Sabía que tontear con mujeres era la norma para alguien del estatus de Qian Shaohua. A veces, en el curso de sus negocios, enviaba a algunas actrices para que le hicieran compañía.
¿A caso ese hombre tenía la impresión de que podía tocar a cualquier mujer mientras ella fuese de su compañía después de haber hecho unos cuantos tratos?
Los ojos de Mu Yazhe brillaron peligrosamente.
Durante un par de minutos, Yun Shishi se quedó atónita, pero cuando entendió lo que él estaba insinuando, su cara se volvió blanca mientras agitaba vigorosamente la cabeza.
Él había insinuado que ella estaba coqueteando con otros.
―¡No lo hice! ―negó vehementemente.
¡¿Cuándo ella había seducido a alguien?!
De nuevo, la había acusado sin fundamento de una acción que ella no había cometido.