Al terminar la batalla todos se teletransportaron a donde estaban antes.
Sin dudarlo, la victoria de Noche Frígida había emocionado a la multitud. Su pasión apenas podía ser contenida por el cielo mismo. Las audiencias empezaron a llenar el canal público con un millar de insultos y felicitaciones.
—¡Pff! Ahora sabes lo fuertes que son los jugadores en el Castillo de Jade Blanco. ¡Vuelve a la Ciudad Luna Carmesí con el rabo entre las piernas!
—¡Jaja! Ni siquiera puedes vencer a una mujer. ¿Qué dices ahora? ¿Eh?
—Hermosa Noche Frígida, ¡sé mi chica!
—Vuelve al hoyo de donde viniste, idiota.