Era muy exigente con la apariencia física, pero incluso ella tenía que admitir que la chica que tenía al frente suyo era increíblemente hermosa. Tenía la piel clara, los ojos transparentes, los labios sonrosados y los dientes blancos como perlas; era muy atractiva incluso sin maquillaje. ¡Muchos hombres saltarían sobre esa belleza si fuese arrojada a la industria en la que ella trabajaba!
El hombre le hizo una reverencia.
Yun Shishi reconoció a una de ella con una mirada. No sabía su nombre, pero la última vez que había comido con Mu Yazhe, esa mujer había entrado en su comedor con otro hombre.
Esa mujer era Ye Minglan. La mujer a su lado se llamaba Huang Na; era otra joven señorita de una familia acaudalada de la capital. Ambas habían nacido con privilegios; ricas celebridades y con un alto nivel social. A menudo revoloteaban de aquí para allá dentro la alta sociedad.