—Pensé que tú también querías ser el Rey de Amanecer. —Ruiseñor torció los labios y habló después de que Andrea se había marchado —. Resulta que no estabas bromeando acerca de convertirla en la monarca.
—Sabía que pronto te darías cuenta. —Roland se encogió de hombros —. En cuanto a mí... —Varias explicaciones habían pasado por su cabeza, incluida la falta de personal capacitado, las habilidades comunicativas de Andrea, así como las limitaciones de tiempo y recursos. En cambio, se conformó con una línea simple —. Simplemente no soy lo suficientemente capaz.
—De verdad... —Ruiseñor le dio una palmada en el hombro —. Estoy segura de que puedes contar con Andrea. No puedes equivocarte con la familia Quinn.