Después de leer muchas revistas, Klein sabía que la vida social en la que quería entrar estaba relacionada a participar de muchos bailes, por lo que no le sorprendió la sugerencia de Walter. Dijo con un movimiento de cabeza: —Está bien.
Dicho eso, miró de reojo a su asistente de recámara, Richardson.
—Prepara el transporte. Me dirigiré a la Catedral de San Samuel.
Klein recordó vívidamente que su objetivo principal era actuar como un devoto creyente de la Diosa de la Nocheterna para conocer a los clérigos correspondientes, y desde allí encontrar la manera de colarse en la Puerta de Chanis. Por lo tanto, planeaba rezar en la catedral siempre que tuviera tiempo de expresar su sinceridad para así conocer a los miembros del clero.
—Sí, señor —respondió Richardson cortésmente.