El sonrojo que apareció en el rostro de su cuñado hizo reír a Lu Xinyi. Sabía que algo había sucedido entre su prima y Shen Xue, pero ninguno de los dos quería decir qué fue, así que se quedó adivinando qué podría ser.
Shen Xue tosió violentamente en su mano antes de mirar a su hermana mayor—. ¡¿Qué demonios te pasa?! —exclamó
—Solo estoy bromeando, Xue. ¿Por qué estás molesto?
—¡No lo estoy! —volvió a exclamar Shen Xue intentando negar su sobresalto.
Lu Xinyi se encogió de hombros, sabiendo que ya tenía la reacción que quería de él.
—Yi, ¿no tienes miedo de que Xue envejezca solo? —le preguntó a su esposo, curiosa de ver cómo reaccionaría él.
—¿No dijo que su mano ya es suficiente para él? —dijo su esposo.
Huang Shenghao se ahogó con su risa y se desplomó de su propio asiento al escuchar lo que dijo Shen Yi—. Ayuda, Lingyu. N-no puedo respirar —dijo y se aferró a la pierna de Tian Lingyu, pero este último lo pateó.