—No juraré por su vida —dijo Xia Ling débilmente.
Pei Ziheng hizo un gesto para que alguien le pasara el intercomunicador con el otro helicóptero.
—¿Cuál es la condición de Li Lei?
—Jefe, el Sr. Li se encuentra en condición crítica. Él ya sufrió dos ataques. El equipo de emergencia le está colocando una inyección intracardiaca. Él es extremadamente fuerte, si hubiera sido alguien más, ya estaría muerto.
Pei Ziheng apagó el intercomunicador y miró a Xia Ling con una expresión impasible.
—Parece ser que aún si no hago nada, él morirá.
—¡Sálvalo! —Lágrimas cayeron por su rostro, mientras ella lloraba, su corazón consumido por la ansiedad.