Después de acomodar a Ye Qiu adecuadamente, Ye Xiu salió del cuarto y cerró la puerta. Vio a Chen Guo parada afuera y le dijo:
—No sería muy bueno si nos quedamos todos aquí arriba y nadie está abajo, ¿no?
—¡Es cierto! —. Chen Guo pensó en este problema y bajó de inmediato.
Ye Xiu también regresó al primer piso poco después y vio a Chen Guo sentada tranquilamente en la recepción. Claramente no hubo ningún problema en esos pocos minutos que se fueron.
Los platillos sobre la mesa ya habían sido limpiados. No habían podido guardar la mesa solo porque Ye Qiu estaba acostado en ella. Apenas tocaron el alcohol que también estaba sobre la mesa. Ye Xiu agarró las botellas y las sacudió frente a Chen Guo.
—¿Dónde pongo el alcohol?
—¡Tráelas acá! —dijo Chen Guo, extendiendo sus manos.
Ye Xiu se acercó y las entregó. Luego Chen Guo prosiguió:
—Las copas también.
—¿Hm? ¿Todavía quiere beber más? —preguntó Ye Xiu.