A pesar de que Wei Zongchao perdió 20 millones de yuanes y también le sorprendió la aterradora red de trabajo de Tang Xiu, no le preocupaba mucho. Pensó que, si se iba en una forma tan decaída hoy, no tomaría mucho tiempo hasta que se vuelva el hazmerreír de la comunidad de negocios, así que dijo lentamente: —Sr. Tang, tuvimos una apuesta y perdimos, así que estos 20 millones son suyos. Todos aman la belleza y así al Jefe Zhang que le gusta la Jefa Mu, por esa razón la persigue independientemente de todo. Sr. Tang, por favor, no se baje a nuestro nivel puesto que usted es una persona magnánima y mucho mejor. Por favor, ¡dele una salida para ganarse la vida!
Al ver la expresión relajada de Wei Zongchao, Tang Xiu frunció un poco las cejas. Pensó por un momento y luego sacó su teléfono para marcar el número de Hao Lei. Después de que la voz respetuosa de Hao Lei salió del teléfono, él preguntó directamente: —¿Cuánto sabes sobre la Joyería Fortuna Bendita?