—¿Por qué no puedo besarte?
—¡No puedes! —Gu Xingze, quien entonces estaba totalmente absorto en su papel, respondió en un tono severo.
—Y yo tampoco puedo. —retiró su manga de la mano de ella, y se apresuró hacia la ventana, y se paró frente a ella.
—¿Por qué no podemos? —Yin Xiachun miró a la espalda de él miserablemente.
—Me gustas, y yo te gusto. ¡¿No es acaso suficiente?!
Cuando hizo esta pregunta, casi se le quiebra la voz.
Lin Fengtian se sentó ante la pantalla del monitor; su cuerpo estaba casi temblando con las intensas emociones que sentía.
—Es demasiado bueno, ¡la tensión es apabulladora! Oh, Dios mío...
¡Esa Yun Shishi es realmente excepcional!
¡De hecho, él había tenido buen ojo al haberla elegido!