Apenas la visión de Érica se estabilizó, ella con su varita en la mano escudriñó los alrededores buscando cualquier presencia.
Se encontraba en lo que parecía ser una montaña en el centro de una grieta de varios metros.
El lugar estaba frío y era algo bueno para ella, aunque la luz del sol venía del exterior iluminando escasamente el interior.
Había escuchado que Leslie se había topado con un enemigo, apenas apareció, así que Érica se relajó al no ver a nadie.
Sin embargo, su expresión relajada duro poco.
¡Estaba en la semifinal!
¡Enfrentando a una poderosa academia cuyo número la superaba y cuya fuerza era notable!
Fueron sus antiguos aliados y ahora se estaban enfrentando a ellos.
Érica, a pesar de que se relacionó bastante bien con los estudiantes de la Academia Cernunnos, estaba dispuesta a darlo todo.
Mirando su reloj holográfico se dio cuenta de que todavía no habían activado la red o tal vez no estaba dentro del rango.
Sin darle importancia, empezó a volar usando los artefactos y salió de la grieta cautelosamente.
Tenía hechizos para protegerse en caso de un ataque, pero se quedó deslumbrada al notar el escenario que le había tocado.
Ella estaba en una montaña bastante grande y al pie de esa montaña había un pequeño bosque con una llanura al descubierto yodo todo estaba cubierto por una barrera.
Todo esto era el escenario de batalla.
Un aullido de lobo resonó entre medio de la montaña que parecían complejos acantilados y grietas entrelazándose entre ellas.
Recordando que un arquero de Rango C, tenía un lobo aullador, Érica se puso en guardia.
A diferencia de la Academia de Héroes, que tenía que instalar una red de comunicación para empezar a organizarse, los estudiantes de la Academia Cernunnos lo tenían más fácil.
Si bien aparecían en zonas al azar al igual que sus bestias, ellos tenían una conexión con sus bestias y le permitían saber la posición de su compañero a través del contrato.
Esas ventajas demostraron en su primer enfrentamiento contra la academia de druidas y todos lo habían analizado marcándolo como una amenaza en el inicio.
Cada bestia mágica y estudiante eran tomados como individuos diferentes, así que vencer a uno no significaba que el otro saldría del torneo… ¡Se quedaría hasta que fuera derrotado!
Eso significaba que lo superaban en número y tenían la ventaja de iniciativa.
*BOOM*
En la llanura se escuchó una explosión cuando un relámpago cayó al suelo.
Ese era un ataque de Edward, pero el nivel de potencia fue demasiado excesivo y era muy seguro que se tratará de su señal.
Mirando con calma, tres relampagueantes rayos volaron por el cielo brillando incluso de día.
Esa señal era la orden de que algunos estudiantes podrían atacar.
En vez de tomar la ventaja en el periodo medio o tardío, cuando Andrés se hiciera con el control de la red de comunicación de su oponente, esta vez estaban tomando la iniciativa.
Eso no significaba que Andrés se quedaría al margen, él tenía sus propios movimientos al igual que otros pequeños grupos.
En este caso, Érica era del equipo de asalto y podía moverse como deseara para mermar las fuerzas del equipo enemigo.
Los estudiantes de la Academia Cernunnos al tener una comunicación con sus bestias mágicas tenían la ventaja, no obstante, no todo era bueno, ya que podían aparecer en dos sitios diferentes.
Ellos tratarían de aprovecharse de esa desventaja.
Por tal razón fue que Érica se movió en dirección de donde el aullido había venido.
En vez de volar, flotó manteniéndose a la altura del piso y activando el sigilo se adentró por la montaña.
Pasando por las grietas, Érica avanzó con su varita en la mano.
Ese era el problema de ser un escenario tan grande, era difícil encontrarse con los enemigos al inicio.
"Grahh…"
Un gruñido de una bestia resonó a lo lejos y Érica se acercó escabulléndose.
No era buena con el sigilo y solo podía depender de su traje para ocultarse, tampoco era buena en exploración, así que tuvo que concentrarse para agudizar sus sentidos.
Acercándose con cuidado para no ser notada, avanzó a la cima del acantilado y en ese momento escuchó voces.
"Vamos, ¡ataquen!"
"¡Necesitamos matarlo rápido!"
"Es difícil…"
Las voces no sonaban conocidas y lo que hizo que los ojos de Érica brillaran como las de un cazador.
Cuando alcanzó la cima del acantilado, pudo notar a unos jóvenes luchando en contra de un gran oso en la entrada de una cueva.
El luchador de Rango B cuyo compañero era un gorila atronador, el arquero de Rango C con su lobo aullador de Rango B y por último se encontraba un caballero de Rango C cuyo compañero era un Addax mágico.
Los tres jóvenes estaban luchando, pero solo el arquero tenía a su compañero luchando con ese gran oso.
Un oso de Rango A… Pensó Érica observando en calma.
El oso parecía contaminado por el caos y la única rareza era que tenía varias heridas en su cuerpo, que no parecían ocasionadas por el grupo que lo atacaba.
Érica analizó atentamente y cuando observó la cueva pudo notar la razón por la cual estaban enfrentándose a tal enemigo debilitado.
Dentro de la cueva se podía notar un brillo que iluminaba los alrededores.
El mismo brillo que daban algunas armas o artefactos que podían ser usadas en este torneo.
Esas armas siempre tenían hechizos fuertes que podían causar problemas a cualquier oponente y en algunos casos eran tan potentes como para cambiar la marea de batalla.
En su primer enfrentamiento usaron uno, pero en cierto sentido no pudieron demostrar totalmente la eficacia de tales artefactos.
Dudando de si atacar o no, al final decidió moverse ahora reconociendo que si las bestias mágicas de los demás estudiantes llegaban no podría hacer nada.
Primero preparó un [Cañón de Hielo] para disparar entrelazándolo con el hechizo [Púas de hielo] en su interior y al mismo tiempo que convertía las púas en lanzas, agregando su mejor hechizo [Lanza de hielo].
Todos los hechizos fueron preparados de la manera más secreta posible y ella trató de evitar que la energía mágica se filtrara para que sus oponentes no la percibieran.
Para su suerte, a causa de la batalla, los estudiantes del grupo no se dieron de las ondas de energía mágica emitidas de los hechizos.
Si Érica fuera un Archimago de Rango S podría lanzar este tipo de ataque manipulando el elemento hielo sin tener la necesidad de crear tres hechizos diferentes, pero ella todavía no había llegado a ese punto.
Sin embargo, su concentración era alta y su afinidad con el elemento hielo también, logrando que el hechizo se estabilizara en la punta de su varita.
Levantándose un poco mirando al grupo que estaba a punto de derrotar al oso, Érica hizo que una gran esfera de hielo creciera en la punta de su varita.
"¿No hace demasiado frío?"
Cuando uno de los jóvenes hizo esa pregunta, Érica sintió una sensación de peligro y su expresión cambio.
Lanzando su hechizo y saltando del acantilado sin dudarlo, a su espalda pudo ver el Águila Silenciosa cortar la posición en la que había estado.
"¡Mierda!"
"¡Cuidado!"
Una advertencia simple sonó de los tres jóvenes, cuando el hechizo explotó a los pies del gran oso y del arquero de Rango C.
*BOOM*
La explosión liberó una onda de hielo que congeló varios metros del terreno y al instante siguiente diez lanzas salieron disparadas a los alrededores.
El arquero de Rango C fue congelado hasta ser descalificado por la barrera, mientras que el luchador de Rango B saltó para cubrirse detrás del cuerpo del oso, dejando al pobre caballero de Rango C usando su escudo y activando la barrera.
Entonces la onda de frío paso y las lanzas de hielo llegaron, atravesando al oso de una forma trágica y golpeando al caballero en su escudo.
La diferencia de fuerza fue evidente y el caballero voló por el aire, golpeando la pared.
Otras lanzas fueron enviadas a la cueva y en otras direcciones, una de las cuales fue a Érica, que estaba cayendo.
Ella en respuesta empleó el artefacto de vuelo y tomando el control de la lanza, la volvió a disparar al Águila Silenciosa que estaba volando en el cielo.
El águila logró esquivar y si bien no recibió daño, fue lo suficiente como para volverla cautelosa al atacar.
"¡¿Qué jodido ataque fue ese?!" Exclamó el luchador levantándose y mirando el hielo extenderse por los alrededores, murmuró. "Hay más de un monstruo en la Academia de Héroes."
A pesar de que sonaba bastante tranquilo, Érica pudo notar que él ya había reforzado su cuerpo con energía mágica y estaba preparado para la batalla.
Al otro lado, el caballero abrió su casco y al verla a ella se volvió a levantar guardando el escudo congelado en un anillo.
Todo eso mientras el Lobo Aullador la miraba con ira y rencor al haber perdido su compañero.
"No seas imprudente, chico. Vamos a hacerla pagar." Dijo el luchador al lobo aullador y mirando a Érica, declaró. "No es nada personal, pero tenemos que vengar a nuestro compañero caído."
La expresión de Érica no cambio al ver que la estaban rodeando, presionándola en contra de la pared del acantilado de donde ella había caído.
Por la derecha el lobo aullador que gruñía claramente de acuerdo con el luchador, en el medio el luchador de Rango B cuyos músculos se tensaban y por el lado izquierdo el caballero de Rango C, que había sacado un nuevo escudo.
Ese lado era el más débil, pero en ese lado estaba la cueva y no había escapatoria.
A todo eso, en el cielo ocultó se encontraba el Águila Silenciosa y era muy posible que la domadora Daisy estuviera moviéndose.
No, también el gorila atronador del luchador y el Addax mágico podían estar acercándose.
Ante tales enemigos, la expresión de Érica no se inmutó, sino que dio una sonrisa.
En el anterior combate también fue acorralada por un grupo de la academia de paladines, pero al igual que en ese momento, Érica no pudo evitar sentirse emocionada.
Todos sus compañeros estaban revelando una gran fuerza y ella era la única que faltaba.
Estaba esperando su mejor momento… Lamentablemente este no era.
Aleteos empezaron a escucharse a espalda del luchador y cuando todos miraron notaron cientos de pequeños ojos rojos rodeados de oscuridad, cubriendo el brillo del 'tesoro' que se encontraba dentro.
El primero en salir fue un murciélago de treinta centímetros de longitud, como una pequeña bola de pelos que no tenían características notables más de sus ojos rojos y sus colmillos ligeramente grandes.
Era un 'Murciélago Vampiro'.
Fáciles de matar, fáciles de derribar e individualmente eran extremadamente débiles, siendo Rango D o Rango C con un ligero tamaño superior.
Sin embargo, había un problema con tales enemigos.
Otro murciélago salió y luego otro, entonces de dos pasaron a cinco, y de cinco a diez, y de diez a cincuenta.
"¡Un enjambre de murciélagos!" Gritó el luchador al reconocerlo, pero cuando miró a Érica, ella ya estaba corriendo a gran velocidad.
Usando su varita para crear una barrera de hielo, el lobo cortó esa barrera y cuando la intentó de detener, se dio cuenta de ella ya estaba corriendo para huir sin mirar hacia atrás.
Derribar algunos pocos murciélagos vampiros era extremadamente fácil, pero un enjambre… Érica no estaba lo suficiente preparada para hacerlo.
"¡Mierda! ¡Vienen por nosotros!" Gruño el caballero al empezar a correr.
"¡Corre! ¡Corre caballero de hojalata!" Gritó el luchador a su compañero que llevaba una armadura pesada.
Tal vez de manera inconsciente, pero todo el grupo estaba corriendo en la misma dirección de Érica y ella, al escuchar los gritos a su espalda, no pudo evitar mirar.
Su expresión tembló al ver un enorme enjambre de murciélagos, como si de algún jefe final se tratara siguiendo al caballero que estaba al final.
Sin dudarlo ni un minuto generó una enorme barrera de hielo a su espalda para cerrar el camino y ella voló metiéndose por una grieta tratando de que el águila no lo atrapara.
"¡Ese fue un truco sucio!"
Escuchando ese grito a su espalda y el ruido de batalla, Érica no pudo evitar reírse.
Extrañamente se estaba divirtiendo.
******
Alice le dio una mirada a su entorno.
Podía escuchar algunos ruidos de batalla a los lejos y los relámpagos de Edward que resonaban tal vez cazando estudiantes.
Cuando dos grupos tenían rango S, lo ideal era disponer un equipo de Rango A para tratar de contenerlo o que otro Rango S se encargara.
Era muy posible que Daniel siguiera el ruido del relámpago y fuera a detener a Edward.
Sin embargo, esa batalla no era su problema y Alice solo abrió una bolsa de papitas y siguió caminando por los alrededores.
Había llegado a una posición al azar, pero esta vez fue más lejos que otros, así que durante varios minutos no se encontró con enemigos.
Usando sus brazos negros para moverse entre los árboles con calma, sin tener que ser molestada con la maleza y las ramas, Alice solo siguió comiendo sus papitas.
Si bien podía moverse velozmente para explorar o extender sus sentidos para localizar a los estudiantes, prefirió no hacerlo.
Que un estudiante de la Academia de Héroes fuera derrotado significaba más presión para sus compañeros sobrevivientes.
Y ser presionados significaba en cierta manera tener que mejorar para sobrevivir.
Pasando por los árboles y llegando a donde se encontraban árboles gruesos y altos, un brazo salió disparado convirtiéndose en una lanza y atravesó a un camaleón asesino que estaba camuflado.
"…"
El cadáver cayó al suelo y la mirada de Alice se dirigió a los alrededores hasta que se centró en una sombra al pie de un gran árbol.
Los árboles eran muy gruesos y altos, logrando tener espacio entre ellos, y esta sombra en particular era más oscura a pesar de que la luz del sol podía pasar por las copas de los árboles.
Si alguien miraba el árbol rápidamente, lo pasaría de largo, pero si uno se concentraba podría notar que era una oscuridad lo suficiente llamativa para esconder algo.
Ta-ta-ta.
El sonido de una metralleta resonó y Alice se cubrió con sus brazos como un capullo antes de que las balas pudieran tocar su cuerpo.
Dentro del capullo, Alice no agudizo su sentido, sino que observó como el capullo negro se volvía traslúcido permitiéndole ver el otro lado.
Desde a fuera no se podía ver nada, pero desde adentro todo era visible de manera normal y ella pudo ver a Jaffar montando el escorpión nocturno.
Las pinzas del escorpión nocturno podían aplastar a un enemigo y el aguijón era tan filoso como la espada de un espadachín de rango A.
Jaffar le disparó todo el cargador de la metralleta y cuando Alice salió del capullo, ambos se miraron.
"…"
La expresión de Jaffar era difícil.
Si bien era un domador de rango A con un compañero de rango A, él tenía una fuerza personal de mecánico de rango B que usaba armas excelentes.
Le había disparado balas penetrantes, pero ninguna atravesó el capullo.
Ante esa mirada que revelaba una gran tensión, Jaffar…
"¡Corran! ¡Viene la glotona!"
Con un solo grito, el escorpión nocturno que estaba montando corrió con toda la velocidad, huyendo entre medio de los grandes árboles.
La expresión de Alice tembló un momento sin saber cómo reaccionar, pero también pudo ver al Dragón de Komodo huyendo junto a su domadora que lo montaba.
¿Era un plan?
Tal pregunta apareció en la mente de Alice y en respuesta ella se rio ligeramente divertida.
El título de 'glotona' no le molestaba y era más le pareció correcto, solamente que ahora sonaba extraño.
Jaffar dio la impresión de que lo estaba siguiendo un monstruo y tal idea fue divertida para Alice.
Después de todo podía convertirse en un monstruo si deseaba.
Mirando a los estudiantes correr, Alice guardó sus papitas y sacó cuatro pares de brazos negros y los transformó en patas de una araña grotesca.
Las patas se volvieron afiladas, mientras que protuberancias afiladas aparecían y la oscuridad tan lisa se convirtió en escamas que decoraron los antiguos brazos negros.
Fue fácil darle toda clase de detalles y en segundos convirtió sus antiguos brazos negros, en verdaderas y siniestras patas de una araña grotesca.
Alice pensó en rodear la oscuridad desde la cintura hacia abajo para convertirlo en un 'cuerpo' de una araña, pero como podía traumar a los estudiantes y los espectadores desistió, sin querer causar problemas.
Ya era suficiente con un rango S con patas de araña siniestras los siguiera.
Si la estaban tratando como un monstruo… ¿Por qué no serlo?
Una encantadora sonrisa se extendió por su rostro y su primer 'paso' con sus patas de araña atravesó un árbol y la empujaron decenas de metros en un segundo.
Cuando Jaffar escuchó el ruido y miró hacia atrás, su expresión se llenó de verdadero terror.
Ahora verdaderamente podía decir que un monstruo los estaba persiguiendo.
******
Edward lanzó varios relámpagos a Ruby y a su compañera, el gorila atronador femenino Lucrecia.
*BOOM*
Una pared de tierra se levantó para cubrirlo a ambos y una explosión resonó.
Edward había eliminado a dos estudiantes, siendo el estudiante de artesanía y alguien que lo protegía.
También había logrado atrapar a tres bestias mágicas, siendo la medusa del cielo y la anguila voladora, a quienes podía percibir gracias a que ambos controlaban el mismo elemento.
El tercero fue una reina abeja de Rango B, pero Edward estaba seguro de que Daniel y su compañera Jane también estaban cazando a varios estudiantes de la Academia de Héroes.
*BOOM*
Agitando de vuelta su mano, otro relámpago cayó provocando una explosión que rompió la pared de tierra.
"Vete, me encargaré de detenerlo por unos segundos." Gruño Lucrecia mientras agitaba su bastón enviando flechas de tierra.
Esa gorila atronadora fue tenaz al usar la magia de tierra y se notaba que había estudiado bien.
"No. Me quedaré contigo." Respondió Ruby lanzando un hechizo de curación que le dio mayor agilidad a Lucrecia.
Entonces, agitó su varita lanzando bolas de fuego guardado en ellas.
Era una escena conmovedora para los espectadores y Edward, que observaba, agitó la mano en respuesta sin cambiar de expresión.
Esta vez los relámpagos lo rodearon, destrozaron las flechas de tierra y luego devoraron las bolas de fuego, entonces como serpientes fueron disparados al dúo.
"GRRr…" Gruñendo con fuerza, Lucrecia volvió a levantar un domo de tierra para cubrirse.
A diferencia de Alice, que tomaba un rol de apoyo como si estuviera un juego, Edward se tomaba con seriedad este torneo.
Por tal razón fue que a pesar de que estos estudiantes eran sus antiguos aliados y que su escena era de por sí conmovedora, generó diez gruesos relámpagos y los lanzó en contra del domo.
*BOOM*
Los primeros rompieron el domo de tierra con una gran explosión, quemando los alrededores y cuando estuvo por llegar el segundo, un corte de espada realizado con pura aura de espada, lo desvió.
Edward de inmediato uso a los otros para dispararlo en donde vino el corte de espada y pudo ver a Daniel esquivándolo con una abrumadora velocidad de Rango S.
La mirada de Edward estaba en Daniel, pero su concentración estaba en los alrededores buscando a Jane.
La Tigresa del Himalaya era poderoso y la agilidad era un arma que podía ser letal en emboscadas.
Si no tenía cuidado podía ser derribado con un solo corte de garras y eso se debía a que la barrera se activaría y lo descalificaría cuando un ataque se convierta en algo letal.
"Te estuve esperando." Dijo Edward con una sonrisa logrando que el cielo empezara a volverse oscuro.
La hizo parecer como si estuviera lanzando su hechizo [Dominio de la Tormenta], pero en realidad estaba emanando su energía mágica para cambiar el clima.
Era una excelente trampa para hacer caer a Daniel y tal como esperaba, funcionó.
"¡HA!" Soltando un grito, Daniel agitó su espada produciendo un profundo corte de espada que se extendió hacia Edward.
Sin embargo, ese ataque ocultaba la verdadera amenaza.
Edward, sin dudarlo, uso su parpadeo y pudo ver como una mancha blanca pasaba por su posición, aterrizando cerca de Daniel y dándose vuelta.
"Grrr…"
Dejando ver sus garras y colmillos afilados, Jane soltó un gruñido mientras lo miraba.
La Tigresa del Himalaya tenía cuatro metros de longitud y dos metros de altura y el gran cuerpo no era un impedimento para sus movimientos ágiles y rápidos.
Una bestia mágica que en su hábitat sería un depredador en lo más alto de la cadena alimenticia, estaba en este sitio observando.
Si el escenario hubiera tenido nieve, Jane con el pelaje podría haberse ocultado.
Sin embargo, el verdor de los alrededores no le quitó la letalidad a la tigresa.
"…"
Sin dar ninguna señal, ambos cargaron directamente hacia Edward.
Por la derecha Jane por la izquierda Daniel, ninguno dejaba ver ninguna apertura y como si fuera poco cargaban a la misma velocidad.
Edward, sin oportunidad de sacar su varita, agitó sus manos mientras retrocedía.
Una oleada de relámpagos fue disparada hacia ambos y Jane saltó hacia arriba esquivándolo, mientras que Daniel cortaba con su aura de espada haciéndose un camino.
A pesar de que Jane había esquivado creando plataformas bajo sus patas peludas, en realidad ninguno de los dos perdió velocidad y empezaron a acortar la distancia.
La expresión de Edward no cambio y rodeando su cuerpo con relámpagos voló al cielo lanzando todo tipo de relámpagos para detener a sus enemigos.
Esta vez los relámpagos perseguían a sus objetivos, no importa cómo se movieran y tales hechizos logró que la expresión de Daniel cambiara por un momento.
Sin ni siquiera mirarse con su compañera, Daniel realizó varios cortes que fueron enviados a Edward con la única desventaja de haberse detenido un momento.
La visión de Edward fue cubierta por tal ataque, pero por su experiencia sabía que este no era el verdadero ataque.
Al mismo momento que tuvo ese pensamiento sintió un sutil peligro y usando los relámpagos que cubrían su cuerpo como medio hizo que fuera empujado a un lado.
Por un segundo notó una mancha blanca cortando con sus garras el aire, sin dejar que ningún sonido saliera.
La aterradora Jane podía explotar con una abrumadora velocidad, logrando que un mago de Rango S no pudiera verlo completamente.
Edward no tuvo tiempo para apreciar a esa tigresa, debido a que Daniel uso el movimiento de 'parpadeo' del traje para llegar a su espalda y cortar con la espada.
El trabajo en equipo fue excelente… Se notaba que ambos compartían todos sus pensamientos a través de la conexión que seguramente era muy profunda.
Lo único que pudo hacer Edward fue activar su barrera para protegerse y luego empujar a Daniel con sus relámpagos.
"…"
Aun así, la espada atravesó su barrera y cortó superficialmente el hombro y parte de la túnica.
Todo mientras sus relámpagos golpearon la barrera de Daniel, quien retrocedió.
Al sentir un sutil dolor en su hombro, la expresión de Edward se volvió solemne y desde las nubes negras cayeron decenas de relámpagos a su cuerpo.
Jane, quien astutamente estaba esperando cortarlo en pedazos, no tuvo oportunidad y retrocedió.
"…"
Sin explosiones ni nada llamativo, los relámpagos cubrieron a Edward, rodeándolo para protegerlo.
Ambos rangos S se miraron entre ellos y en el aire se pudo sentir la tensión, junto a la atmósfera solemne.
Los relámpagos literalmente crepitaban entre ambos, esperando a que todo estallara.
*BOOM*
Ante esa atmósfera, tan tensa una explosión resonó desde una parte del bosque cercano y cuando ambos miraron, la expresión de Edward tembló.
"¡Solo corran! ¡¿Dios, por qué tengo tanta mala suerte?!"
"¡Deja de gritar y corre!"
"¡Ya muévanse ustedes dos!"
Guiados por Gregorio, Frank y Niels salieron del bosque corriendo a toda velocidad sin notarlos a ellos en el cielo.
A la espalda del grupo los árboles temblaron y se cayeron cuando un rinoceronte en toda carga estaba derribando todo lo que se interponía.
Como si fuera poco, a espalda del inocente se encontraba un oso musculoso y una araña gigante negra con sus respectivos domadores.
Estaban cargando persiguiendo al grupo de la Academia de Héroes como si se tratara de una estampida.
Al ver ese trío que estaba corriendo lanzando habilidades para detener a sus perseguidores, Edward no supo cómo reaccionar.
Antes de que Daniel pudiera actuar desde la montaña, una nube negra de cientos de murciélagos vampiros se acercó.
Tal vez eran débiles individualmente, pero por su número podía conformar una amenaza de Rango S que sin duda crearía una gran masacre en una ciudad.
Lo peor era que ambos grupos estaban en el lado opuesto y se estaban dirigiendo a la misma dirección.
"¡Qué mierda! ¡No vengan hacia aquí! ¡Idiotas!" Gritó Niels disminuyendo su presencia y dando la vuelta
"¡Solo huyan! ¡El caballero de hojalata desapareció en unos segundos!" Gritó el luchador que traía el enjambre.
Por la palidez y el cansancio se notaba que él había corrido con todo para bajar de la montaña y lo peor era que parecía frustrado ante el número de enemigos que lo perseguía.
Y como si fuera poco, en el medio de ambos, un escorpión nocturno y un Dragón de Komodo salieron entre los grandes árboles del bosque.
Al escuchar tantos gritos adelante, Jaffar, que estaba montando su escorpión nocturno, no parecía querer quedar atrás en esta escena caótica y cargó con fuerza mayor fuerza hacia adelante.
Parecía un soldado queriendo huir de una calamidad y…
"¡Huyan, ha llegado la glotona! ¡El monstruo está aquí! ¡Ella está aquí!"
Su voz sonaba más trágica y más lamentable, pero a la vez más impresionante que todos los otros dos grupos.
Ambos de Rango S que estaban mirando desde cielo, temblaron al escuchar esa advertencia tan trágica como si una calamidad lo persiguiera.
Y en medio de eso, Alice con patas de una araña a su espalda, salió como si un monstruo se tratara.
Todo se había convertido en un caos.