Cécile observó la ciudad de las tortugas.
Esas tortugas se llamaban 'Tartak' y usaban un idioma mágico que necesitaba energía mágica para funcionar, pero era entendible para todos lo que lo escuchaban.
No había mucha gente en este lugar y su número llegaba a mil, pero había algo de diversidad.
Tortugas de tierra, tortugas de agua y unas tortugas de fuego, sus caparazones cambiaban de tonalidad con respecto a su afinidad natural a un elemento.
Eran de tener poca descendencia, ya que no había tantos niños y eran muy espirituales.
Mayormente la población estaba compuesta por ancianos y le gustaba meditar de forma frecuente, cuando no trabajaban en sus pequeñas parcelas de cultivo.
Resultaban ser herbívoros y sus compañeros de la expedición lo marcaron como pacíficos.
Modestos y para nada frugales, ellos daban la sensación de que vivían como monjes.
Sin embargo, Cécile no se podía sacar esa sensación de su cuerpo.
Era una sensación extraña que nadie más tuvo y no importa cuánto tratara de evitarla, no podía.
Empezó desde que había entrado a esta ciudad y las tortugas los había 'aceptado', sabiendo que eran visitantes de otro mundo.
Supuestamente fueron informados por sus guardianes y en este mundo esas existencias estaban en el cielo.
Aun así, Cécile no podía sacarse esa sensación de su mente y cuerpo.
Todavía recordaba esa gran luna que la miraba y cada vez que lo hizo, su mente empujaba esa sensación volviéndola más fuerte.
Le había avisado a la expedición de su encuentro 'divino' y fue purificada varias veces, pero la sensación no disminuía… Incluso rezar a la Diosa del Orden no logró sacarle esa sensación.
¿Esas existencias que miraban desde la luna hicieron algo con su mente?
Ellos se habían querido conectar con su mente ese día que observó la luna.
En ese momento no fue corrompida por verlos directamente y era posible que esas existencias estuvieran controlando su presencia.
El dicho de ��no mirarás a un dios' no era broma y las existencias que no deseaban ser vistas podían ser muy agresivas.
Solo que esta vez para ella fue diferente.
"Cécile ya está por empezar la fiesta." Avisó el explorador del grupo con una sonrisa.
Ahora ella estaba en la parte más alta de la ciudad, en el patio al frente de la entrada a lo que parecía ser un castillo bajo la montaña.
Ese explorador tras avisar se fue rápidamente pareciendo animado.
Estuvieron en guardia al principio, pero al pasar de unos pocos días, la situación fue cambiando.
Los Tartak no los instaron a revelar de dónde venían, los trataron como invitados, dándole buena comida y bebida local.
Compartiendo lo que tenían, ellos eran modestos, pero amigables.
Al ser tortugas dio la sensación de que eran débiles a pesar de que el anciano que lideraba el lugar dejo ver una fuerza de rango S.
Mientras que toda la raza dejo ver que eran muy devotos y cada vez que tenían tiempo meditaban.
Que fueran tan devotos disminuyó la guardia de la expedición… Menos de ella, quien no pudo sacar esa sensación de su cuerpo y mente.
Ahora esas tortugas estaban por llevar a cabo una pequeña fiesta para los invitados.
"Mierda." Maldijo Cécile en voz baja, respirando hondo.
Esa sensación extraña se volvió a levantar y su mente entró en alerta de inmediato… Estaba demasiado susceptible en este momento.
Era una sensación que la empujaba al rechazo, y al desagrado, pero que también la ponía en alerta, todo en contra de esas tortugas.
Los demás habían preguntado sobre el portal y tratado de buscar información sobre este mundo, pero no pudieron encontrar demasiado.
En ese sentido los Tartak eran muy reservados con su situación, al igual que preferían ser reservados con la situación de sus invitados.
Cécile volvió a suspirar y se tocó sus brazos, en donde sus serpientes estaban enrolladas.
Había dormido con ellas y la había sacado únicamente cuando ellas iban al baño o cuando necesitaba alimentarlas.
Es más, no podía dejar de estar armada en cada momento.
Su túnica para asistir a la fiesta era una túnica de mago diseñada para la batalla con fuertes barreras y cada accesorio era un artefacto… Esa sensación hizo que le fuera imposible bajar la guardia o acercarse a esas tortugas.
Lo peor es que no podía demostrar su sensación abiertamente y la mayor razón era que esas existencias en la luna, la habían afectado.
Y a pesar de que los sacerdotes la habían purificado la sensación no se había ido.
Agregando a todo eso, que los Tartak actuaron amistosos desde el inicio y solo reservados en sus asuntos, dieron la sensación de que era como cualquier raza.
Lo que más resaltaba era la facilidad para aceptar viajantes de otro mundo, pero cuando uno pensaba lo devotos que eran y que sus guardianes le informaron de su llegada, entonces la situación tenía sentido.
"Tch…" Chasqueando su lengua Cécile caminó a la entrada del castillo.
La muralla y el decorado que tenía la entrada de ese castillo subterráneo era bastante agradable y les recordaba a las ciudades enanas en Terra nova.
Pilares de piedra, una pared bien decorada y luego si entraba se encontraban diferentes pasillos a diferentes habitaciones o salas.
No había guardias en este lugar y solo las tortugas llevaban comidas y bebidas al salón principal.
Dirigiéndose a ese lugar, Cécile escuchó la risa de algunos miembros de la expedición.
Algunos de ellos eran reservados comiendo y bebiendo con calma mientras conversaban con esas tortugas, pero otros eran como 'mercenarios' que se dejaban llevar.
Contando su historia de batallas a algunas tortugas atentas o bebiendo sin moderación.
Cécile no pudo sentir que ellos tuvieran una guardia alta y eso la hizo fruncir el ceño.
El líder de la expedición al verla entrar, se acercó.
"Por favor, no muestres esa cara. Necesitamos relacionarnos con ellos, para saber dónde está el portal abismal o para que se abran y averiguar lo que sucede." Murmuró el líder de la expedición.
No era como si se hubieran olvidado de su objetivo, ellos se estaban moviendo tratando de que la otra parte dejara de ser reservado.
Era por eso que se les pidió a aquellos con más carisma que se soltaran esta noche y lo estaban haciendo bien.
Los miembros de la expedición compartían su comida, su bebida y compartían historias con las tortugas como si dijeran que ellos no eran reservados, entonces los Tartak tampoco debían serlo.
"Esta es mi cara normal." Declaró Cécile con una voz gélida.
Su voz había salido más fría de lo habitual y ella no se dio cuenta cómo.
Era un miembro del Servicio de Inteligencia Secreto que servía a la Reina de Gran Bretaña y actuaba como un Archimago de la Academia Merlín buscando estudiantes de gran destreza.
Ella tenía confianza en su carisma para atraer a estudiantes que sirvieran a la Reina y en cierta forma le gustaba asistir a este tipo de fiestas.
Si fuera una situación normal, ella sabía que podría lucirse, pero ahora no podía.
Ahora esa sensación de rechazo todavía continuaba, presionando para que no bajara su guardia, para que estuviera alerta y eso hizo que su expresión cambiara.
La expresión del líder de la expedición tembló.
"Entonces, sígueme. Prefiero tenerte en silencio a mi lado. Diremos que no eres buena para relacionarte con ellos." Murmuró el líder de la expedición y en voz baja, bromeó. "Eso es mejor a que crean que tienes fobia a las tortugas."
Cécile solo le devolvió la mirada de forma solemne, lo que hizo que el líder de la expedición se riera suavemente y le señalara para que la siguiera.
Ella lo siguió por la sala mientras él hablaba.
Era carismático, lo que le facilitó entablar conversación con las tortugas y esa fue la razón por la cual fue elegido líder de la expedición.
Sabía como mediar entre las personas y como llevar a otros a su objetivo.
Aceptando la comida y la bebida de la otra parte, él compartió bebidas terrícolas mientras que algunos Tartak se interesaban en ellas.
En ese momento el Tartak que lo recibió se acercó, acompañado de otra tortuga con un caparazón rojo y de expresión solemne.
"¿Lo están pasando bien?" Pregunto el anciano pasando dos jarras de la bebida local.
Esa tortuga era el anciano de mayor edad y era quien lideraba a los Tartak, su nombre era Svenak.
A su lado estaba la tortuga silenciosa que tenía afinidad al fuego y su nombre era Norak… Ese último individuo era alguien con el cual no debía meterse, ya que era un rango S con una actitud fría.
El grupo de la expedición se pasaban los informes y distribuían la información, detallando y especificando a quien acercarse.
"Esta es nuestra mejor cosecha deberían probarlo. Nosotros no somos de beber tanto, pero hoy acompañaré a mis invitados." Dijo Svenak pasando la jarra.
La bebida era de color púrpura y el aroma era nada más que fascinante, pero Cécile no pudo recibirla.
Esa sensación le impedía comer su comida o tomar sus bebidas, descomponiendo su estómago cuando estaba en su boca y haciéndola vomitar.
Eso sucedió la primera vez que estaban probando la comida tras revisar si era comestible para ellos y el problema era que ahora, al ser ofrecida por el líder de la otra parte iba a ser irrespetuoso no aceptarla.
"Mi compañera no bebe, así que si me permite lo haré por ella." Intervino el líder de la expedición bebiendo de un solo trago la jarra y dando una sonrisa animada.
Svenak no se vio incómodo por ese acto y solo asintió con una expresión que Cécile pudo describir como animada.
Eran humanoides y si bien sus cabezas eran de tortugas, se podía leer su expresión.
"Por nuestros visitantes." Exclamó Svenak con su jarra en alto.
Los demás empezaron a tomar sus jarras de esas bebidas y tanto tortugas como humanos, la levantaron en lo alto para brindar y darle un trago.
A continuación, la atmosfera mejoró de inmediato y la atención se elevó.
Bebiendo y hablando, Cécile se quedó en silencio escuchando como el líder de la expedición hablaba con Svenak.
Le estaba contando sobre el portal abismal que apareció en el otro lado y también le revelo que tal vez era porque este lado necesitaba ayuda y era esa la razón por la cual los terrícolas vinieron.
Estaba mintiendo, pero su tono serio y su mirada solemne, le dio completa veracidad.
Habían entrado al portal abismal porque deseaban solucionarlo sin que todo estallara y se perdiera una ciudad como sucedió en Rumania.
Había que priorizar el entablar relaciones diplomáticas, pero lo más importante era sobrevivir y tomar el portal… Era por eso que necesitaban localizar la salida para empezar a moverse.
Una vez que pudieran tener refuerzos la idea general era que en caso de que se enfrentara a una guerra o al caos, el campo de batalla fuera este lado y no el otro.
Sin embargo, el líder de la expedición lo hizo ver como si fueran salvadores y buenos samaritanos ofreciendo su ayuda e incluso extendiendo y ofreció un lugar para residir al otro lado.
Todo con la premisa de que necesitaban encontrar el portal abismal.
Svenak dio un suspiro y respondió que su gente estaba bien, que no necesitaban irse y que sus guardianes lo protegerían.
Cécile que observaba como un tercero pudo notar que Norak ponía una expresión más seria no al escuchar las palabras del líder de la expedición, sino que al escuchar las palabras de su propio líder.
"¡Traigan más bebida! ¡Y que comience la música! ¡Que la fiesta siga hasta mañana!" Gritó el explorador de la expedición.
Los sacerdotes que eran lo que se controlaban más trataron de calmar al explorador, pero no pudieron y le dieron una mirada en esta dirección.
"Si me disculpa, debo detener su imprudencia." Dijo el líder antes de dirigirse a ese explorador que utilizó su reloj holográfico tratando de poner música.
Cada uno tenía cargadores personales en sus anillos espaciales, así que eran normal que funcionaran sus relojes holográficos y siguieran cargados.
Cécile en vez de seguir al líder se quedó con Svenak y Norak, entonces los miró detenidamente.
"Sus guardianes deben ser muy poderosos para permitirle saber que nosotros llegaríamos." Dijo Cécile y al ver que Svenak asentía animado por ese halago, comentó. "Pero al vigilarlos todo el tiempo, ¿no se agotan?"
Los dioses por lo general necesitaban 'fe' y esa era la fuente de su poder.
Los guardianes de la tierra eran un ejemplo básico y en cierta forma en Terra nova, también había bastantes dioses que necesitaban la 'fe' de su gente.
Si bien algunas existencias no lo necesitaban, Cécile trataba de descubrir qué clase de dioses eran los guardianes de este mundo.
"¿Agotar? Por supuesto que no. Nuestros guardianes son eternos, únicos e incuestionables. Nos han mantenido a salvo durante mucho tiempo y lo seguirán haciendo." Declaró Svenak con seriedad.
Había tocado una fibra devota muy susceptible, lo que hizo que Svenak se volviera más serio y dejara su actitud tan pacífica.
Cécile sabía que debía detenerse en este momento y no ahondar más en el tema, pero no pudo… Esa sensación la empujaba a descubrir sobre esas existencias.
Era parte en miedo a que esas existencias que conformaban la luna la hubieran afectado de alguna manera y ahora la estuvieran controlando sin que se diera cuenta, pero al mismo tiempo era la fuerza para saber la razón de esa extraña sensación.
"Yo tuve un encuentro con ellos." Declaró Cécile y notando que las expresiones de ambos cambiaban, explicó. "Cuando miré a la luna, pude verlos a ellos fusionándose, pareciendo querer mantener algo dormido. Ellos trataron de contactarme, pero no pudieron."
Tales palabras causaron que ambas tortugas reaccionaran de forma muy diferente.
Norak puso una expresión incrédula y aturdida, muy sorprendido de buena manera, antes de volverse seria y solemne, pero fue Svenak quien fue más notable.
Su expresión de tortuga se distorsionó llena de animosidad como si escucharla hubiera sido extremadamente desagradable.
"¡Ellos son falsos dioses! ¡Existencias que no deben ser mencionadas!" Gritó Svenak rompiendo la imagen pacifica que había mantenido.
Su voz fue fuerte llamando la atención e hizo que la expresión de Cécile se volviera seria.
¿Quiénes estaba en la luna eran los guardianes o no? ¿Fue la expedición quien los marcó como guardianes sin saber sus orígenes? ¿O era algo que no entendía?
Las dudas se elevaron en su mente y con ello demasiadas preguntas.
Si no eran los guardianes y ellos supusieron de forma equivocada, entonces ella podría estar corrompida de una forma que no podía darse cuenta… Y eso le causo miedo y ese miedo fue visto en su rostro.
Estaba demasiado cerca de su objetivo para morir siendo manipulada por existencias superiores.
Svenak controló su expresión y cuando Cécile estuvo por disculparse, escuchó un ruido sordo.
"¿Qué ocurrió?" Preguntó un sacerdote al ver que el líder de la expedición cayó al suelo.
Ante su pregunta, el explorador también cayó al suelo cuando sus ojos se volvieron hacia atrás y luego le siguió otro miembro más.
El miedo se elevó entre los miembros de la expedición, pero escuchó una risa que venía de Svenak.
"Hahaha…"
Una risa maniaca resonó y Cécile pudo ver como uno de los de Svenak cambiaba volviéndose totalmente negro.
"¡Nuestro sacrificio están listo! ¡Atrápenlo!" Ordenó Svenak agitando su mano.
Un poderoso pilar de piedra salió del suelo para golpearla de forma directa y Cécile totalmente alerta, usó su barrera.
*BOOM*
Siendo despedida hacia atrás, pudo ver como varios miembros fueron golpeados por los ataques de unas tortugas.
Hace un momento estaban charlando con ellas y ahora ellos revelaron sus colmillos.
"Oh, Gran Señora del OR… UGhhh…"
El sacerdote que estaba por rezar a su diosa, vomitó una asquerosa masa negra y al momento siguiente le siguió la sacerdotisa de la Iglesia del Tiempo y el Espacio.
La mente de Cécile entró en un frenesí y al ver la comida y bebida junto a algunas tortugas que estaban corrompidas por el Caos, se dio cuenta de la causa del estado de esos sacerdotes.
Los sacerdotes no fueron los únicos afectados y los demás empezaron a afirmarse en las mesas o sillas, sin fuerza para levantar sus armas.
Fueron envenenados a través de la comida con algo que incluso ellos no pudieron detectar.
"¡Nuestros guardianes estarán orgullosos de nuestro regalo! ¡Visitantes de otro mundo que vienen a detener su descenso!" Exclamó Svenak mientras su ojo negro pulsaba de forma aterradora.
¿Los sacrificarían a esa luna?
No… Cécile entendió que las existencias que adoraban ellos no eran lo que estaban en la luna, sino que era algo más aterrador.
Algo relacionado con el 'Caos' y a la corrupción.
Su mirada pasó por los siete miembros de su equipo buscando quien estaba mejor, pero todos habían comido y bebido algo en alguna medida y los que se encontraban en mejor estado era el sacerdote que adoraba a la Diosa del Orden y la sacerdotisa que adoraba al Dios del Tiempo y el Espacio.
Las tortugas sacaron sus bastones y se prepararon mientras que Cécile trataba de seleccionar su siguiente movimiento.
En ese momento pudo notar a Norak quien estaba atrás de Svenak señalarle una dirección con sus ojos.
Esa dirección era la salida y ella se movió.
A través de su conexión hizo que todas sus invocaciones que estaban esperando afuera, avanzaran para que vinieran a apoyarla.
Luego sacó un bastón de Archimago de su anillo espacial.
*Baam*
Golpeándolo en el suelo una capa traslúcida empezó a cubrir a los caídos y luego una distorsión se extendió.
"¡Nada sucederá!" Dos tortugas gritaron al unísono golpeando sus puños y una onda se movió rompiendo el hechizo de magia espacial.
A Cécile no le importo y levantando sus mangas, dando una orden en su mente.
"Es… ¡Gahhhh!"
Antes de que una tortuga pudiera hablar una serpiente saltó de su manga y mordió el cuello de esa tortuga con fuerza, entonces mientras crecía de tamaño a gran velocidad, agitó su cola golpeando a otras tortugas.
De su otra manga otra serpiente salto a la pared del pasillo y creciendo en el aire la destruyó.
Esas serpientes median cerca de seis metros de longitud y dos metros de anchos, siendo rangos A.
"Sssss…"
El siseo se extendió de inmediato cuando Cécile les ordeno que la protegieran y las serpientes se desataron.
Agitando sus largas colas, las fuerzas destruyó la formación de esas tortugas y ella con su bastón activo salió al pasillo.
"¡No podrán huir!"
El grito de Svenak se escuchó a su espalda, pero Cécile con su bastón empujo a los miembros de su equipo que estaban en una esfera.
Esa esfera se había vuelto un poco más pequeña y cada uno de sus compañeros estaba apretado, pero fue lo mejor que pudo hacer para moverse.
Moviéndose por los pasillos, las tortugas que eran sirvientes se interpusieron en su camino y volvieron golpear sus puños.
*BOOM*
Una onda extraña golpeó la barrera que ella había formado y Cécile, con su otra mano agitó su varita.
"¡GAAA!"
El fuego se extendió de su varita dando pie a un hechizo guardado y devoró a esa tortuga, permitiendo que ella continuara con su viaje.
Estar en la base enemiga, rodeada por oponentes y teniendo a un grupo a su cuesta no hizo que su expresión cambiara.
Solo lo volvió más seria y su hechizo se fue realizando más veloz.
"¡Vengan a mí!" Ordenó Cécile agitando su varita.
A sus alrededores el espacio se distorsionó y cuatro felinos de seis patas aparecieron, cada uno de ellos siendo rangos A.
Al mismo tiempo aparecieron diez felinos de rango B… Cada uno de ellos eran sus invocaciones y ahora solo las estaba 're-invocando'.
Básicamente trasladando de donde fuera que se encontraban para atraerlas a su lado.
Como invocaciones permanentes ya estaban conectadas a ella y con un hechizo podría traerlas de vuelta.
"¡Libérenme un camino!" Ordenó Cécile sin cambiar de expresión.
"¡GRAAA!"
"¡GRRR!"
"¡HAA!"
Los felinos soltaron sus rugidos y avanzaron cargando contra esas tortugas mientras mordían sus cuellos o sus rostros.
Era difícil asentar un golpe a esas tortugas debido a sus fuertes caparazones, pero su cuello, brazos, caras y piernas estaban descubiertas… Y eran el perfecto objetivo para esos depredadores.
Cécile avanzó viendo la salida al final del pasillo y si bien estaba todo oscuro, ella apretó sus dientes y avanzó.
Sacrificando a sus invocaciones para abrir una brecha entre las tortugas que estaban en la salida, ella se dispuso a volar con la esfera de su grupo.
Sin embargo, cuando salió su expresión se llenó de terror.
Cientos de tortugas estaban en la entrada en medio de la noche mirándola y si bien eran débiles, Cécile pudo sentir el peligro.
"¡Nadie saldrá de este lugar!"
Todos hablaron al unísono y al momento siguiente golpearon sus puños, generando una onda intangible que se fusionó con las de sus compañeros y se extendió hacia ella.
Cécile levantó sus barreras e incluso hizo que un felino saltara para protegerla, pero fue inútil.
*BOOM*
Esa onda combinada rompió su barrera, la esfera de su grupo y los empujo para todas partes.
"Ugh…"
Cécile golpeó la pared de un edificio y sintió un gran dolor por todo su cuerpo.
Sabía que algunas costillas se habían roto por el ataque y su mente se preguntó qué fue lo que ellos hicieron.
Esas tortugas eran débiles, pero usaron un 'arte' misterioso que logró que su fuerza combinada fuera terrorífica.
"Los sacrificios se quedarán aquí."
Una voz lunática vino desde el interior del castillo y Cécile mordiéndose los labios, observó los miembros más cercanos de su grupo.
Solo los sacerdotes estaban en mejores condiciones y ellos estaban tratando de hablar para murmurar el nombre de su dios, pero tenían problemas.
Con lo que sea que lo envenenaron hizo que la mente y el cuerpo se debilitara.
Cécile escuchó los pasos acercándose a la entrada del castillo y ella observó a la gente que era iluminada por la luna.
Cada uno de ellos parecía devoto.
"¡Solo los sacrificios correctos nos mantendrán a salvo! ¡Solo el sacrificio a nuestro dios nos ayudará a sobrevivir!" La voz de Svenak resonó desde el pasillo y Cécile pudo verlo levantando su mano.
Su ojo negro palpitaba y daba la sensación de que estaba conectado con algo terrorífico.
¿Iba a morir de esta forma?
Esa pregunta vino a su mente y el desagrado la lleno por completo.
Sosteniendo su varita con fuerza, ella volvió a mirar la luna y esta vez pudo ver a esas existencias quienes la observaban con sus múltiples ojos.
Esos ojos estaban llenos de pena… Era una extraña emoción.
Era la pena de su derrota, de su desesperanza y la impotencia, pero había un ojo que era diferente.
Un ojo negro que estaba abriéndose con lentitud y fuerza palpitando con corrupción.
Ver ese ojo hizo que los pensamientos de Cécile se descarrilaran hasta el máximo.
¿Iba a morir?
"No… ¡Voy a joderlos a todos!" Grito Cécile cuando la locura superó su racionalidad y cada uno de sus límites.
La 'corrupción' mental de ese ojo, le sacó todos sus límites y ella agitó su varita.
En medio del pasillo el humo negro se empezó a reunir a una gran velocidad.
¡Tenía las notas del Enemigo de la Humanidad!
¡Del jugador que asesinó a dioses! ¡Y aquel que podía traer calamidades!
Entre sus notas había algunos hechizos arriesgados y ella utilizó uno... Y sonrió como nunca.
En medio del humo negro un brillo rojo empezó a extenderse y entre más aumentaba el humo, más grande se volvía el interior rojo.
"¡Nadie saldrá de este lugar!"
La multitud volvió a gritar y golpear sus puños, lanzando otra onda misteriosa.
*BOOM*
Esa onda era un ataque físico y logró golpear lo que estaba dentro del humo negro e incluso logró disipar ese humo, pero lo que siguió fue silencio.
Una figura roja se reveló ante los ojos de todos.
Media cerca de cinco metros de alto y estaba hecho de piedra y magma que liberaba de sus aberturas.
Su cabeza era en forma ovalada y tenía un enorme ojo rojo en el medio, que se volvió agresivo de inmediato.
No era un 'golem', tampoco era un monstruo, era un 'constructo'… Una criatura de piedra fusionada con un elemento en particular.
Por lo general nacían en mundos con un elemento predominante extremadamente alto y ahora fue 'raptado' para traerlo aquí.
Esa era la única forma que se podía llamar… Lo que el 'Enemigo de la Humanidad' hacia era raptar existencias de diferentes mundos y ponerlas bajo su mando.
El hechizo que había lanzado replicaba parte de ese gran hechizo, solo que la criatura era aleatoria, al igual que su peligro, raza o capacidad inteligente.
Podía invocar un ángel inteligente o un monstruo salvaje y aterrador, de la misma forma que podía invocar un 'constructo' que era conocido por ser territorial y agresivo.
"¡GRAAA!"
Esa gran criatura rugió con fuerza y la lava se extendió a borbotones con su rugido mientras que su presencia de rango S, se amplificaba.
"Ata…"
*BOOM*
Antes de que la orden de atacar se diera, el constructo golpeó el suelo con fuerza extendiendo una onda de fuego que empujo a toda la gente y la hizo huir atemorizada.
"¡No huyan!" El grito de Svenak se escuchó y una poderosa piedra fue lanzada a ese constructo.
Norak y Svenak habían atacado al mismo tiempo.
El líder de las tortugas había lanzado magia de tierra y Norak que también era un rango S, utilizó su bastón para golpearlo.
Estaban tratando de atraer la atención de ese constructo hacia ellos para que no atacara a su gente y lo consiguieron.
*BOOM*
El constructo los atacó de inmediato y a diferencia de un golem con baja inteligencia, esa criatura tenía cierta inteligencia y era agresiva.
Fue invocada a la fuerza y al llegar fue atacada… Obviamente que estaba enojada.
Cécile se movió apretando sus dientes y bebiendo una poción, volvió a usar su bastón mágico.
Utilizó magia de aire contenida en el bastón para generar esferas y atraer a su grupo.
Solo pudo traer a los sacerdotes que estaban a su vista y al explorador, los demás se perdieron cuando fueron atacados por esa muchedumbre.
Cécile no dudó antes de huir.
No podía salvar a todos y en este momento no estaba en condiciones para luchar de forma directa.
Podía sentir que sus invocaciones se acercaban, pero aún debía salir de ese lugar.
Volando a baja distancia para que no la atacaran en el cielo y tratando de desviarse por los caminos para no encontrarse con guardias, ella empezó a utilizar pergaminos.
Rompió un hechizo de magia de hielo que lanzaba granizos como si fuera una lluvia y si bien no eran tan dañinos, luego utilizó un hechizo que generaba una niebla poderosa.
Ambos hechizos eran de cambio climático.
El hechizo de hielo enojaría aún más al constructo y el hechizo de niebla cubriría la visión de las tortugas en la noche, permitiendo ocultarse.
Al final, utilizó un pergamino magia de ilusión para ocultarse mejor y otro pergamino de magia de curación para el grupo.
A ella no le importaba los Tartak al igual que no le importaba sus invocaciones y si tenía que sacrificar ambos para sobrevivir, lo haría.
No le importaba si había niños entre la otra parte, en este momento, ella estaba en una posición en donde su supervivencia estaba arriba de todo.
Apretando sus dientes, Cécile voló entre la niebla mientras preparaba su varita en caso de que alguien lo atacara.
Su bastón estaba manteniendo a su grupo a cuesta, quienes lentamente se estaban recuperando de forma muy superficial.
Sin embargo, cuando logró llegar a la entrada, Cécile tembló de forma sutil y agitó su varita en el aire.
Una poderosa muralla de piedra se levantó, lanzando otro hechizo contenido.
Había venido armada hasta los dientes al participar en el portal abismal y tenía bastantes artefactos de ataque o defensa.
*BOOM*
Ahora le salvaron la vida cuando una poderosa esfera negra carcomió la muralla de piedra, rompiéndola a pedazos.
"¡Los sacrificios no escaparán!" Gritó Svenak con su ojo negro pulsando con terror.
Ese ojo negro estaba extendiendo pequeños hilos por todo su cuerpo y lo estaba corrompiendo lentamente.
Él había dejado a Norak luchando contra el constructo que estaba destruyendo varios edificios a lo lejos y había venido a perseguirla.
Era posible que otros individuos de alto rango estuvieran apoyando a Norak, pero Cécile alabó su indomable espíritu… Y eso fue todo lo que hizo.
"¡Lamentablemente para ti ya es tarde!"
"¡GRAA!"
*BOOM*
Ante sus palabras, la entrada de la puerta fue dividida por la mitad cuando el espadachín que estaba en el campamento, llegó.
Sus conexiones con sus invocaciones no solo estaban para pedir que fueran a ella, sino que también era útil como una alarma para que los refuerzos llegaran.
A diferencia de usar cristales, o artefactos para comunicarse, su invocación era más natural y menos discernible, siendo difícil de detener.
"¡GRAA!"
"Ssss…"
El siseo de las serpientes y el rugido de los felinos de seis patas llegaron y ellos avanzaron con fuerza, atacando a Svenak.
"¡Sal de ahí!" Gritó el otro individuo que se había quedado en el campamento.
Era un Archimago de magia de agua y ahora su expresión seria dejaba en claro que su siguiente movimiento no iba a ser nada agradable.
Cécile empezó a correr mientras les ordenaba a sus invocaciones protegerla de Svenak quien volvió a lanzar una esfera negra.
Tal esfera corrompió a una serpiente que se interpuso en el camino y carcomió su carne todo al mismo tiempo, pero Svenak no pudo mantenerla por mucho tiempo cuando una gran águila lo atacó desde cielo.
Esa era un ave de rango B y no solo era grande, sino que también su pico y garras eran tan fuertes como el acero.
Tras que ella llegara a la entrada con el espadachín cubriéndola, el Archimago de agua lanzó su hechizo.
Cada miembro de la expedición era un rango S y eran bastante fuerte, ahora sus refuerzos lo demostraron.
Desde abajo del acantilado se levantaron cientos de lanzas de agua que volaron por el cielo, pasando por arriba de la muralla y golpeando todas las casas.
"Vamos, ¡ellos son mucho más de lo que imaginan!" Grito Cécile con solemnidad.
Todo el grupo huyó mientras que la lluvia de lanzas de agua seguía en curso.
******
En medio de un altar en el cuartel militar de Burdeos, Francia, los altos mandos de la Unión Europea tenían expresiones serias.
"Hemos perdido cuatro miembros que han sido atrapados. La repentina traición de los Tartak, nos han llevado a una situación difícil. Los tres miembros que pude rescatar están gravemente afectados por un veneno, que no podemos entender y los pergaminos no funcionan. Mientras que nuestros sacerdotes que saben magia de curaci��n, son los afectados."
La voz de Cécile Leroux vino de un pequeño artefacto esférico que estaba rodeada por una distorsión espacial.
Era mantenido por la Cardenal Najjar quien usaba el poder de su dios, para hacerlo funcionar y permitir una comunicación entre ambos mundos.
Al escuchar esas palabras los altos mandos quedaron en silencio y se miraron entre ellos.
"Es imposible enviar refuerzos. El portal abismal no es estable, es más, en las últimas horas se ha vuelto ligeramente más inestable. Los expertos suponen que se trata del otro lado. Recomendamos permanecer ocultos y a la espera."
El representante de la Unión Europea dio su recomendación con una expresión seria.
Eso era lo único que podían hacer, 'recomendar'… Ya que ellos no eran los que estaban del otro lado y no podían entender la situación en su totalidad.
Le estaban recomendando que se ocultara y que dejara a aquellos capturados de lado, priorizando su propia supervivencia y la de aquellos que quedaban.
"Solicito la autoridad para tomar el mando de la expedición y libre camino para actuar, según la ocasión." Pidió Cécile con una voz solemne.
Ese permiso era para que nadie la juzgara después cuando ocurrieran algunos eventos desafortunados y la respuesta…
"Mientras las repercusiones no se extiendan a la tierra tienes libre camino para actuar." Declaró el representante con tono serio.
Nadie se inmutó en este lugar y solo la Cardenal Najjar frunció el ceño disgustado.
Lo que importa sobre todo lo demás era la seguridad de Burdeos, de Francia y en caso de mayores problemas, del mundo… Esa era la prioridad.
"Esperemos que los rusos lo estén haciendo mejor."
Alguien murmuró tales palabras y de respuesta solo hubo silencio.
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