Dentro de la habitación...
Hinari enterró su cara en las palmas de sus manos mientras ambos se sentaban en la cama. —Ahh... eso fue tan, tan, ¡embarazoso belleza! Toda tu familia estaba allí... ¡ahh!
Mientras Hinari expresaba su frustración, Zaki la abrazó antes de quitarle las manos de la cara y mirarla fijamente. —Está bien. Apuesto a que estaban felices de vernos juntos. —Dijo mientras le sonreía y Hinari le hacía pucheros.
—¿Estás seguro? —preguntó ella y Zaki asintió.
—1000% seguro.
—Pe... pero aún así nos vieron en ese estado. Es... ahh...
Cuando Hinari aún no podía superarlo, Zaki levantó la barbilla y le sonrió maliciosamente.
—¡Pfft! Me encanta verte sonrojarte así. —Dijo y Hinari se movió y le pellizcó con fuerza.
—¡¿Cómo puedes ser tan imperturbable de esta manera?! ¿Eh? ¡Gran bestia malvada!
—No podemos borrar ese momento de sus recuerdos aunque nos avergoncemos todo el día.