Después de pasar tres días para curarse, las heridas de Miao Wentang casi se habían curado y el veneno en su cuerpo se descargó completamente. Con la ayuda de Tang Xiu y consumiendo dos píldoras medicinales curativas y media botella de Líquido Refinador del Cuerpo, volvió su infortunio en una bendición puesto que su cuerpo físico se volvió más formidable y su cultivación también mejoró un poco.
Mientras Miao Wentang se sentía agradecido ahora mismo, era Shao Mingzhen quien lo envidiaba.
—¿Por qué no fue yo el herido?