Fui a buscar a Hércules y al encontrarlo ya en la salida. Le agarre la mano y lo mire a los ojos:
-- Acepte la recomendación que me dio mi jefe de ir a estudiar medicina-- le comunique mi decisión final.
Vi como él se le habían cambiado los colores de la cara. Se había puesto pálido en el principio, luego recuperó momentáneamente su color para luego pasar al un tono algo rosado.
-- Tomaste esta decisión a pesar de que ya lo habíamos hablado y concordamos que ibas a rechazarlo?--- lo resumió básicamente, pero lo hizo de un modo muy diferente ya que se estaba haciendo la víctima.
-- Eso no fue mi decisión, era la tuya-- refute algo enojada--. Nunca me preguntaste si quería hacerlo, supuestamente diste por sentado que me encantaría formar una familia cuando ambos sabemos que eso ya sería imposible para nosotros.
-- Y qué pasará con la venganza que los demás estamos planeando?-- intenta atraparme con esto.
-- Sinceramente, por mi parte ya no deseo vengarme-- confesé--. Aparte de que él ya no forma parte de mi vida, por lo tanto si quisiera seguir con la idea de vengarme, le estaría ortogando el poder que no tiene-- explique pacientemente--. Aparte, él ya tiene familia y no deberíamos rebajarnos como es él, si es así él ganaría.
Se fue a las dos horas de haber discutido conmigo. Se largo y se llevó las pocas cosas que había traído consigo para poder llevarme a casa.
Suspire, no sé si estaba aliviada o no. Pero supe que había hecho lo correcto. No quería seguir viviendo en un círculo vicioso y que lo poco de mi alma, que aún la tenía pegada a mí, se rompiera.
Seguí las instrucciones que mi jefe me había dado y me fui de Texas. Él había estudiado y quedado en muy buenos términos con los jefes de la universidad de Colorado, así que me fui hacia ahí y comencé una nueva faceta en mi vida.
Han pasado más de diez años desde que vi a Hércules. Él había desaparecido por completo y se alejo de mí.
Lástima que no decidiera quedarse y tener una especie de vida normal, tratando de fingir ser un ser humano.
Han pasado diez años que ocurrió un milagro. Había quedado embarazada y ya había tenido a la pequeña Jane.