—Es tu Luo Yin que me faltó el respeto ¿Sabes lo que me dijo? Ella dijo que no soy suficientemente digna para competir contigo. Ni hablar de caminar el mismo camino que tú. Luego, ella afirmó que la ciudad y a la gente en ella te pertenece, así que, mi derrota de esta tarde es inevitable —dijo Lu Xinyi suspirando dramáticamente—. Vine aquí porque me lo pidió la matriarca Shen. Ella dijo que esta ciudad tiene mucho que ofrecer y que los locales son muy hospitalarios. Si hubiera sabido que los locales de esta ciudad odian a los turistas y a invitados como yo, no debería haber aceptado la invitación de ella.
Tan pronto esas palabras salieron de la boca de Lu Xinyi, Mo Lihui se congeló. Luo Yin abrió la boca, pero ninguna palabra salió.
¿Ellas escucharon bien? ¿Lu Xinyi acababa de decir que la mandó ahí la mismísima matriarca Shen?