Cuando Nian Xiaomu le quitó el pañuelo, se secó las lágrimas y refutó con su nariz roja: —Las artes se originan de la vida. Estoy segura de que habrá alguien que alguna vez experimente esto en su vida.
De nuevo, sus párpados se pusieron rojos mientras hablaba.
Fue verdaderamente desgarrador que dos enamorados no terminaran juntos al final.
—Aunque ese fuera el caso, no llores más —la voz de Yu Yuehan se profundizó. Antes de que ella tuviera tiempo de sentirse conmovida por su respuesta, él agregó—: Te ves muy fea cuando lloras.
Nian Xiaomu: ¡¡...!!
¡Este es el final de esta amistad!
Después de que la película terminara, las personas a su alrededor abandonaron la sala una por una.
Ellos fueron los últimos en salir.
Xiao Liuliu había dormido una divina siesta en el cine y sólo abrió los ojos con confusión mientras salían del cine.
Apretando sus pequeños puños, se frotó los ojos con fuerza.