—¡¡NOOO!!! — Al ver que el escritorio estaba a punto de romperse ferozmente con la cabeza, Cheng Yannan gritó con desesperación. Unas lágrimas cristalinas brotaron de sus ojos mientras un infinito remordimiento brotaba de su corazón.
Cheng Yannan sabía que esto estaba sucediendo debido a su impulso.
Su impulso había cortejado su desastre fatal.
Fue por su impulso, que sus compañeros de clase también habían caído en esta situación desesperada.
Si el tiempo se pudiera revertir, si los Cielos le dieran otra oportunidad, no se tentaría de involucrarse en la investigación del caso de su hermana mayor. Ella no habría actuado impulsivamente para rastrear al sospechoso por su propia iniciativa.
Cheng Yannan al principio solo pensaba que estudiar era demasiado aburrido y quería experimentar algo para darle sabor a su vida.