Mientras Tang Xiu entrada en un cobertizo, vio al Maestro Huang y al anciano de traje de túnica china sentados en el sofá y charlando. Soltó una sonrisa y dijo: —Maestro Huang, me temo que lo molestaré hoy puesto que compré muchas piedras. ¿Me pregunto si puede terminarlas todas esta tarde?
El Maestro Huang se levantó directamente y miró los seis carritos que entraban detrás de Tang Xiu. Forzó una sonrisa y dijo: —A menos que trabaje sobretiempo no se podrá.
—Está bien. Solo haga todo lo posible —dijo Tang Xiu —Continuaremos mañana si no puede terminarlas.
El Maestro Huang respondió y luego saludó a los seis conductores de carrito, diciéndoles que muevan las piedras a la máquina cortadora de piedra cercana. Justo mientras movían las piedras, su expresión cambió en una respetuoso mientras rápidamente le daba la bienvenida a Chu Yuan y a Xue Yu que entraban.