Lu Xinyi sintió una mano sobarle la espalda al ahogarse con el té, tosió cubriéndose con una servilleta. Su esposo se veía más sereno, gracias a Dios.
—Papá—advirtió Shen Yi.
—¡Solo preguntaba! —Shen Huang se defendió mientras que Lu Xinyi paraba de toser y su garganta se aclaraba—.Tu tía An llegará la próxima semana con sus nietos. Simplemente me da curiosidad saber cuándo tú y Xin'er planean darme algunos.
—Déjalos hacer lo que quieran. Seguramente es parte de su plan. —La señora Shen reprendió a su hijo, con sus ojos marrones volviéndose para mirar a Lu Xinyi—. ¿Estás bien, querida?
—Sí, estoy bien —repuso Lu Xinyi respirando hondo—, simplemente me sorprendió un poco.
—Lo siento, Xin'er —murmuró Shen Huang—. No debería haber preguntado eso, pero al menos, ahora sabemos que Yi no es gay.
—¿Qué tan seguro estás de que él no es gay? —Shen Xue regresó con un plato de tarta de chocolate y volvió a su asiento.