Roland comenzó a dibujar la nueva máquina tan pronto como regresó a la oficina.
Con el Primer Ejército y las brujas fuera de la ciudad del rey, él no estaba desocupado. En contraste, se encontraba más ocupado de lo normal a pesar de la ausencia de Ruiseñor y la falta de tiempo privado con Anna. Tuvo que hacer arreglos para los refugiados que venían continuamente en barco, supervisar a Anna y Lucía para determinar la composición de los productos de fundición y construir un nuevo horno de fundición.