Sin embargo, Fu Jiu, a quien en ese momento miraban, podía solo ver esos ojos negros como gemas, que estaban fijos en ella como destellando luces.
La gente se sorprendió al ver a Qin Mo caminar hacia allí, por lo tanto, las miradas de ellos estaban llenas de sorpresa.
Especialmente la de Han Susu y su banda, porque ellas nunca esperaron ver a Qin Mo caminar hacia esa mujer.
Xue Yaoyao sentía que el corazón lo tenía en la garganta cuando vio esa escena. Ella no puedo evitar pararse.
Los dos estaban increíblemente cerca.
Uno estaba sentado y el otro parado.
¿El Todopoderoso reconoció a Su Alteza Jiu?
Xue Yaoyao era como una hormiga que estaba parada sobre ladrillos calientes.
Sin embargo, Fu Jiu apartó la mirada como si no conociera a Qin Mo.
Xue Yaoyao contuvo la respiración mientras que miraba que los dos se pasaban por al lado.