Érica caminó junto a Leslie siguiendo a líder del grupo de aventureros, José Vázquez.
Vázquez era un hombre en sus treinta con rasgos latinoamericanos muy notables y cuya personalidad era amigable.
Saludando algunos aventureros que lo conocían realizaba algunas preguntas obteniendo información de todo tipo.
Alrededor de la sede del gremio no solo se encontraba el campamento de refugiados, sino que también algunas tabernas en donde aventureros o mercenarios les gustaba reunirse.
Los aventureros al mando de Vázquez se movieron a esos lugares siguiendo la orden de Aurora.
"¿Y cómo está la situación aquí?" Preguntó Vázquez mientras le daba una caja de cigarrillos a un aventurero conocido.
"Es un maldito caos. Los milicianos que sirven bajo el General Kavuri son unos monstruos." Dijo el aventurero y tras encender su cigarrillo, comentó. "No le importan nada ni nadie. Si desean pueden disparar a cualquier persona que encuentren en su camino. No te recomiendo te acerques a su área de influencia."
"Uff. Eso se escucha jodido." Respondido Vázquez y luego de una corta conversación, se despidió del aventurero tras decir que le invitaría una cerveza la próxima vez que lo viera.
Érica que estaba mirando desde atrás, sintió que era muy diferente a la realidad que ella conocía.
Los aventureros con las cuales ella interactuaba eran más educados y guardaban su imagen, aquí parecían un grupo de mercenarios que se juntaban en cantinas.
No, como una mercenaria temporal, sabía que esos aventureros actuaban de forma diferente hasta de los mismos mercenarios.
"¿Sorprendida?" Preguntó Vásquez al advertir la mirada de Érica.
Estaba caminando por un área cercana al campamento donde se encontraban algunos edificios ocupados.
En este lugar estaban presentes algunas tabernas u otros sitios de entrenamiento abierto durante el día y se vendían algunos bienes valiosos, como alcohol, cigarrillos, buena comida y otros objetos como pociones o municiones.
En las ciudades de áfrica siempre se encontraban grupos milicianos locales que se encargaban de mantener la seguridad o que estaban bajo de algún individuo que buscaba obtener poder con la esperanza de convertirse en un digno señor de la guerra.
"Sí. Pensé que iban a ser más cerrados o al menos más formales." Respondió Érica con sinceridad.
Habían seguido a Vázquez tras que Alice le diera la orden para hacerlo para que aprendieran como se movían los aventureros en esta clase de ambiente.
"La mayor parte de los aventureros o mercenarios tienen una influencia de Terra nova. Ya sabes, disfrutar en bares y cantinas comiendo y bebiendo por diversión." Respondió Vázquez fumando un cigarrillo y con una expresión sonriente, declaró. "Claro, algunas veces es fácil de sacar información, pero otras veces es bueno dar algunos beneficios. Alguna bebida, paquetes de cigarrillos, en esta zona de guerra donde los suministros son escasos, tales bienes tienen un gran valor."
Pedir información no solo se trataba de ir descaradamente a alguien y pedírselo, si bien no se necesitaba una gran sutileza, un intercambio de favores siempre era bueno.
Una bebida fresca, un paquete de cigarrillos o alguna poción útil, podía lograr que los aventureros o mercenarios hablaran con más calma.
"En realidad en áreas como esta es normal informarnos entre nosotros. Ir en una dirección para encontrarse con el ejército no es agradable, del mismo modo como viajar hacia un área habitada por monstruos." Explicó Vázquez con seriedad.
Era cierto que había personas maliciosas, pero era normal informar sobre situaciones de poca importancia que en las circunstancias adecuadas podían ser vitales para sobrevivir.
Nunca se sabía cuándo la información de poca importancia podría salvar la vida de otra persona… Y nunca se sabía cuándo escuchar información de poca importancia podría salvar la vida de uno mismo.
El trío se movió dejando que Vázquez hablara que a pesar de tener dos jovencitas a su espalda, era bastante bueno y carismático para conseguir lo que quería.
Era un veterano reconocido y más entre los individuos de bajo rango.
Sin embargo, cuando más se adentraban en donde estaban aventureros, mercenarios y milicianos las miradas dirigidas a Érica y Leslie empezaron a ser evidentes.
"Ten cuidado." Murmuró Leslie revelando su revolver en su cintura como una advertencia a quienes las miraban.
Érica asintió con calma mientras ignoraba las miradas lascivas y aquellas más aterradoras...
Ellas estaban muy bien equipadas y sus apariencias era bastante atractivas… Ya sea robarle un objeto o aprovecharse de ellas, era algo que seguramente muchos se atreverían.
"¿Te agradan?" Preguntó Vázquez de repente a un grupo de milicianos cuyas miradas lascivas y maliciosas eran demasiado evidentes, y sin esperar su respuesta dio una sonrisa cruel y declaró con sarcasmo. "Puedes intentar algo, creo que será fácil pasar por la Rango S que la está protegiendo."
Las miradas cambiaron de inmediato y Vázquez se rio en voz fuerte y comentó. "Que mala suerte, pensé que hoy vería porque Akira tiene el título de 'Tempestad'."
Su tono elevado fue tan natural que todos lo que estaban mirando a Érica y Leslie desviaron sus ojos de forma inconsciente e inmediata.
Cuando salieron de esa zona volviendo al campamento de refugiados, Vázquez le dio un vistazo al dúo.
"Tienen que tener cuidado. No piensen que por tener un buen equipo pasaran desapercibidas o no se atreverán a atacarte. En este lugar cualquiera te puede asaltar, robar o… Hacer cosas peores." Dijo Vázquez deteniéndose en sus palabras para no asustarlas, pero con una mirada seria, declaró. "Aquí ustedes pueden desaparecer y si son expertos, nadie se dará cuenta de que sucedió."
Se guardó de que sus apariencias no ayudaban demasiado.
Tanto Leslie y Érica eran consideradas bastante guapas.
Érica era una jovencita elegante que dejaba en claro que venía de una familia importante mientras que Leslie era una joven más seria y disciplinada, pero ambas tenían una apariencia atractiva.
Aquí no solo serían marcadas para ser robadas o asaltadas, sino que para realizarle cosas peores… Érica y Leslie asintieron al conocer ese hecho.
"Revelar su respaldo es muy fundamental, pero tienen que tener cuidado en donde es el límite." Comentó Vázquez y con un tono bajo, señaló. "Si alguien se entera de que son jóvenes de familias ricas muchas personas estarían interesadas, no importa si unos de sus padres es un psiónico de alto rango o un empresario de una gran empresa de armas."
Érica y Leslie temblaron a escuchar las últimas palabras, causando que sus expresiones se volvieran aún más serias que antes.
"No importa cuán fuerte sean sus padres, ustedes sufrirán bastante antes de que ellos lleguen a salvarlas." Agregó Vázquez con una expresión seria.
¿Si no estaban presentes a su lado de que sirve hablar sobre un respaldo importante?
Era por eso que usar a Akira un reconocido Rango S que estaba presente como respaldo era la mejor opción.
******
En la zona médica del campamento de refugiados en el interior de una tienda.
"Esto es horrible…"
Vanessa escuchó el murmullo de Clémentine y sin querer perder la concentración, continuo con su hechizo de curación buscando estimular la regeneración natural del cuerpo para que la herida se cerrara.
Su paciente que tenía una gran herida en su pecho, respiró profundamente mientras la herida se cerraba a una velocidad visible a simple vista.
"Aguanta, en unos quince minutos estarás bien." Informó Vanessa con un tono cálido y luego agregó. "Mantente en cama, luego podrás retirarte."
"Gracias." Murmuró el paciente mientras se quedaba en la cama.
Vanessa sonrió y se limpió el sudor en su rostro con su brazo.
"¿Este era el último?" Preguntó Vanessa a su ayudante.
"Sí." Respondió Nicole pasando le una bebida energética azulada y cuando la tomo, añadió. "Tiene sabor a uvas, pero te ayudará a recuperar tu energía mágica."
Vanessa recibió la bebida con un agradecimiento y la bebió refrescándose lentamente.
Luego respiró hondo mirando a sus pacientes.
Esta era el área de curación y se encontraban más pacientes de lo que había esperado.
Esta tienda se encontraban aquellos individuos que tenían heridas leves o que podían aguantar durante un tiempo para recibir el apoyo de los médicos o curadores que estaban ocupados en otras áreas.
"La guerra es más cruel de lo que había esperado." Murmuró Clémentine frunciendo el ceño.
Nicole a su lado asintió en silencio y Vanessa también estuvo de acuerdo.
Había escuchado como los pacientes llegaron aquí.
Algunas veces eran por balas perdidas en enfrentamiento y otras veces eran porque las tropas del general Kavuri realizaban atrocidades.
Cortarle el pecho a un hombre y que huyera con miedo.
Disparar alrededor de un inocente para verlos aterrorizados.
Usuarios de habilidades que utilizaban sus habilidades para torturar
Eran lo peor de lo peor.
"Vamos a la siguiente tienda. Necesitaré su ayuda." Dijo Vanessa y de inmediato sus compañeras asintieron.
Si bien únicamente se habían visto en la academia, durante el viaje se habían conocido más y como había pocas personas de apoyo, ellas eran de gran ayuda.
Nicole la ayudaba con cuidados médicos básicos y Clémentine también era bastante útil usando su energía psiónica para calmar a sus pacientes.
"¡AHhh!"
Cuando se estaban dirigiendo a otra de las tiendas de heridas leves, se escuchó un fuerte grito y un grupo de mercenarios locales trajeron una mujer con graves heridas en su cuerpo, en una camilla improvisada.
"¡Un maldito idiota disparo un tanque cerca de ella y los dejaron tirados!" Informó un mercenario cargando la camilla.
Desde una tienda Shao Ya y la Cardenal Brousseau junto a Alice salieron.
"Lance magia de curación, pero no creo que resista." Informó el curandero del grupo mercenario, mirando al hombro de la mujer en donde ya no había brazo.
La mujer no solo tenía heridas por todo su cuerpo, sino que también tenía su brazo destruido y algunas heridas graves en su estómago.
La magia de curación de ese mercenario estaba retrasando la muerte y evitando que la sangre se extendiera, pero por los gritos de la mujer nada más estaba alargando el sufrimiento.
"Buen trabajo." Respondió Shao Ya de inmediato y se acercó a la mujer, murmurando un hechizo en voz baja cerrando las heridas más ligeras.
Aquellos cortes ligeros por toda la piel empezaron a cerrarse y dejó de salir por un momento.
"Cardenal puedo encargarme, usted vaya a apoyar a los de cuidado intensivo." Dijo Shao Ya y con un tono serio, ordenó. "¡Vamos ayúdenme a llevarla a una tienda de campaña!"
"Ahhh… ¡Duele! ¡Duele!" Los gritos de la mujer resonaron por el lugar.
Miedo, pánico y dolor, lo suficiente evidente como para que quienes la escuchaban se pusieran pálidos.
"Tranquila." Murmuró Clémentine de repente enviando una ola de energía psiónica hacia la mujer que la calmó, lo suficiente como para que no se agitara a causa del dolor.
"Gracias. Vamos, muévanse." Dijo Shao Ya rápidamente y se llevó al equipo mercenario adentrándose a una tienda de campaña.
Vanessa pudo ver como Clémentine estaba mirando la tienda de campaña.
Pudo distinguir como sus ojos se estaban llenando de energía psiónica volviéndose un color púrpura intenso antes de soltar un suspiro.
"Esto es horrible." Murmuró la joven psiónica con un tono complicado.
Vanessa asintió.
Era verdaderamente horrible la atrocidad causada por la misma humanidad.
La Cardenal Brousseau observó a Alice, buscando que interviniera en el grupo, pero esa joven mujer se mantuvo indiferente, provocando que ella suspirara.
"Pueden volver a la sede. Mi equipo se encargará de todo." Dijo la Cardenal Brousseau con una tenue sonrisa.
Se notaba que estaba preocupado por las jovencitas y temía que esta situación se convirtiera en un trauma en ellas.
No todos eran capaces de soportar la crueldad de la guerra y lo que era capaz de provocar el ser humano en otros.
Vanessa como una curandera que tuvo compañeros que no deseaban estar en este tipo de lugar, lo comprendía.
"Pueden irse. Sin embargo, esta clase de situación se la encontrarán en cualquier parte. Ya sea que estén en medio de la ciudad en un desbordamiento, en una guerra o cuando estén dentro de una mazmorra." Dijo Alice sin cambiar su mirada indiferente.
"Eres demasiado seria." Murmuró la Cardenal Brousseau, pero no intervino más allá de eso.
Vanessa notó que las palabras de la Cardenal Brousseau no solo estaban dirigidas a Clémentine y Nicole, sino que también a ella.
Sin embargo, las palabras de Alice dieron en el punto clave para ambos y eran palabras más pesadas para Clémentine y Nicole que eran parte del grupo.
Estaban trabajando como miembros del grupo de Aurora y estaban siendo tratadas como miembros no como estudiantes.
Vanessa lo sabía, ya que ella misma estaba siendo tratada como una curandera en prácticas por la iglesia.
"Seguiré con mi trabajo." Respondió Vanessa con una expresión solemne.
No había decidido venir aquí sin razones y no le faltaba voluntad para encargarse y continuar con su trabajo.
"Ayudaré en lo que pueda." Respondió Nicole y Clémentine asintió a su lado.
"Bien. Clémentine necesitaré tu ayuda, pero será bastante difícil lo que verás. ¿Estás preparada?" Preguntó la Cardenal Brousseau con un tono serio.
"Sí." Respondió Clémentine sin dudarlo.
Cuando Vanessa y Nicole miraron a la Cardenal Brousseau, esta última dejo salir un suspiro y comentó. "Pueden venir si así lo desean."
Asintiendo decididamente Vanessa la siguió.
Se estaban dirigiendo a la tienda de campaña de cuidados intensivos.
Cuando entraron a la tienda de campaña se encontraron con algunos gemidos y gritos de dolor, junto a diez pacientes en situaciones graves.
Algunas enfermeras estaban cuidando a los pacientes, pero no tenían los suficientes profesionales para encargarse de todo el trabajo y únicamente realizaban cuidados básicos.
Ya sean médicos capacitados para efectuar cirugías complejas o magos de curación expertos, ambos eran escasos.
Las pociones de curación ayudaban y si bien usaban algunas de ellas, se trataba de aquellas de baja calidad, que únicamente servían para cerrar heridas superficiales o internas de menor gravedad.
En cuanto aquellas pociones de mayor calidad que podían curar daños graves, tenían un valor demasiado alto para ser compradas y utilizadas aquí.
Los pacientes presentes eran esas personas que necesitaban esa clase de pociones de alta calidad.
"¿Clémentine puedes calmar su mente?" Preguntó la Cardenal Brousseau.
Clémentine respondió extendiendo su energía psiónica logrando que las expresiones de los pacientes se relajaran.
Solo se estaba calmando la mente de las personas anulando el dolor, pero el cuerpo seguiría funcionando en el estado crítico que se encontraban, dejando que su cuerpo deseara mejorar.
Un control bastante espléndido de las habilidades psiónicas.
"Alice es tu turno." Ordenó la Cardenal Brousseau.
Alice sin cambiar de expresión se movió al centro de la tienda de campaña mientras veinte brazos negros se extendieron desde la sombra en su espalda.
Esos brazos se dirigieron a diferentes pacientes, realizando cuidados de primeros auxilios y en casos como heridas graves de balas o trozos metálicos que seguían en su cuerpo, pequeños tentáculos se adentraban sacando esos diminutos trozos con una precisión única.
El control sobre esos brazos había llegado a un nivel extremo, controlándolo como parte de su cuerpo.
Vanessa no pudo evitar estar asombrada.
No era magia lo que estaba haciendo Alice, esos brazos negros que podrían transformarse en cualquier cosa era una habilidad innata.
Una habilidad con las cuales algunas personas nacían, era rara y a la vez única y Alice había llegado a controlarla con la suficiente capacidad que la hacía parecer como si fuera posible replicar la hazaña de un cirujano si tuviera el conocimiento.
No, al ver que Alice sacaba pequeños trozos de metales, sin dañar venas o el interior de sus pacientes, provocando el mínimo daño, Vanessa se dio cuenta de que tenía cierta experiencia.
Cuando Vanessa percibió la mirada indiferente con la que Alice estaba realizando la tarea, no pudo evitar sentirse extraña.
"Mi turno." Murmuró la Cardenal Brousseau y tras reunir su energía mágica, un aura se extendió por los pacientes.
Que Alice se encargara de retirar los metales y ayudar a crear heridas en algunas áreas de los pacientes como zonas infectadas, hizo que la Cardenal Brousseau redujera su concentración en esa área.
Ser un mago de curación no era tan fácil como lanzar un hechizo y esperar que todo sucediera como si nada, Vanessa sabia eso.
Como una maga de curación había estudiado los hechizos básicos, la forma como reaccionaba el cuerpo y a la vez aprendido lo suficiente sobre el proceso interno como para encargarse de heridas internas preocupantes.
Los magos de curación eran un gran sustituto para los médicos, pero ambos tenían que estudiar para convertirse en un individuo capaz… Desde libros de magia de curación hasta libros de anatomía humana.
Era por eso que era común que los magos de curación también estudiaran medicina o se especializaran en áreas de cirugía.
Si eran lo suficiente hábiles, podían lograr lo que la Cardenal Brousseau era capaz… Todos los magos tenían que estudiar hechizos para aprender a lanzarlo con habilidad, los magos de curación no eran diferentes.
"Eso es sorpréndete."
Con tan solo un hechizo las heridas superficiales empezaron a cerrar.
En casos de quemaduras graves o cortes que parecían infectados, Alice se encargaba de realizar incisiones para permitir que las zonas afectadas fuera remplazado en una curación más simple.
También en algunos casos de que algunos metales seguían en el cuerpo, las incisiones de Alice permitían que fueran expulsados por las heridas antes de que empezara a curarse desde adentro hacia afuera.
Era un método bastante primitivo, sin embargo, rápido y eficaz para curar a las personas.
Reducía la concentración del mago al dominar el hechizo y el gasto de energía mágica a la vez que permitía que al mago continuara con su trabajo en otros lugares.
Saber cómo controlar su energía mágica y aumentar su eficacia era vital cuando se encontraba en situaciones de gravedad como esta, en donde los individuos capacitados eran menores que los pacientes.
"En este momento lo mejor que puedo hacer es curar órganos internos dañados. En cuanto a los miembros del cuerpo mutilados, necesitaré más tiempo." Murmuró la Cardenal Brousseau agitando su cabeza.
Nicole pasó una botella de energía mágica lo que hizo sonreír a la Cardenal que estaba cansada.
Un mago de curación no era todopoderoso.
Sin embargo, la Cardenal Brousseau como un rango S acababa de curar heridas fatales en el cuerpo de diez pacientes, sin duda fue una vista sorprendente.
Si bien no podía regenerar de inmediato miembros perdidos como un Rango SS, se podía tomar su tiempo para realizarlo lentamente si había necesidad.
Aunque con esta hazaña que a la misma Vanessa le costaría demasiado, había salvado la vida de diez personas en tan solo un instante.
Vanessa quería ser como ella… Una gran curandera que no se inmutaba.
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Andrés observó cómo Liam estaba mirando las pantallas holográficas mientras lo que aparecía cambiaba constantemente sin dejar momento para que uno observara lo que sucedía.
Estaba ejecutando un pirateo a gran escala usando su IA y su talento para lograrlo.
La mayor parte de la humanidad tenía acceso a internet debido a la tecnología desarrollada por la Empresa Cosmos que hizo posible tener conexión a internet en cualquier parte del mundo gracias a sus avanzados satélites.
Había algunas excepciones como áreas afectadas por la energía mágica que impedía la conexión o cuando se empleaban artefactos para impedir la conexión de la red.
Sin embargo, era común tener una red de comunicación local incluso entre el ejército.
Eso se debía a que la eficacia era mayor que utilizar algunos artefactos mágicos de comunicación.
El único problema era que si la seguridad no era lo suficiente avanzada entonces podría ser pirateada sin que nadie se diera cuenta.
En ese sentido, los artefactos de comunicación mágicos tenían el mismo problema, pero los magos que eran capaces de esas hazañas eran pocos.
"Eso fue bastante problemático." Murmuró Liam bebiendo una bebida mientras notificaciones e informes empezaban a llenar las pantallas.
"¿Terminaste?" Preguntó Andrés con sorpresa e incredulidad
Fue una pregunta ingenua, ya que esos informes eran de la red de las fuerzas del general Kavuri y de las fuerzas de los milicianos del ejército del 'Señor de Mombasa'.
"La seguridad para adentrarme a la red central del 'Terror Somalí' es más complicada, pero esto es suficiente para empezar." Respondió Liam y empezó a recompilar la información.
Se estaba adentrando a la red obteniendo acceso a información clasificada dentro de las tropas locales.
Sus comunicaciones habían sido interceptadas, sus órdenes reveladas y sus futuros proyectos desvelados.
Andrés no pudo evitar respirar hondo impresionado ante la capacidad de Liam para estas tareas.
Liam había aprendido a vulnerar sistemas de seguridad desde una edad muy temprana incluso antes de desarrollar su talento.
Su talento solo potenció esa capacidad a un nivel avanzado y aprender lo básico sin usar su talento era lo que estaba buscando Andrés.
"Ayúdame a recopilar y organizar la información para Aurora." Pidió Liam mientras estaba revisando algunos archivos altamente confidenciales del General Kavuri.
Andrés empezó a trabajar de inmediato empleando su IA para apoyar su talento mientras usaba la computadora con gran experiencia.
"Tch… Aurora estará bastante molesta con la situación." Murmuró Liam con un gran suspiro.
Al ver la información mientras la organizaba, Andrés también dio un suspiro.