Lu Xinyi sabía que su esposo no sería feliz una vez que descubriera lo que hizo hoy, pero su conciencia nunca le permitiría ignorar los deseos de su tío. Incluso si odiaba a su propia tía, Sun Mingai merecía saber la verdad. Había pasado casi medio año desde que ella y su esposo descubrieron el anillo en posesión de su madre.
No estaba segura de qué cambiaría después de esto, pero esperaba que esto no solo la liberaría a ella y a Shen Yi de los problemas del pasado, sino que también permitiría a Sun Mingai redimirse y vivir en paz.
Su madre le había dicho una vez que la vida era demasiado corta para despertar con remordimientos, que debería amar a las personas que la tratan bien y olvidar a las que no. Sun Meixiu también les recordó a ella y a su hermano que todo sucedió por una razón, y que si había una segunda oportunidad, ninguno de ellos debería desperdiciarla.
Nadie dijo que la vida sería fácil, pero ciertamente valió la pena.