Las noticias mostraban imágenes de la batalla al norte, había tanques en la formación frontal y, detrás de ellos, había vehículos de artillería. Caparazones y misiles volaban a través del aire y aterrizaban en medio de la plaga de langostas antes de explotar.
Grandes parches de langostas eran reducidas a cenizas por la explosión y, las que estaban cerca, terminaban hechos pedazos por las municiones.
Esto era distinto a las épocas de paz, ¡ahora era cuando se necesitaban héroes! Ese era el motivo por el cual el gobierno había publicado tanto las hazañas de los Entrenadores de Monstruos.
A la vez, en esta era, no se ponía el más mínimo esfuerzo en cubrir las peleas de monstruos. Los guerreros que entraban en las arenas de batalla eran héroes que arriesgaban la vida para proteger a la humanidad, deberían de ser tratados como las estrellas que eran.