta vez no estaba seguro si eran ellas, necesitaba culparlas de todo.
No podía decir que dos humanas desconocidas lo atacaron y necesitaba que alguien asumiera la culpa, siendo lo suficiente importante.
Las Protectoras de Zerzura fueron quienes lograron liberar a la gobernante del centro del bosque y rescataron a las crías, destruyendo el plan de la mujer al frente de él.
Que alguien como ellas apareciera e interviniera le daría una causa por fallar de esta forma.
"Oh. Otra vez Zerzura y esas Protectoras de Zerzura… Están siendo demasiado molestas últimamente." Declaró Allannia y mirándolo directamente, ordenó. "Me encargaré de ellas y de Zerzura, pero primero, me encargaré de ti por mentir."
Haza tembló sorprendido ante esas últimas palabras y la mujer dio una sonrisa sádica.
"¿Crees que no sé cuándo mientes? Era mi esclavo. Es mejor que vuelva, voy a pedir que un mago mental te saque todos los recuerdos de la forma más dolorosa posible." Reveló la mujer y dándole una mirada, comentó. "Dependerá de mi humor y de la información, si te envió a la carnicería o te dejo vivir."
Miedo y pánico se extendieron por todo el cuerpo de Haza, pero solo pudo obedecer… Eso era lo único que podía hacer una bestia cuyo contrato de esclavitud fue forzado.
Sin embargo, su miedo solo aumentó en gran medido al escuchar el comentario final.
La carnicería era un lugar cruel en donde las bestias mágicas iban para que sus cuerpos sean desmembrados para la venta.
Las bestias mágicas no morían, esas 'carnicerías' estaban diseñadas de tal manera para mantener vivas a las bestias y al utilizar magia de curación, lograban que sus cuerpos se regeneraran… Para volver a ser cortado al momento siguiente.
Una y otra vez hasta que sus cuerpos colapsaban por exceso de magia de curación.
Haza esperaba desde el fondo de su corazón que sus recuerdos de esa jovencitas coincidan con las Protectoras de Zerzura a la cual culpo.
Esperando que de esa forma pudiera sobrevivir.
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