Los Huo también aparecían en las noticias financieras.
Operando en rojo, ahora se sospechaba que era una compañía fantasma.
Mirando el titular, Lu Zhaoyang soltó la mano del ratón y se recostó en la silla. Estaba en shock.
Nunca se le había ocurrido que las cosas pudieran cambiar tan drásticamente, especialmente sobre la familia Huo. Si los Huo iban a caer, ¿qué pasaría con su madre? Su madre siempre había querido dinero y una buena vida más que cualquier otra cosa. Incluso hizo uso de su aborto involuntario para incriminar a Huo Yunting. ¿Podría su madre quedarse en la familia Huo?
Lu Zhaoyang apagó la computadora; su mente estaba confusa.
Acostada junto al pequeño, que estaba profundamente dormido, no pudo evitar acercarse para envolverlo en sus brazos.
Justo cuando Lu Zhaoyang estaba a punto de quedarse dormida, sintió que el hombrecito se movía en sus brazos y se despertaba.