Estaba aferrada a Yoongi. No lo quiero soltar. Siento que si lo suelto, lo perderé, tal como pasó con mi madre. Mis lágrimas no paran. Mis manos siguen ensangrentadas. Ni siquiera sé a cuántas personas pertenece la sangre. Estoy destrozada por dentro. No pensé claramente cuando maté a Liam Oliver, supongo que la ira se apoderó de mi e hice lo que le abría hecho a Taehyung; no, a Tae le habría ido peor. Fue una buena idea pedirle que se fuera.
Incluso si él mató a mi madre y ya no lo considero un hermano, no puedo hacerle daño sin darle ventaja. Ya no quiero estar ligada a él de ninguna manera.
Estoy destruida. Nunca hice algo malo en la vida. Me acosaron, me mudé, entrené, me enamoré, estrené más, me volví a enamorar y luego todo se fue al diablo. Yo no me merezco esto, eso lo sé. Pero aun así, esto es lo que se me ha puesto en frente.
Quiero morir. Quiero desaparecer.
Mi respiración es acelerada y a veces me cuesta respirar, pero luego la fragancia de Yoongi se cuela a mi respirar y de cierta manera todo mejora. Me relajo, me siento a salvo, como si estuviera en el lugar correcto.
—Eunha— llamó el chico que me mantiene en sus brazos—, vámonos. Solos. Tú y yo. Alejémonos de toda la mierda que se nos ha venido encima. Nadie sabrá de dónde estamos, ni siquiera Jungkook.
¿Qué? ¿Irnos? ¿Juntos? ¿Sin Jungkook? Eso es, no lo sé. Me resulta difícil digerirlo. No quiero huir. No quiero simplemente correr de todo y quedar como una cobarde. No soy así.
—¿No íbamos a empezar de cero?— pregunté con voz ronca.
—Esta es la mejor forma de hacerlo— opinó—. Sólo seremos nosotros empezando una nueva vida. Estamos en nuestros veintes, aún no es tarde para volver a empezar.
—Yoongi— llamé—, quiero irme. Realmente ya no me queda nada aquí. Mi madre murió, mis hermanos me traicionaron y mi padre de seguro ni se va a interesar por mi ausencia.
—¿De qué hablas? Namjoon y tu padre siguen de tu lado, ¿no?
—Namjoon es demasiado fiel a la familia. Antes de mi va Taehyung. Quiera o no admitirlo, no soy parte de su familia. Nam tomará el lado de su hermano, incluso si eso significa ir en contra de sus principios— bufé secando mis lágrimas—. En cuanto a mi padre, sé que desde el principio sólo se interesó en crear un soldado más. Me vio potencial y me explotó. En cuanto me declararon "no estable" dejó de dirigirme la palabra. No he sabido de él. Sólo me quedas tú.
—¿No quieres saber lo que pasará con los demás?— preguntó poco convencido de sus palabras.
—No necesito saberlo— respondí sincera—. En estos momentos deben haber atrapado a Taehyung. Si no lo arrestan, le darán una paliza. Luego de eso se les asignará un nuevo trabajo y se concentrarán en eso. Hoseok o Jin pasará a ser el nuevo líder. Jimin y Jungkook se mantendrán con ellos, y seguramente añadirán a alguien más al equipo para que al menos sean cinco.
Listo. No necesito saber más. Lo que ocurrirá es demasiado predecible. Yo ya no tengo nada que perder, definitivamente puedo irme de este lugar y no extrañar nada de ello.
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Los hombres bajaban el ataúd con cuidado. Yoongi me rodeaba con sus brazos. Me zafé de su agarre delicadamente y dejé caer un ramo de petunias, la flor favorita de mi madre, sobre el ataúd mientras este descendía. Esto es justo lo que ameritaba un funeral de mi madre. Nada grande, solo con aquellos en quienes confío. Jin, Hoseok, Jimin, Jungkook, Yoongi y yo. Nadie más.
Supe que Taehyung escapó con ayuda de Namjoon, lo veía venir, pero aun así dolió. Están prófugos en quién sabe dónde. Espero no verlos jamás en mi vida. Han pasado cuatro días desde que me enteré de eso por Jimin.
Este era el momento en el que me despedía de todo aquello que me hizo tocar fondo. Dejaría que todo se fuera junto con mi madre. Jamás tuve hermanos, no pertenecía a la LOA, solo hice amigos en un nuevo lugar y ahí mismo me enamoré. No he vivido una vida normal, quiero cambiar eso. Iré a la universidad, me graduaré y trabajaré. Eso es lo que se hace normalmente, ¿no? Debo mirar hacia adelante, le daré la espalda al pasado, no tiene nada bueno para ofrecerme.
Los hombres que habían bajado el ataúd tomaron palas para cubrir este con tierra. Sepultando a mi madre. No lloraría, ya debo dejar de hacerlo. No soluciona nada, y me sigo sintiendo igual de miserable al dejar de hacerlo. Es mejor mantenerme como estoy ahora. Además, a mi madre no le gustaría verme llorar. Nunca le gustó que lo hiciera porque cuando yo lloraba, ella también lo hacía inconscientemente.
Los chicos pasaron de uno por uno a dejar una petunia sobre la tumba de mi madre. Agradecía que vinieran. Al menos sé que aún queda gente a mi alrededor.
—¿Y ahora qué?— preguntó Hoseok con las manos en los bolsillos— ¿Solo se irán y ya?— miró a Yoongi.
—Dijimos que nos iríamos después del funeral— recordó—. Tenemos todo listo— tomó mi mano.
—¿Quién diría que el chico de caparazón impenetrable terminaría llendose con una chica a quién sabe dónde?— preguntó Jungkook irónico, con un tono burlesco.
—Cállate— Yoongi sonrió.
—¿En serio no hay manera de que se queden?— Jimin mantenía esperanza en sus ojos. Él no quería que me fuera.
—Lo siento, Jimin— tomé sus manos—. Creemos que es lo mejor para nosotros. Después de todo, yo no creo poder volver a las condiciones de antes. Solo quiero vivir como una ciudadana normal. Sin misiones, sin asesinatos, sin esconderme.
—Pero me dejarás aquí solo— hizo un puchero—. Perder a Taehyung fue demasiado doloroso, no quiero perderte a ti también. No sabré cuándo podré volver a verte, ni podré visitarte porque no sé a dónde te vas. Eres mi mejor amiga, no quiero dejarte ir.
—Oye— tomé sus mejillas—, lo quieras o no, algún día sabíamos que esto pasaría. La LOA impide que sus agentes se mantengan en contacto después de salir de servicio— recordé—. Te enviaré cartas, postales y me conseguiré un celular secundario por el que podremos hablar. No quiero dejar de hablar contigo.
—¿Nos podemos ir?— a Jin lo recorrió un escalofrío—. Me resulta tétrico estar hablando muy campantes en un panteón.
—Gallina— canturreó Jungkook caminando a la salida con los brazos flexionados detrás de su cuello.
Los demás reímos por el comentario y lo seguimos mientras Jin lo seguía diciéndole mil y un cosas que me impedían dejar de sonreír.
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Tomé el rastreador que obtienes al entrar a la organización entre mis manos. Lo miré por un momento. Mi padre siempre supo dónde estaba, más no lo que hacía. Lo mismo pasa con los demás, pero Yoongi y Taehyung lograron inhibirlos cada que se escapaban. Comencé a apretarlo hasta romperlo con mis propias manos. La alarma de daño sonará, pero dudo que le den importancia.
Jungkook tocó la puerta de mi habitación. Son las cuatro de la mañana. Se supone que todos deben estar dormidos, esta es la hora a la que me iría. Yoongi se quedó en la cabaña en la cual estaba previamente. Quedamos en que Jimin y Jin se quedarían con Yoongi hasta que fueramos al aeropuerto, y Jungkook y Hoseok estarían conmigo.
—Pasa— hice un ademán con la mano para que entrara.
—Vaya, pensé que las chicas llevaban más maletas— dijo viendo la única maleta que llevo.
—Planeo dejar algunas prendas aquí, las que sé que no extrañaré, para que no se vea tan sospechoso el asunto— informé sentándome al borde de la cama.
—Eso tiene sentido— se sentó a mi lado—. Quería hablarte de algo— lo miré—. Olvidemos lo de la cabaña, ¿sí? Mi repentina confesión y eso. Solo necesitaba sacarlo, algún día te superaré; pero me siento cómodo si lo olvidas.
—Tranquilo, yo también me sentí atraída a ti cuando te conocí y hasta la fecha— confesé. Su mirada se dirigió a mí, confundido—, ¿Qué? Eres guapo, no puedo evitar sentirme atraída. Solo no es enamoramiento— recalqué.
—Si Yoongi la caga algún día, búscame— sonrió, parece bromear, pero lo dice en serio.
—Seguro, vaquero— acepté—. ¿Nos vamos?
Jungkook asintió y me ayudó con la maleta. Si bien solo es una, está pesada. Bajamos sin hacer un solo ruido. Afuera del edificio estaba Hoseok estacionado a dos calles. Se mantenía recargado en el auto mientras se terminaba un helado de vainilla.
—¿Quién come helado a las cuatro— revisé mi reloj— con veinte de la madrugada?
—Yo— hizo una mueca que dejó mostrar sus hoyuelos.
—Solo vámonos— apresuró Jungkook—. No queremos que alguien se despierte y nos descubra. Estaremos en serios problemas aquellos que seguiremos aquí. Andando— subió al asiento del copiloto.
Hosoek rodó los ojos divertido. Se dio media vuelta y abrió la puerta trasera haciendo una pequeña reverencia— Suba, bella dama— dijo en un acento gracioso y pintoresco.
—Gracias, buen hombre— reí y subí al auto.
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El aeropuerto tenía muy poca gente, casi nada. Eso fue un alivio para nosotros.
—¿Qué harán con los tatuajes?— preguntó Jin metiendo las manos en el bolso de su sudadera.
—Conozco a alguien que elimina tatuajes magnéticos— informó Yoongi—. Vive en donde iremos.
—¿En serio no dirán a dónde?— Jimin soltó una voz más aguda.
—Que no— Jungkook palmeó su nuca.
Jimin dirigió su mano a su nuca y agachó la cabeza.
—Prometo que en algún momento nos volveremos a ver— dije a todos.
—Solo no olvides en lo que quedamos— Jungkook guiñó el ojo para que Yoongi lo pudiese ver.
—¿De qué hablas?— lo miró con los ojos entre cerrados— ¿De qué habla?— me preguntó viéndome de la misma manera.
—Nada, Yoon— dije poniendo mi mano en su hombro.
Le entregué a los chicos un USB con todas mis estrategias, plan de entrenamiento y archivos clasificados hackeados. Algo de eso debe servirles mientras no estoy. Quien lo tomó fue Jin, antes de que otro de los chicos lo tomará, pues estaba seguro de cualquiera de los demás lo perdería o no le sacaría provecho.
Abracé a cada uno de los chicos, luego tomé con una mano mi maleta y con la otra tomé la mano de Yoongi. Sonreí y nos fuimos a tomar el avión. Aún no tengo idea de a dónde vamos, ni siquiera ha querido decírmelo a mí.
—¿A dónde vamos?— pregunté.
—A un lugar donde nadie nos encuentre.