Los innumerables Inmortales del Ejército Aguadelocha no sentían más que desesperación. Aunque eran bastante fuertes, sin una formación suprema como la Formación Castigador Celestial, ¡no había forma de que estuvieran calificados ni remotamente para intercambiar golpes con una Bestia del Terror primordial como el Dragón de Inundación de Cara Blanca! ¡Y el dragón que estaba ante ellos era incluso más poderoso que las otras tres Bestias del Terror!
—Sssssssss —siseó el Dragón de Inundación de Cara Blanca mientras sus enormes garras se acercaban de nuevo.
—¡Detente!
—¡Criatura vil!
Dos Dioses Demonio adicionales aparecieron repentinamente de la nada. Uno era el anciano con barba roja, cuyo cuerpo entero estaba lleno de llamas. La otra era una doncella que, aunque era un Dios Empíreo, en ese momento, eligió usar un hechizo mágico. De pronto salió una gran cantidad de agua negra que ató a su enemigo y alejó a los Inmortales sobrevivientes.