Tang Xiu acarició su pequeña cabeza y dijo sonriendo: "Te dije que puedo curarte, así que naturalmente puedo restaurar tu condición. No te preocupes, niño. Serás un joven lleno de energía en el futuro".
Los ojos del niño se iluminaron, pero observó con calma a Tang Xiu durante unos segundos antes de decir pensativamente: "Tío, si mi padre trabaja para ti, yo también trabajaré para ti en el futuro".
"¡Ah, jajaja!" Tang Xiu no pudo evitar reírse. "¿Pero te sientes tan honrado de trabajar para mí?"
"Confío en la visión de papá y también siento que eres un hombre muy poderoso". El niño dijo: "Puedo ver que los demás te tienen mucho miedo".
Tang Xiu no sabía si tenía que llorar o reír y volvió a preguntar: "¿Se nota que me tienen mucho miedo? ¿De dónde sacaste eso?".