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Solo había una forma de sacar información del satélite…
Shire se acercó a este objeto y puso su mano sobre el.
Cerro los ojos y dejó andar la habilidad que la mayoría de presentes tenía, es decir, la de entrar en contacto con las máquinas.
Estuvo diez segundos con su mano en el satélite y después la soltó.
Ese tiempo fue suficiente para verlo todo.
Shire no lo demostró ante todos, pero por dentro estaba asombrado y sorprendido con la civilización que había visto mediante la conexión.
Hizo algunos pasos hacia atrás y dio un pequeño salto para subirse encima del caza y poder hablar mejor con su gente.
"Vi algo hermoso con la información que recopile."
"Es un planeta lleno de vida y naturaleza."
"No hay planeta que se le compare. El nuestro no es nada comparado a este."
"Es mucho más que habitable para nuestras razas."
"No hay duda de que tenemos que descender y formar nuestro nuevo país en este lugar."
"Es más, lo haremos ahora mismo."
"Sin embargo, como ya hemos dicho, no vamos a ser los únicos en este planeta."
"Lo vi…."
"Lo pude ver…."
"Este planeta ya tiene a su especie suprema y que gobierna por sobre todo."
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"Son seres con dos brazos, dos piernas, dos ojos, una nariz y poseen inteligencia."
La expresión de todo se pone tiesa de la sorpresa.
Parecía incomprensible lo que estaba diciendo su rey.
"Como ya pueden imaginarse, los seres que viven en nuestro planeta son idénticos a nosotros, pero con tecnología bastante antigua y sin la habilidad de la conexión, magia o algo similar."
"Se eso porque gracias al Satélite fui capaz de ver muchas cosas sobre ellos."
"No son humanos tan tranquilos como nosotros, así que puede que sea difícil hablar con ellos."
"Mmmmmmm."
"Todos descenderemos en un lugar en específico a excepción de algunos."
"Si de casualidad alguien se encuentra con algunos de estos individuos, lo mejor sería intentar hablar, pero si por alguna casualidad llegara a atentar contra sus vidas, entonces no hace falta explicarles como tienen que responder a su ataque."
"Recuerden, lo principal son ustedes mismos y todos los que estamos acá, así que no se preocupen por las consecuencias de haberse defendido."
"Menciono todo esto, ya que tanto ellos como nosotros jamás hemos estado en contacto con algún extraterrestres o algo por el estilo, así que la reacción de estos individuos similares a nosotros puede ser problemática."
Al escuchar esas palabras de su majestad, todos mueven sus manos y comienzan a aplaudir con seriedad.
Tanto los civiles como los soldados y los de mantenimiento, sabían que entrar a un planeta que no era suyo iba a ser complicado por esos motivos, así que era algo serio, algo de lo que su vida dependía.
Estaba claro que iba a ser un gran problema si, las personas del planeta celeste se defendían contra ellos, cuando claramente son minoría frente a todo su población.
A continuación de lo ocurrido, cada uno se fue a su puesto y de manera inmediata prepararon las cápsulas para enviar a las personas a este planeta.
Shire decidió hacerla de esta manera debido a que si entran con el acorazado podrían ser detectados y era algo que de momento no deseaban por muchos motivos.
Lo principal que quería era asentarse con su gente en un lugar de este planeta y luego tomar decisiones.
De varios planetas este era el único habitable que habían encontrado, así que no podían perderse la oportunidad de vivir en un maravilloso planeta como este.
Shire no sabia al cien por ciento si podrían llegar a ser detectados, ya que no sabia si los satélites o radares eran muy avanzados o no como para encontrarlos.
Con los Cazas de los Estandartes era difícil que fueran encontrados debido a su tamaño diminuto comparado al acorazado y porque contaba con un sistema de camuflaje, el cual el acorazado no tenia.
Obviamente los escuadrones de caza bajarían acompañando las cápsulas en donde descendían todos aquellos que no fueran parte de los soldados.
Luego, Shire transfirió la información obtenida mediante el sistema a sus vicealmirantes.
Al igual que el, la información la adquirieron en el momento.
Ahí descubrieron muchas cosas. Por ejemplo, un mapa del planeta.
Así fue como descubrieron la inmensidad de este mundo.
Decidieron que no era momento para hablar sobre todo la información a los demás, prefirieron conservar la información ellos mismos.
Gracias al mapa lograron pensar en el lugar en que aterrizar, no tenían mucha información sobre esa zona, pero según la recopilación del satélite era algo desolada.
En sus metes podían ver el mapa que Shire les había compartido, sin embargo, no entendían ni una palabra de lo que decía el mismo.
Por desgracia, no sabían el nombre de este lugar en el que aterrizarían, pero visto el mapa, era un lugar muy estratégico para ellos, así que sería genial para los altos mandos de los connection asentarse en ese lugar.
Seguido de que se decidieran las cosas, todos los individuos del acorazado se dirigieron a las respectivas naves.
Eran pequeñas naves, las cuales podían llevar a más de veinte personas y cargamento.
El número de naves era justa para todos, ya que así estaba planeado.
Lo primera iba a ser bajar a las personas y luego de asentarse traerían todas las cosas necesarias en esta nave, como algunas maquina de creación, alimentación, herramientas, las pertenencias de las personas a las que les faltara bajar las cosas y un montón de otras cosas importantes.
Las horas pasaron y ya todos se encontraban en la nave.
Las estandartes avisaron con antelación sobre una gran entrada debido a la atmósfera de este planeta, así que esperaban que eso no causará ningún fallo a las naves de transporte.
Debido a eso último, los dragones de los elfos tuvieron que quedarse hasta que las naves volvieran para llevar las demás cosas al planeta
Las naves de transporte salieron impulsadas hacia abajo a gran velocidad.
A penas salía una, otra también lo hacia.
En tan todo uno o dos minutos ya habían salido más de veinte naves.
Shire, Frieren y los vicealmirantes tenían otra misión, así que optaron por apartarse del grupo y bajar de otra manera.
Frieren, en realidad, no tenía nada que hacer, pero quiso bajar junto a su novio y Shire no vio motivos para negarse.
A diferencia de los otros, estos que quedaron solos en la nave, se lanzaron al planeta en cápsulas de tres personas y no naves de transporte como los demás.
En una de las naves se dirigía Shire y Frieren. En otra estaba Miguel e Izet. Por último, en la tercer capsula, se encontraba Diana, Sasha y Brinzd.
Estas cápsulas podían ser controladas mediante la conexión o simplemente con coordenadas.
Las tres naves tenían distintos destinos así que a penas traspasaran la atmósfera estos se dividirían hacia distintos lugares para cumplir la misión propuesta por su majestad Shire.
-CONTINUARA-