—Ten cuidado, el siguiente descenso será mucho más rápido. Si tienes miedo, cierra los ojos.
Después de la advertencia de Rayo, llevó a un soldado de Castillogris y voló hasta el borde de la cima de la montaña. En el instante en que sus pies se levantaron del suelo, el dúo descendió decenas de metros en un suspiro antes de disminuir a una velocidad estable.
Cuando sus pies volvieron a estar en el suelo, la cara del soldado era de un blanco pálido.
—Gracias… gracias, señorita Rayo, yo… uf.
—Respira profundo un poco, tu cuerpo se recuperará pronto.
Así, voló de regreso a la cima de la montaña y continuó buscando sobrevivientes varados.