—¿Desde cuándo cualquiera puede entrar a nuestro bar? —comentó Ou Ming, tomó un sorbo de vino y miró al segundo amo Qu—. ¿No te sientes un poco deprimido cuando personas como esta pueden entrar?
Esas palabras fueron como una flecha afilada, penetrando a través del corazón de Yu Lili y siendo feroz en el acto. ¿De quién estaba hablando Ou Ming? Yu Lili lo miró, apretó los labios y no se movió.
—¿No escuchaste eso? Estás rebajando nuestro nivel. Solo vete —mencionó una mujer que sostenía una copa de vino con una mirada desdeñosa y unas largas pestañas postizas en sus ojos.
—¿No vas a salir incluso si estás siendo expulsada así? ¿Qué m***da? —hizo eco otra dama.
—¿Quién eres? ¡Cállate! —Yu Lili las miró con cara de enojo—. Estaba hablando con Ou Ming. ¿Puedes representar a Ou Ming?