Sin una cortina ni una presentación, sino solo un pedazo de tabla de madera que separaba el escenario y la sala de preparación, el grupo de personas debutó en este sencillo teatro. También era la primera presentación formal de sus vidas.
—Esta historia sucedió en un reino, en la ciudad de del rey. En la ciudad exterior, había una muchacha hermosa y de buen corazón...
Durante la narración, Irene caminó lentamente hacia el centro del escenario. Llevaba una túnica gris sucia, tenía el pelo enrollado sobre su cabeza y su rostro estaba pintado con ceniza negra. Cuidadosamente barrió el suelo con una escoba, inclinándose de vez en cuando para borrar la suciedad con la esquina de su bata.