«¡Qué extraño!»
«¿Qué demonios acaba de escuchar?»
«¿De verdad era él?»
«¿El prometido al que Shi Yao se refería de verdad era él?»
¿Por qué ignoraba su amor por las chicas con pechos enormes, piernas largas y una voz coqueta? Además, ¿quién rayos dijo que no estaba interesado en la cara de una chica, sino en su trasero? ¡No tenía ese tipo de fetiche!
¡Éste, definitivamente, era el peor insulto que había recibido en toda su vida!
«¿Quién pronunció tales mentiras sobre mí antes Panecillo Suave? ¡Juro que le daré una lección que nunca olvidará!»
Lin Jiage apretó los dientes con furia mientras inventaba tácticas maliciosas para destruir a la persona que se atrevió a provocarlo ante Panecillo Suave. Pasó bastante tiempo antes de que lograra calmar sus emociones lo suficiente como para preguntar: —¿Estás segura de que no estás malinterpretando algo sobre tu prometido?