—Las dos bestias espirituales deberán esperar aquí por ahora —instruyó el novicio.
Ning asintió. Pequeña Qing y el tío Blanco se pusieron obedientemente a un lado, esperando en silencio. Ambos sabían bastante bien que la persona dentro de este monasterio era un poder supremo de los Tres Reinos.
El Lord Jiang de túnica blanca condujo a Ning directamente al monasterio.
—Tío Blanco, el Maestro se va a reunir con un Padre Dao. Siento que estoy soñando —dijo Pequeña Qing con ojos llenos de emoción.
El Sabueso Blanco de Agua asintió suavemente. Él también estaba en estado de shock. Ese pequeño niño que se había entrenado en la espada y en el tiro con arco a su lado estaba a punto de convertirse en un aprendiz de un gran poder, el Patriarca Subhuti.
—El destino de una persona es verdaderamente insondable —murmuró.