—Muere —dijo el Hegemón Demonio Azul mientras su cuerpo brillaba con una luz negra.
Sus ojos eran fríos e implacables. Este era el verdadero rostro del Hegemón Demonio Azul de temperamento mercurial. No tenía intenciones de perder, por lo que reveló su verdadera forma y desató su ataque más poderoso.
Whoosh. La bestia voló hacia Ji Ning con las patas extendidas y Ning no pudo evitar sentir un profundo terror al enfrentarse a este potente par de garras. Estas garras parecían contener el poder suficiente para aniquilar todo lo que tenían delante, como si fueran la fuente de la destrucción misma. ¡Eran la esencia misma del espacio y la materia!