—Estas equivocado, esa no es una técnica de Sable de Llamas ordinaria —una voz masculina digna resonó de repente. Con una risa, el dueño de la voz dijo—. Esa técnica me hizo recordar un cierto viejo amigo que conocí hace mucho, mucho tiempo.
—Usar un Sable de Llamas ordinario sería hacer trampa... pero si ese no es un Sable de Llamas ordinario, ¿eso no haría que fuera una trampa más grande?
—Jajaja, tienes razón ahí —la voz masculina digna erupcionó en risa.
—Como sea, ha lidiado con las molestas águilas. Preparémonos para abrir la puerta de la ciudad.
El dueño de la voz masculina digna dicho con prisa.
—Espera un momento, esas tres águilas solo eran el primer lote del día, aún queda otro grupo grande de ellas volando hasta ahí.
—¿...que no había solo unas pocas hasta ahora? ¿Por qué se están acercando tantas este día? Esto me está molestando; ¡voy a matarlas a todas!
El hombre con la voz dignificada entraba en pánico.