—Dímelo.
—Voy a retroceder mi auto. Tienes que bajarte de inmediato del tuyo y meterte en el mío. El tuyo no está ubicado en un lugar tan bueno, por lo que no podrás salir. Por supuesto, eso es sólo si confías en mí.
La persona en el otro extremo estuvo en silencio durante cinco segundos, pero luego dijo sólo dos palabras: —Está bien.
Huo Mian pisó el acelerador y el auto deportivo rugió con fuerza a la vida[1]...
Los fanáticos salvajes retrocedieron ante el sonido aterrador...
Huo Mian luego movió el volante, y el auto comenzó a moverse hacia atrás para acercarse al Ferrari rojo.
Se estacionó lentamente a la distancia más cercana, y el dueño del automóvil abrió la puerta de su auto de inmediato. Bajó y luego entró al de ella. Se movieron rápido, y todo el proceso no tomó más de 3 segundos, dejando a esas personas sin oportunidad de responder...