Roland pasó todo el día buscando los canales de televisión.
Vio varios programas de lucha de artes marciales. A diferencia de los partidos de lucha tradicionales, este tipo de competencia se llevó a cabo en una arena tan grande como la mitad de un campo de fútbol. Sin juez en la arena, la lucha fue extremadamente intensa. No era raro ver a los luchadores romper el piso en el calor de un combate, y se escuchaban sonidos fuertes como truenos apagados cuando los combatientes intercambiaban golpes, que eran como efectos especiales agregados a este combate.