El área entera cayó en silencio por un momento.
La mente de todos zumbaba con actividad mientras miraban boquiabiertos a Wang Baole. Exudaba un brillo dorado por todo su cuerpo, acompañado por un mar de Qi Sangriento que lo seguía por detrás. Su poderosa figura parecía la de un dios de pelea, uno que no podía ser superado o menospreciado con facilidad, mientras levantaba el cuerpo de Zhuo Yixian alto en el cielo.