—¡Sophia parece estar recuperándose bien, no necesita venir más aquí! —Leylin se reclinó en la silla de cubierta y habló sin prisa.
—Mm, ¡muchas gracias! —los ojos de Belinda parecían ponerse un poco emocionales. Por alguna razón, desde que Sophia comenzó a beber el misterioso "té" que Leylin hacía de su pequeño árbol verde, su condición había mejorado mucho. Se había vuelto mucho más madura e inteligente.
—Por cierto, ¿qué es este "té"? ¿Es algún tipo de medicina? —Belinda estaba desconcertada, pero al mismo tiempo estaba llena de gratitud hacia Leylin. Ella ingenuamente creía que Leylin había cultivado el árbol para tratar a Sophia, y Leylin obviamente no descubriría este hermoso malentendido.
—¡Oh! Es sólo el nombre de una bebida de mi ciudad natal. Está hecho de plantas, en donde la esencia de las hojas se extrae a través del líquido. Es bastante similar a esta bebida —obviamente, Leylin no quiso elaborar.