Tras percartarse de que debía ser hijo de la Dama Fortuna, Wang Baole terminó su reclusión muy animado. Tomó su megáfono Armamento Dhármico de séptimo grado y estaba por buscar un lugar donde probar su poder. Quería aprovechar la oportunidad para hacer que el mundo supiera que se había convertido en un maestro de los Armamentos Dhármicos.
Sin embargo, tan pronto como salió de su reclusión y antes de que salir de su cámara secreta, encendió su anillo de transmisión de voz y recibió una marejada de mensajes.
Estaban entrando demasiadas noticias y mensajes. Wang Baole no podía costearse distracciones durante su estado de fuga, por lo que apagó su anillo de transmisión de voz, pero permaneció conectado gracias al grupo de matrices de la nueva ciudad. Si algo llegara a pasar, las matrices le avisarían de inmediato, y terminaría prematuramente con su reclusión.