Este sentimiento... es tan grande.
Edith respiró hondo mientras saboreaba el sabor de la sangre en el aire.
Estaba intrigada por el pánico que se extendía entre la multitud.
Las Brujas del Castigo de Dios estaban apretando rápidamente el anillo del cerco. La llamada resistencia duró solo por un corto período de tiempo. Para las sobrevivientes de Taquila, estos nobles no eran diferentes de la gente común que no tenía títulos, y nunca dudarían en matar a estas personas comunes satisfechas que no tenían poder mágico.
Edith tenía claro que mataron a esos nobles porque otra persona común les ordenó que lo hicieran.
Ella también confiaba en que bajo la influencia de este hombre común, estas Brujas del castigo de Dios también seguirían sus órdenes, aunque solo fuera una persona común como él.
Este fue el encanto del poder.