—Maldición... ¿Oyes gases en lugar de palabras? —el rostro de Zhu Lingling fue de asombro.
—Jajaja... —Gao Ran no podía contener su risa.
—Para ser honesta, me siento una perdedora cuando estoy con Mian y Xiaowei. A veces pienso que nunca tendré su éxito, pero no me comparo con ellas. Son mis amigas y estoy feliz por ellas siempre que estén felices... Sugerí ese juego porque quería ganar, aunque sea una sola vez. Quería probar que hay algo en lo que soy buena. Quería reírme tanto cuando contaron sus chistes, todos fueron fantásticos. Igualmente, sin importar lo estúpida que soy, vi que me dejaron ganar. Todos rieron con mi chiste, aunque no era tan gracioso. Querían que tuviera mi momento... Estoy tan feliz de tener un grupo de amigos así, los quiero tanto, pero a ti te quiero más...
Gao Ran besó amorosamente la frente de Zhu Lingling.